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Taurina favorece formación de neuronas: estudio; no recomendable en bebidas energéticas

Por: Eirinet Gómez / La Jornada

La taurina –aminoácido presente en la proteína de la carne, el pescado y los huevos– favorece la formación de nuevas neuronas, confirmó el equipo científico del que forma parte Lenin David Ochoa de la Paz, doctor en ciencias por el Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante la conferencia Taurina, más allá del Redbull, organizada por la Facultad de Medicina (Facmed), Ochoa de la Paz explicó que el trabajo con ratones de las cepas CD1 ha permitido conocer la contribución del aminoácido en la neurogénesis, el proceso por el cual se generan neuronas a partir de células madres neurales y progenitoras.

La taurina fue descubierta en 1827 por los científicos alemanes Friedrich Tiedemann y Leopold Gmeli, quienes la hallaron en la bilis del toro, aunque se encuentra en muchos organismos vivos. Juega un papel importante en varios procesos fisiológicos de humanos y animales.

Si bien el cuerpo la sintetiza, es durante la alimentación que se obtiene 70 por ciento de lo requerido para el correcto funcionamiento de órganos y tejidos. Está presente en las proteínas de la carne, huevos, lácteos, quesos, moluscos, salmón y vegetales como el perejil y el ajo.

Redbull y efectos dañinos

Ochoa de la Paz, también profesor en el departamento de Bioquímica de la Facmed, dijo que la percepción de que es mala para la salud proviene del consumo de bebidas energéticas, las cuales, además de taurina, tienen alto contenido de cafeína y azúcar.

«Su ingesta a través de estas bebidas no es recomendable porque no aportan valor nutricional y para las personas sensibles a componentes de la fórmula es contraproducente».

Explicó que la taurina contribuye a la osmoregulación o mantenimiento del equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo; tiene propiedades antioxidantes que ayudan a proteger las células del estrés oxidativo y el daño causado por los radicales libres; de igual manera, participa en la regulación de los niveles de calcio dentro de las células, esencial para la función muscular.

Debido a sus propiedades, se ha utilizado como suplemento alimenticio en tratamientos contra la sarcopenia, una condición caracterizada por la pérdida progresiva y generalizada de masa muscular y fuerza esquelética asociada al envejecimiento, que puede llevar a una disminución de la movilidad, mayor riesgo de caídas y fracturas, y reducción de la calidad de vida en las personas mayores.

Otro uso de la taurina es contra padecimientos coronarios, como las arritmias, por su contribución a estabilizar las membranas celulares y regular la contracción del músculo cardiaco, así como para la reducción de la presión arterial y mejorar el funcionamiento del corazón.

Un empleo adicional del aminoácido es en el tratamiento de tres patologías oculares, muy frecuentes en México, como la retinopatía diabética, glaucoma y degeneración macular asociada a la edad. Debido a que actúa como neurotransmisor o neuromodulador, al ayudar en la regulación de la excitabilidad neuronal y proteger las neuronas del daño, se le considera auxiliar en el tratamiento de Alzheimer, epilepsia y la perdida cognitiva por demencia senil, o por golpes o traumatismos.

Para Ochoa de la Paz, este aminoácido es vital para la fisiología celular y el funcionamiento adecuado de órganos y tejidos. Su presencia es fundamental desde el desarrollo embrionario hasta la vejez; «necesitamos su aporte todo el tiempo, sobre todo en los extremos de la vida, en las etapas prenatal, posnatal y en el envejecimiento».

Hizo hincapié en que no es un medicamento, sino un suplemento con capacidad farmacológica, y su uso en cualquiera de las patologías mencionadas requiere de autorización y vigilancia médica.

Añadió que en su laboratorio se propusieron estudiar si la taurina realmente ayuda a la neurogénesis, cuál es el mecanismo, qué proteínas activa y con cuales interactúa.

En la investigación en ciernes decidieron enfocar sus estudios en ratones, específicamente en la zona subventricular del cerebro de esos animales para analizar su interacción con receptores a GABA (ácido gamma-aminobutírico), proteínas ubicadas en la membrana de las células neuronales.

Los resultados hasta ahora indican que la taurina favorece la formación de neuronas completamente funcionales, pese a que «nosotros creíamos que sólo formaba la neurona y la funcionalidad dependería de otro factor; sin embargo, no es así», resaltó Ochoa de la Paz, quien detalló que, a partir de los avances obtenidos, buscar implementar un modelo in vitro, «para ver si la taurina en etapa adulta y senil en modelos animales ayuda a mantener la capacidad cognitiva».

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