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El día 15 dará inicio el proceso de elecciones internas en EU

Por: Jim Cason y David Brooks / La Jornada

Washington y Nueva York, 10 de enero.- El teatro político que es el ciclo electoral estadunidense arrancó este mes con más debates, mítines, discursos y proclamaciones que supuestamente llevan a decisiones dentro de cada partido en cada estado sobre los precandidatos presidenciales, pero ya se conoce la conclusión de este primer acto –si es que ninguno de los dos candidatos tropieza verbal o físicamente antes– donde Joe Biden y Donald Trump se enfrentaran, una vez más, en el concurso presidencial que culminará el 5 de noviembre de 2024.

El proceso electoral formal de elecciones internas de los precandidatos de cada partido empieza el 15 de enero con los llamados «caucuses», o asambleas, que tendrán un impacto inmediato en la contienda republicana al determinar el ganador del segundo lugar detrás de Trump. Esto será seguido por elecciones primarias en Nueva Hampshire, Carolina del Sur y varios estados más. Aunque estos concursos internos de cada partido continúan hasta poco antes de celebrarse las convenciones nacionales de cada uno en julio y agosto, la decisión formal sobre quiénes serán los candidatos presidenciales se conocerá en marzo, después de que la mitad de todos los estados hayan realizado sus primarias.

En medio de todo este proceso continuarán las campañas con mítines, discursos y decenas de millones de dólares en publicidad. Pero en esta contienda habrá algo sin precedente: como fue el caso ayer, Trump tendrá que interrumpir sus actividades electorales para comparecer ante tribunales y defenderse en casos criminales en su contra en Florida, Nueva York, Georgia y Washington.

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Biden tambien podría tener que prepararse para defenderse si procede su impeachment en la cámara baja, y estará distraído por el juicio potencial de su hijo este año.

Por lo demás, hay poco suspenso. «La gran pregunta en llegar a los caucuses de Iowa no es si Trump ganará, sino por cuánto», comentó el estratega republicano Jimmy Centers al Wall Street Journal. «Y si gana en Iowa y Nueva Hampshire, ese tren ya salió de la estación. Se vuelve cada vez más difícil para los otros candidatos presentarse ante sus votantes y donantes y decirles que siguen siendo viables».

El gobernador de Florida, Ron DeSantis y la ex gobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora ante la ONU, Nikki Haley, son los dos precandidatos republicanos que, según sondeos, tienen alguna posibilidad de llegar al segundo lugar en Iowa.

Pero con nula o mínima posibilidad de ganarle a Trump, los precandidatos republicanos están en espera de algún milagro donde Trump acabe en la cárcel o sea removido de las boletas electorales en suficientes estados como para anular su candidatura, o por lo menos que el ex presidente seleccione a uno de ellos como su compañero o compañera de fórmula para la vicepresidencia.

Atención mediática gratuita

Para Trump, el mayor objetivo de esta etapa es obtener tanta atención mediática gratuita posible como pueda y recaudar tantos donativos posibles para financiar su campaña contra Biden en la elección general que arranca justo después de las convenciones. El ex presidente tiene el talento intuitivo de declarar justo las frases o mensajes más explosivos para mantenerse en las primeras planas y en los noticieros.

De hecho, ha logrado usar sus problemas judiciales como parte de su estrategia electoral al acusar que es víctima de la persecución política. Eso fue parte de su jugada cuando compareció ante un tribunal federal de apelaciones en Washington para argumentar que gozaba de inmunidad presidencial en torno a las acusaciones criminales de intentar subvertir el proceso electoral de 2020 que enfrenta en un juicio programado para marzo. Los jueces se mostraron escépticos ante estos argumentos y ahora se espera el fallo sobre si procede o no el juicio, pero Trump usó el evento para comentar que esto es parte de su persecución política por su contrincante Biden y advirtió que si procede habrá «caos» en el país.

El demócrata aventaja

Por su lado, el presidente Biden tiene una ruta más fácil para obtener la nominación como candidato presidencial del Partido Demócrata en las próximas elecciones. Sus principales retadores son el diputado demócrata moderado Dean Phillips y la activista progresista y autora de libros new age Marianne Williamson, y ambos están a más de 50 puntos de alcanzar a Biden. Williamson está en la campaña para promover sus posiciones antiguerra mientras Phillips, de 54 años, argumenta que los demócratas necesitan coronar a alguien diferente al hombre de 81 años que sigue registrando niveles bajos en las encuestas.

Phillips no tiene posibilidad de ganar, pero articula algo que muchos demócratas opinan pero no se atreven a decir públicamente. Repetidamente, votantes han expresado a encuestadores de que uno de los principales problemas que tienen con Biden es su edad –será el candidato presidencial más viejo en la historia del país. Y no es secreto que en sus eventos públicos su edad es cada vez más evidente tanto en sus movimientos físicos como en sus talentos retóricos.

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Esto ha llevado a especulaciones cada vez más abiertas sobre si Biden debería retirarse de las elecciones para dar lugar a un candidato más dinámico. Por cierto, el poderoso banco de inversiones JP Morgan, en una lista de 10 potenciales «sorpresas» que elaboró para 2024, incluye la de «Biden se retira» de la contienda y el Partido Demócrata corona a un sucesor.

En las encuestas, votantes jóvenes han expresado sus preocupaciones sobre la edad del presidente, su manejo de la economía y su decisión de negarse a promover un alto el fuego en Gaza. «Yo no quiero otra contienda de Biden y Trump», declaró Lucy VanDyke, de 23 años, entrevistada por el New York Times como ejemplo de un amplio sentir entre esa generación. En 2020 Biden obtuvo 59 por ciento de los votos del electorado menor de 30 años, pero en diciembre las encuestas registraban que entre ese sector Biden estaba ahora empatado con su contrincante o hasta perdiendo.

Lo más preocupante para los demócratas es que VanDyke y muchos de su generación están contemplando votar por candidatos independientes de lo que se llaman terceros partidos. A finales de diciembre, una encuesta de Quinnipiac registró que casi 40 por ciento de los jóvenes votarían por algún candidato de terceros partidos, igual que 20 por ciento de los votantes afroestadunidenses y 28 por ciento de los latinos.

Por ahora, los tres candidatos independientes con más apoyo son Robert F. Kennedy, abogado ambientalista, quien es más conocido sólo por ser parte de esa realeza política (es sobrino del ex presidente, pero ha sido denunciado por el resto de esa familia); el historiador y teólogo progresista Cornel West, y la candidata del Partido Verde, Jill Stein.

Ante todo esto, aunque ya puede anticipar el final del primer acto de esta teatro politico, aún no se ha escrito el final de esta obra.

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