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Opinión

Reflexiones en torno al Día Mundial del Agua

Por: Dra. Gabriela Muñoz Meléndez / Voces de El Colef

Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente

Desde hace tiempo atrás se ha investigado la presencia de agua en Marte; las lecturas y mediciones de módulos espaciales y astromóviles han ofrecido evidencia que corroboran el hecho. Actualmente se sabe que hay agua en Marte mayormente como hielo -incluso en el subsuelo-, y en menor grado como vapor; lo que aún está en debate es si alguna vez hubo un gran océano; y lo que pudo haber conducido a su desaparición.

Esta información la ofrecía un amigo a sus estudiantes de primaria a propósito del Día Mundial del Agua, cuando se vio interrumpido por una carita redonda de ocho años quien le espetó “pero profe, ¿por qué van a buscar agua allá? ¿no tendríamos que buscarla aquí?; en mi casa ya tiene dos semanas que no tenemos agua y cuando llega la gente de abajo se la agarra toda”. Juanita tiene un punto y coincidiría con la resolución 64/292 del 2010 de la Organización de las Naciones Unidas, donde se reconoce que el servicio de agua potable y saneamiento es un derecho esencial para el logro de todos los demás derechos.

Pero ¿cómo dar una explicación clara a la niña?, tal vez iniciaríamos diciendo que en México hay grandes diferencias con relación a la disponibilidad de agua. Los estados del norte: Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas son mayormente semi-áridos o áridos, y reciben 9 % de agua renovable al año; o la cantidad máxima de agua que es factible explotar anualmente sin alterar el ecosistema y que se renueva por medio de la lluvia. Como un punto de comparación considérese que 67% del agua dulce renovable de México ocurre en el sur y sureste del país.

Empero, con tan escasa precipitación ¿por qué cuando llueve se inundan nuestras ciudades? -uno de los tres usuarios del agua y a donde se destina 14.3% del fluido-. Y aquí encontraríamos que la falta de planeación urbana -que en muchos casos recae en los desarrolladores-, la ausencia de servicio de recolección de basura, la deficiencia en el mantenimiento de sistemas de agua potable y de drenaje, y la carencia de estrategias de captación son factores…eso sin tomar en cuenta las condiciones de cambio climático bajo las cuales se estima que habrá lluvias más intensas en un menor intervalo de tiempo
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Pero más allá, el servicio de agua continuo y de calidad no recae en la presencia de infraestructura sino en aquella que opere. Al 2020, 99.6 % de municipios mexicanos reportaron tener servicio de agua potable de la red pública y 80.8 % contaba con servicio de drenaje y alcantarillado. Sinaloa es la entidad con el mayor número de plantas potabilizadoras operando:140. En los estados norteños se tienen las siguientes cifras: Tamaulipas: 39, Nuevo León: 34, Baja California: 28, Sonora: 20, Coahuila: 11, Chihuahua: 5 y Durango 2. Además, para que una planta opere se incurre en gastos; de acuerdo con CBR Ingeniería, la tarifa del agua potable ronda entre $1.5 y $2 pesos el litro, mientras que el tratamiento puede ir desde los $0.80 centavos hasta $5 pesos, dependiendo de la calidad a tratar.

Y esto nos lleva a las Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR); al 2020 sólo 41 % de los municipios trataron al menos una fracción de sus aguas residuales; en tanto que 58 % no hizo tratamiento alguno. Sinaloa nuevamente fue la entidad con el mayor número de PTARs en operación (240). En el norte, Chihuahua reportó la existencia de 102, Durango de 83, Nuevo León de 64, Sonora de 53, Baja California de 37, Coahuila de 21 y Tamaulipas de 20. No obstante, que haya menos plantas de tratamiento que de potabilización, recae en los costos de operación, en particular por los altos consumos de energía eléctrica.

Con todo, es un escenario común encontrar que los flujos de agua tratada y en los cuales se incurrió en gastos, termina mezclándose con aguas de lluvia y aguas crudas o no tratadas. Pero de separarse, el agua tratada puede ser utilizada. En nuestro país 48 % se usa para riego agrícola y 32 % para el riego de áreas verdes. Y sí, el uso de aguas tratadas podría ser una fuente adicional que nos ayudase a enfrentar la escasez antes que otras opciones más onerosas como la desalación.

A este punto, Juanita vería claramente que hay múltiples oportunidades para que en su casa hubiese agua pero que los retos van más allá de abrir una llave seca, y se enmarcan en la planeación integral de la ciudad y sistemas relativos -como el energético-, considerando condiciones biofísicas, gestión -en particular el mantenimiento-; conservación, conciencia ciudadana, actualización tecnológica, y proyecciones a futuro por la ocurrencia de eventos extremos asociados al cambio climático, entre otros. Tal vez la pequeña diría que considerando a estos y aquellos no terminaremos como Marte.

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