Mujeres de la sierra desafían el machismo; crean carpintería
Chilpancingo, Gro. Pese a la violencia, inseguridad y machismo que se vive en sus comunidades, las mujeres de San Antonio de las Tejas, municipio de Coyuca de Catalán, en la Tierra Caliente de Guerrero, abrieron el taller Creaciones en Madera, aunque también trabajan con sus esposos en las huertas de aguacate, durazno y pera.
San Antonio de las Tejas está a nueve horas del municipio de Coyuca de Catalán, en el límite donde el grupo delincuencial La familia michoacana pretende apropiarse de sus tierras ricas en oro, recursos naturales como el agua y la madera, y el cultivo de aguacate.
Una de las mujeres dijo que la maquinaria para su taller la otorgó la Comisión Nacional Forestal, pero “eso gracias a los ejidatarios, aunque al principio se sentían inseguros de que pudiéramos sacar el proyecto adelante, pero nosotras agradecemos la confianza, a ellos y a la comisión”.
Dijo que elaboran “manualidades pequeñas, pero apenas nos acaba de llegar nueva maquinaria y esperamos trabajar con otras figuras, la idea es que pronto vayamos a Tecpan de Galeana, a Acapulco, o a Chilpancingo, a vender nuestros productos”.
Por las mañanas, las mujeres de la sierra trabajan en el taller, aunque también tienen que atender a sus hijos y maridos: “nos turnamos, porque tenemos que ir a laborar con nuestros esposos en las huertas de aguacate, durazno, membrillo y pera”.
En una visita de La Jornada al lugar, una de las trabajadoras explicó: “éramos 20, pero algunas compañeras no tuvieron fe de que esto funcionara o fuera productivo, pero nosotras ahí seguimos, cooperamos, desde cuando se hacía la obra, como cuando necesitamos que llegaran a darnos capacitación, nos cooperábamos”. La vida de las mujeres en la sierra “es pesada, trabajamos mucho en el campo, la mayoría vamos a las huertas a sembrar o cosechar, pero con esto (la labor en la carpintería) sentimos que nos liberamos de la cocina y por eso venimos un rato a desestresarnos”.
“Nos gusta mucho, nos emociona cuando una compañera tiene una idea y hace una figura, y así vamos todas haciendo cosas diferentes, como esa banquita (señala una) que tenemos ahí, nosotras la hicimos, tenemos varias manualidades grandecitas. El objetivo es producir para vender, tener un recurso extra y apoyar a nuestro hogar”, señalaron.
En este taller algunas compañeras son viudas o solas, “pero el trabajo nos une y nos hace ser un buen grupo, compartimos, aprendemos y ganamos dinero extra”.
La mujeres de San Antonio de las Tejas trabajan con la maderaque se produce en el ejido; “de hecho ese fue el compromiso, aprovechar ese recurso natural”, señalaron.
El día de la visita de La Jornada, contaron: “tuvimos que bajar por las máquinas, estábamos con el pendiente, pero gracias a Dios no pasó nada. No queríamos que se nos perdieran, porque para nosotras es muy bonito, porque nunca había habido un proyecto así en la sierra, y mucho menos para las mujeres, la mayoría apenas si terminamos la primaria”.
Otra trabajadora detalló que en el proyecto “la mujer más joven tiene 18 años y la mayor soy yo (más de 60). De hecho, podemos dar trabajo a otras mujeres que no alcanzaron a ingresar en algún proyecto. Aunque para comercializar necesitamos agarrarle la onda a las máquinas”.
Otra empleada contó que “una hermana trabajaba con la Unión de Ejidos Forestales y Agropecuarios Hemenegildo Galeana, y eso nos da orgullo. Pero nosotras estamos felices, porque nunca se había dado apoyo a la sierra, ni mucho menos a las mujeres, porque según sólo servimos para hacer tortillas, barrer, lavar, atender al marido y a los hijos”.
Un campesino refirió que la dueña de la única tienda que existe en el pueblo, donde no se venden cervezas ni otras bebidas alcohólicas, “sólo vende mezcal para que nuestros productores tengan alguna ganancia. Así nos apoyamos aquí”.