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Opinión

San Quintín o el sudor de los de abajo

Por: Florentino Solano*

El valle de San Quintín está conformado por familias migrantes que llegaron aquí en busca de un futuro mejor, como todo el estado, familias que son procedentes de diferentes estados del país y, muchas de ellas, hablantes de lenguas originarias.  Actualmente ya hay varias generaciones que nacieron y crecieron aquí, en estas tierras desérticas y en estos surcos llenos de sudor, químicos y sueños.

Vivir en San Quintín es una sensación de vivir a orillas del tiempo, de vivir en un espacio aparte, porque aquí todo parece suceder de manera automática: nos levantamos a las cuatro de la mañana, preparamos nuestros lonches, salimos a la carretera a esperar el camión de alguna empresa agrícola, subirnos al camión, llegamos a los cultivos, comemos a prisa los burritos y tomamos a prisa nuestro café antes de entrar al surco.

Aquí no sentimos cómo pasan los días, sino cómo pasa la edad. Aquí no sentimos que somos parte del mundo, sino como si fuéramos ajenos a él, como si sólo existiéramos porque nuestro sudor riega las plantas cuyos productos son sólo para mesas del Primer Mundo. Vivimos en un espacio que Baja California quiere negar pero que necesita, somos esa parte que no quisiera que se sepa que existe. Por eso para el turista, San Quintín es sólo el Molino Viejo, La Lobera, La Chorera, las playas de Santa María y del Pabellón, es la langosta, el ostión, la almeja, la pata de jaiba y la crema de almeja, ah, y ese lugar donde mágicamente se producen los mejores tomates, pepinos y fresas del país.

Ahora, en 2024, después de exigirlo por más de dos décadas, tendremos el primer Ayuntamiento Municipal, los políticos que hicieron su trabajo para votar en favor de la creación del municipio hace cuatro años, piensan que les debemos veneración y obediencia, pero están equivocados, el San Quintín de ahora es diferente, hay un puñado de jóvenes profesionistas que están tomando el liderazgo y muchos de ellos crecieron en los campos agrícolas y en el surco, y estos jóvenes saben muy bien hacia donde quieren dirigir a su pueblo y qué quieren para los suyos.

Por eso son tan importantes los resultados de las próximas elecciones porque con ellos sabremos si somos un pueblo que quiere seguir siendo gobernado por otros o somos suficiente para gobernarnos a nosotros mismos.

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El autor nació en 1982 en Metlatónoc, Guerrero. Su lengua materna es el Tu’un Sávi (Mixteco) variante del oeste medio. Estudió Licenciatura en Educación. Escritor, traductor, promotor de lectura, músico tradicional y jornalero agrícola. Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA), 2021. Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas, 2021.

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