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Opinión

Astillero | Mee too, Televisa y similares / Julio Hernández López

Por: Julio Hernández López

Bien dicen que Yordi Rosado (“productor, conductor, locutor y autor”, según su descripción en Twitter) debería ser el titular de la Fiscalía General de la República, pues ha hecho confesar fechorías a varios peces gordos del espectáculo y la farándula.

Entre esas revelaciones indicativas destacan las del ex campeón mundial de box Julio César Chávez, del actor y empresario Roberto Palazuelos (cuya candidatura a gobernador de Quintana Roo se cayó por declaraciones con Yordi) y, ahora, de Luis de Llano, quien fue poderoso productor de telenovelas, series televisivas, películas y, en especial, de programas musicales para televisión e impulsor de agrupaciones musicales juveniles, como Garibaldi, Kabah, Micro Chips, Fresas con Crema y Timbiriche.

Sasha Marianne Sökol Cuillery, conocida como Sasha Sokol, nacida en junio de 1970, develó en Twitter este martes, en la noche del Día Internacional de la Mujer y en reacción a las referencias a ella que hizo De Llano con Rosado el domingo reciente, lo que largamente se había comentado en el mundillo de lo artístico televisivo, una relación abusiva de De Llano con la niña que despuntaba como cantante en uno de los grupos auspiciados por el famoso productor. Ella tenía 14 años y él 39, casi el triple que su “novia”.

La confirmación hecha por Sokol no puede ni debe quedarse sólo en el terreno de los dichos y contradichos (la propia fiscalía capitalina de justicia ha abierto la puerta a que se exploren las posibilidades punitivas del caso). Es un asunto por encima de las veleidades de ese gremio, pues apunta al extendido abuso de poder en el terreno sexual del que en voz baja, pero con gran insistencia se habla, tanto en relación con el que se ha llamado Canal de las Estrellas como en otras televisoras privadas: la fama, la promoción artística y el dinero, en función de manipulaciones y dominio de productores (no sólo De Llano) y directivos.

A escala mundial estalló en octubre de 2017 el movimiento conocido como Me Too, referido en su arranque a las acusaciones de abuso sexual contra el poderoso productor de cine Harvey Weinstein, nacido en Nueva York en 1952, actualmente preso, sentenciado a 23 años de cárcel y en espera de un segundo juicio en California.

Depredadores sexuales como Andrés Roemer, actualmente refugiado en Israel, y casos como el de Gloria Trevi y Sergio Andrade son botones de muestra de la persistencia de prácticas abusivas contra mujeres, mediante el ataque directo, el engaño disfrazado de ayuda laboral o promoción en carreras y la abierta manipulación desde posiciones de poder en medios electrónicos definitorios.

El desahogo sin gran violencia de las manifestaciones de este martes no debe entenderse como un momento ideal, con flores y abrazos, que borre la persistente realidad del abuso desde los poderes, de la desatención crónica de las denuncias (el caso de Félix Salgado Macedonio devino en un virtual premio filial) y de la represiva actitud histórica de las policías (y los militares), que no puede ser cambiada por instrucciones de oportunidad de sus jefes ni por un soplo de calendario, cuasi divino.

Ricardo Monreal anunció anoche haber conocido una resolución judicial que podría abrir la puerta de un penal veracruzano al ex secretario técnico del Senado Juan Manuel del Río Virgen, por cuyo encarcelamiento y procesamiento judicial se desató una batalla del político zacatecano con el gobernador morenista Cuitláhuac García, y se generó una división interna en la bancada senatorial guinda que sólo en apariencia se frenó.

Y, mientras en Tamaulipas el gobernador panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca le come el mandado al morenismo en el Congreso estatal y coloca a una pieza propia en la presidencia de la Junta de Coordinación Política, lo cual añade expectativas de que, por acuerdo o por marrullería, ese mandatario podría zafarse de presunto encarcelamiento futuro, ¡hasta mañana!

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