Señalan que también se siembra frijol y avena forrajera, así como amaranto, entre otros, ya que así mantiene la familia.
La lucha por el maíz representa una década digna de resistencias ante los daños ocasionados por las empresas trasnacionales.
Los costos de producción subieron en 35% mientras los precios internacionales del cereal se redujeron y se apreció el peso frente al dólar.
Hay reconocimiento mutuo de que el tiempo es esencial para encontrar un camino a seguir y resolver la controversia del maíz.