Maíz, la base para un negocio que gesta gran variedad gastronómica
Para preservar la parcela ubicada en el pueblo de San Juan Ixtayopan, Tláhuac, que heredó del bisabuelo José, quien obtuvo la tierra por su participación en la Revolución Mexicana, la familia Montero Ruiz decidió dedicarse a transformar el maíz de temporada, que siembran en 11 mil metros cuadrados dos veces al año, en pay de huitlacoche y elote.
A pesar de la creencia del abuelo Anselmo relacionada con el hecho de que las mujeres no debían entrar a la milpa, porque el elote jiloteaba
, es decir, que no se llenaba con granos de maíz, ahora la cuarta y quinta generación de la familia, en la que la mayoría son mujeres, tomaron la decisión de conformar la cooperativa Transformadora de Maíz y Amaranto Ixtayopan.
Aunque desde hace tres décadas se dedican a la venta de elotes, esquites, chileatole, tlaxcales, flanes, gelatinas y pan, las hermanas Yadira y Carolina, junto con sus padres José Luis Montero y Silvia Ruiz, han innovado con la creación del pay de huitlacoche con queso.
Valeria –hija de Yadira, quien también participa en la cooperativa– vende a los conocidos doriesquites, o una mezcla con sopa instantánea, que junto con el pay de huitlacohe y de elote es lo más solicitado por los comensales de todas las edades.
Yadira recuerda que como mujeres no íbamos a la milpa porque mi abuelo tenía otras ideas en las que decía que no teníamos que ir porque la cosecha no se iba a dar, pero cuando falleció, mi papá dijo: aquí entramos todos. La familia retomó el trabajo en el campo: mis papás, hermanos y ahora hasta mis hijos
.
Al atardecer, la gente toca la puerta de la casa de esta familia, en la Avenida del Maestro, en San Juan Ixtayopan, para preguntar si ya hay pan
, e incluso en el pueblo se conoce el pequeño establecimiento como el pan de Yadira, cuyos productos han viajado a Chicago, en Estados Unidos, Brasil y República Dominicana, ya que todos los años los compran visitantes extranjeros.
Mientras Yadira saca del horno el pay de huitlacoche y de elote con queso, su hermana Carolina relata cómo es el trabajo en el campo es muy pesado, pero muy bonito
, además de que el olor a tierra mojada y la sensación del rocío no tienen comparación.
Le tengo mucho cariño al ejido, porque es herencia, no hay que dejar la parcela tirada, hay que sembrar diferentes cultivos para que la tierra no se canse, hay que deshierbar, es un trabajo duro. Sería muy fácil olvidarte de ella, te puedes buscar otro trabajo y ya, pero esta es mi herencia.
Carolina señala que también se siembra frijol y cuando concluye la cosecha de maíz se inicia con el de la avena forrajera, así como de amaranto, para posteriormente preparar palanquetas, alegrías y mazapanes, sin descuidar los árboles de limón, granadas, duraznos y peras, entre otros, que mantiene la familia.
Además de la venta de esquites, elotes y pay de huitlacoche, Yadira elabora roscas de pan de naranja, zanahoria con manzana y arándano, pero el reto es innovar con otras recetas gourmet en las que use elote, que podrá preparar con la licuadora industrial y una mezcladora, entre otros enseres, que lograron adquirir con más de 70 mil pesos que recibieron de la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo como parte del programa de economía social por la creación de la cooperativa hace un par de años.
Espera que con un segundo apoyo de la dependencia capitalina puedan adquirir un horno de inducción y otros materiales con la finalidad de continuar con la preparación de los alimentos, que son realizados con productos orgánicos como la nata de leche de vaca.
En tanto, Silvia Ruiz, madre de Yadira y Carolina, destaca el sabor dulce del elote criollo, que es muy diferente al de Morelos
, mientras José Luis Montero, padre de las emprendedoras, está a cargo de supervisar la milpa que siembra sólo en temporada, ante la escasez de agua en la zona, de la que obtiene, en promedio, 24 toneladas.