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Región

Migrantes esperan ser atendidos en la garita de San Ysidro

Por: Redacción La Jornada Baja California

Tijuana, 18 de noviembre. Huir de la violencia que azota sus comunidades es el elemento común de las historias de muchos de los migrantes que pernoctan en las inmediaciones de la garita de San Ysidro en espera de ser atendidos por autoridades de Estados Unidos.

Este lunes, un grupo de más de 100 personas estuvieron en la entrada del cruce peatonal, pero fueron removidos por elementos de la Guardia Nacional y de la Policía Municipal.

Algunos de los migrantes explicaron que en las noches tienen que quedarse a dormir en la zona porque no tienen dinero para pagar un espacio en el cual quedarse. Esta situación afecta incluso a niños, pues familias enteras han llegado a esta frontera en busca de asilo político en la Unión Americana.

Jorge Vega, uno de los migrantes, señaló que todos los días acuden a la garita y hay personas que llevan meses siguiendo esta rutina. Él lleva dos semanas haciéndolo.

Mencionó que hay gente que tiene la posibilidad de rentar un cuarto o pagar su estancia en un hotel, pero otros no tienen más opción que dormir a la intemperie.

Contó que desde que llegó ha batallado para mantenerse, pues no se encuentra bien económicamente.

Agregó que su lugar de origen es Michoacán, de donde salió por la inseguridad.

También partió de Michoacán a causa de la violencia Miguel Ángel, quien aseguró que lleva cuatro meses intentando generar una cita a través de la aplicación CBP One para comenzar su trámite de asilo político, pero no lo ha conseguido.

Resaltó que muchas familias con niños han estado pasando frio por quedarse a dormir en la calle. Aunque gente de refugios ha logrado que algunos migrantes vayan con ellos, otros prefieren no ir porque no les tienen confianza a los albergues o porque no tienen dinero para pagar su estancia.

Afirmó que muchos de los que llegan a la garita no tienen dinero porque salieron con lo que pudieron de sus lugares de origen al escapar de los grupos criminales.

Una mujer que pidió el anonimato relató que llegó a Tijuana el 4 de diciembre, después de que su esposo fuera golpeado y raptado de su casa en Aguascalientes, donde un grupo también le robó varias pertenencias a la familia. Desde que está en este municipio ha indagado sobre el paradero de su marido, sin obtener una respuesta positiva.

Una sobrina de su cónyuge que es residente de Estados Unidos le sugirió cruzar con sus hijos y se ofreció a apoyarla, por lo que se animó a dejar su comunidad.

Contó que su situación es difícil, pues la comida es muy cara en Tijuana, además de que extraña a su familia.

“Yo creo que todos tenemos motivos por huir de nuestro país, aunque no queramos, porque yo era muy feliz con mis hijos y mis nietos y tengo que venirme para acá”, expresó.

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