Por: Rael Salvador
Fotografía de la «Familia Lobo Antunes», en las páginas de «Conversaciones con Antonio Lobo Antunes» de María Luisa Blanco. Foto Rael Salvador
Por Rael Salvador
Conozco a Nuno Lobo Antunes.
Mi dulce desenfado lírico está formado, en magistrales e insuperables lecciones estilísticas, por la complicidad de su hermano: Antonio Lobo Antunes.
Las trampas de la escritura del hermano de Nuno es un reflejo trabajado a partir de una entusiasta lectura de Juan Rulfo. Hay diferencias en la manera pulcra con la que el autor de “El llano en llamas” maneja la puntuación y la forma innovadora en que lo hace Antonio: diálogos sin guiones largos; diálogos incrustados en el flujo narrativo (a la manera de José Saramago), con mayúsculas separativas o indicativas; diálogos entre paréntesis y muchas otras cosas por el estilo… El mentado “estilo” Antonio Lobo Antunes.
Cuando leí “Conversaciones con Antonio Lobo Antunes” (Siruela, 2001), realizadas por María Luisa Blanco, ex directora de Babelia (Suplemento cultural de El País), y que la bondad de una amiga pudo conseguirme en España, complementándola con parte del resto de su obra, conviví por completo con la familia formada por el prestigiado doctor Joao Lobo Antunes y doña Margarita.
Nuno, neurooncólogo pediatra y el más sonriente del concierto, aparece como el menor de seis hermanos, con su cara de Gardel en saudade. La foto es emblemática, Margarita Machado Almeida Lima, pequeña muñequita antigua, a sus 82 años, y madre de esta camada ilustre, es un tierno sol de doctrinaria y misericordiosa alegría.
Ahora a Nuno le corresponde presentar su libro “Lo siento mucho” (con prólogo de su amigo Antonio Damasio, editado por Aguilar / Fontanar), que es un conmovedor recuento testimonial de su experiencia con el cáncer como médico en el Memorial Center de Nueva York, donde trabajó en el departamento de Neurología Pediátrica.
Venido del mismísimo corazón infernal de la tragedia, Nuno narra la desesperanza y la desolación desgarradora que deja la muerte cuando el médico ya no puede hacer más…
Y como el capitán Kurtz, en “Apocalypse Now” (interpretado por Marlon Brando), no hay más remedio que inclinar la cabeza, llevarse la mano a la frente sudada y limpiarse el remordimiento, el destino que a todos nos supera.
Más que el horror, la realidad…
“La humanidad en todo su esplendor —nos recuerda Nuno—, en el coraje, pero sobre todo en el amor”. Una profunda reflexión sobre los momentos más difíciles a los que muchos nos hemos tenido que enfrentar a lo largo de la vida y al final de la misma. Una muestra de historias sobrecogedoras, muy cercanas a “Gracia y coraje” (Gaia Ediciones), el valiente homenaje que rinde el filósofo Ken Wilber a Treya Killam Wilber, su bello y joven y gran amor devorado por la metástasis.
Escritos inicialmente para la revista LUX, los artículos que componen “Lo siento mucho” pretendieron informar sobre temas de salud, en una divulgación seria y exacta, comprensible para el gran público.
Hace años lo pedí a Portugal, pero quien puso en mis manos la edición en castellano fue mi amigo Vicente Calderón (de Librería Ramírez), el más docto librero que tuvo Ensenada, sabiendo bien de mi adicción al autor de “Yo he de amar a una piedra” y “El orden natural de las cosas”.
Ahora tengo un nuevo Lobo Antunes, pero no es Antonio… Se trata de Nuno.
raelart@hotmail.com