publicidad
Opinión

Plan «inadecuado» para la vaquita marina

Por: Iván Restrepo

Como referí el lunes pasado, sólo quedan ocho ejemplares de la vaquita marina, el mamífero más pequeño del planeta y que sólo se localiza en las aguas del alto golfo de California. Está a punto de extinguirse por la captura ilegal de totoaba, el pez más grande del alto golfo y por cuyo buche llegan a pagar hasta 60 mil dólares en China. El biólogo Lorenzo Rojas aclara que no lo utilizan como afrodisíaco, sino como medicina para unos 20 padecimientos, tal y como refiere Chen Dankun, quien preside la Asociación de Buche y Productos del Mar Desecados de Shantou.

La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites, por sus siglas en inglés) declaró «inadecuado» el plan que en febrero pasado le presentó el gobierno mexicano para impedir la pesca ilegal de la totoaba y proteger la vaquita. Dicho plan remplazó una versión previa y comprendía desde utilizar radares para vigilar mejor los 13 mil kilómetros cuadrados del área de refugio de la vaquita; «sembrar» más bloques de concreto para desalentar el uso de redes de pesca inadecuadas; controlar puertos y aeropuertos para evitar la salida hacia el mercado internacional del buche, y que la Cites financiara estudios ambientales y sociales en el alto golfo de California. No se menciona la prohibición de pescar en el área de refugio.

La Cites, a la que México pertenece desde 1991, ordenó entonces suspender desde el pasado 27 de marzo, todo el comercio de y con México de cualquier especie de flora o fauna. Son 2 mil 513 de flora y 635 animales. Todavía no se tiene un cálculo de la millonaria afectación económica y la de tipo social que ocasionará dicha medida, muy especialmente en las comunidades rurales y pesqueras.

Se desconocen los logros que obtuvo la delegación que el gobierno envió a la sede de la Cites en Ginebra para tratar de levantar tan drástica medida. Entre los enviados no hubo personal de la Conabio, organismo que la Cites considera su par en el tema.

Las autoridades del país calificaron de «inequitativa» la medida de la Cites por ignorar «el esfuerzo exhaustivo y las múltiples acciones que se han realizado» contra la pesca ilegal de totoaba. Menciona cómo desde 2017 la prohibió en el mar de Cortés; también las redes de enmalle (o agalleras), en las que queda atrapada la vaquita y muere por asfixia; personal de la marina vigila la región y destruye dichas redes. Además, según las autoridades, se confiscaron más de 2 mil 300 buches de totoaba, impusieron multas por 337 millones de pesos y recuperaron 384 redes ilegales entre 2019 y 2021. Sin embargo, continúa la pesca ilegal.

La sanción se levantará cuando la Cites estime adecuadas las nuevas medidas del gobierno en torno a la totoaba y la vaquita. Y en ese tenor hay varios puntos claves: 1) evitar que el crimen organizado propicie y controle la pesca ilegal de totoaba; 2) entregar los apoyos económicos prometidos a las familias que viven de la pesca, como la de camarón, en dicha región; 3) acabar con la ineptitud y la corrupción que campean en las instancias gubernamentales (Inapesca, Conapesca y demás responsables de garantizar el cumplimiento de la veda y los apoyos sociales a las familias).

Desde hace 30 años, México decretó la protección de la vaquita por ser una especie endémica del país y en peligro de extinción. La realidad muestra que no ha cumplido su tarea. Quienes sí la han hecho son los centros de investigación. Cito, por ejemplo, los trabajos de Lorenzo Rojas Bracho, Armando Jaramillo Legorreta, Edwyna Nieto García y Gustavo Cárdenas Hinojosa; Catalina López-Sagástegui, de la Ucmexus-Universidad de California, Riverside; Octavio Aburto-Oropeza, del Instituto Scripps de Oceanografía, Universidad de California, San Diego; Horacio de la Cueva, del Centro de Investigaciones Científicas y Estudios Superiores (Cicese), en Ensenada; Omar Vidal, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en México, y Barbara Taylor y Jay Barlow, de la NOAA, Southwest Fisheries Center.

Si las instancias oficiales atendieran lo que plantean desde hace décadas los investigadores, la vaquita no correría el peligro de desaparecer para siempre. Y nuestro país no estaría ahora señalado internacionalmente por la negligencia oficial.

Related Posts