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Terapias de conversión provocan estrés y pueden llevar al suicidio: especialista

Por: Redacción La Jornada Baja California

Tijuana, 5 de mayo.- Depresión, ansiedad, estrés post traumático e incluso el suicidio, son algunas de las consecuencias que pueden repercutir en las personas sometidas a terapias de conversión, expresó el doctor Israel Castro Ramos, paidosiquiatra y jefe del área de Niños y Adolescentes del Hospital de Salud Mental de Tijuana A.C.

Aseguró que este tipo de terapias no tienen un fundamento científico “por el contrario,  existen estudios que comprueban el daño que pueden causar pero no que haya un cambio en la expresión sexual, en la orientación sexual”.

Las terapias de conversión se definen según la Organización Mundial de la Salud (OMS) como esas estrategias psicológicas que se realizan para corregir la homosexualidad a la heterosexualidad y está comprobado que no tienen ninguna validez.

“No ayudan a que el individuo se sienta pleno con respecto a las expresiones de su sexualidad, porque se les señaló desde que fueron a las terapias que su expresión sexual era patológica, era una enfermedad y a nadie le gusta estar enfermo, entonces de alguna manera se retiró la carga placentera que podía generar la expresión sexual”, comentó.

Castro Ramos informó que en 1990 la homosexualidad se consideraba como parte del listado de enfermedades, de alguna alteración psiquiátrica, pero a medida que se estudió se retira de estas listas y ahora no es considerado parte de una patología.  

El doctor explicó que tal vez algunos casos el sometimiento a la terapia se debe al miedo de los padres porque sus hijos pertenezcan a un grupo vulnerable que sufre de violencia, odio y discriminación, “pero entonces realmente no es por el bien del niño, sino es un miedo del padre, aquí entonces la recomendación es que el padre trate ese miedo”.

Es fundamental, comentó Castro Ramos, que los padres busquen orientación con profesionales de la salud mental sobre el manejo de la sexualidad del niño y en el caso de una preferencia homosexual, no habría que evitar o coartar esta orientación porque no es considerada una enfermedad.

Por último recomendó los libros: “Mi vida homosexual” de Marina Castañeda y “Papá, Mamá soy gay” de Rinna Riesenfeld.

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