Sería tan fácil aparecer, pararse frente a su viejo amigo, ex compañero de la escuela y decirle: “Soy Anilú, la reina Bonifacia.”
El patrono presidente en turno le corresponde con una sonrisa y, en vistas de lo que él puede solicitar, le hace un apretado compendio de las circunstancias por las que están pasando: reducción de personal a raíz de la pandemia; escasez de donativos; falta de dinero ...
Dámaso se puso a jugar con Bony y después lo tomó por la correa. Creí que caminarían, pero fue a colgarlo de la rama de un árbol.
El gerente me pidió que la entrenara. Le vi buena disposición y aunque todavía es joven, desde el principio la llevamos bien.
Gabriela me suplicó que conservara las llaves cuando empezó a darse cuenta que inexplicablemente iba perdiendo fuerzas.
Cristina Pacheco. Crónica. Vivimos tan de prisa que nunca nos damos cuenta de lo rápido que pasan los años.
Se me ha recrudecido el dolor por la tensión nerviosa que me provoca el desempleo y saber que ocupa mi puesto una má-qui-na.
Me preocupa qué habrá sido de Fulgencio, pero confío en que se encuentre bien. Espero que algún día, pronto, regrese a visitarme
La meta de la profesora, aún sin experiencia profesional, era verse ya frente a su primer grupo en aquellas lejanías.
Toma la postal y lee: “Magno desayuno. Es hora de volver a celebrar. Bienvenidos camaradas de la generación…”