En el regreso de la UFC, Moreno pierde con Royval
Dicen que el boxeo es la expresión atlética que mejor revela la personalidad y la cultura popular de los mexicanos. Al menos existe un Olimpo de peleadores legendarios que habitan en la memoria colectiva. Este fue el terreno fértil donde echó raíces un deporte tan nuevo como las artes marciales mixtas y su mayor plataforma global, la UFC, con apenas tres décadas de existencia.
En el regreso de la UFC a la Arena Ciudad de México, por sexta ocasión a la capital, confirmó lo que ya se intuía. En este país hay una sensibilidad y una pasión por los espectáculos de combate y lucha que predisponían a abrazar esta nueva disciplina y volverla un éxito masivo. Las 23 mil personas que agotaron las entradas en menos de una hora para la función de anoche lo constatan. Todos enardecieron por la derrota de su ídolo en ciernes, Brandon Moreno, ante el estadunidense Brandon Royval.
Aunque es un arte de combate a todas luces distinto, los peleadores parecen surgidos de la misma urgencia y la misma madera que los boxeadores mexicanos. Ronaldo Rodríguez, nacido en Chiapas y criado en Veracruz, venció a Denys Bondar. Cuando explicó su triunfo, la narrativa era una fiel réplica de tantos compatriotas pugilistas.
Yo sufrí cosas muy jodidas en mi vida. Vendía dulces en las calles. Me abandonó mi padre. Era un niño pobre de Chiapas y crecí en los peores años de violencia en Coatzacoalcos, Veracruz. Pude entrar al cartel allá y mi vida sería otra. No lo hice y en cambio triunfé hoy en mi debut en UFC
, dijo Rodríguez.
Poco más tarde, el mexicano Yair Pantera Rodríguez llegó como coestelar ante el estadunidense Brian Ortega, quien cobró una revancha asombrosa a pesar de que estaba al borde de la derrota.
La noche, sin embargo, era de Brandon Moreno. Ídolo querido por la gente. En un espectáculo en el que el inglés es la lengua franca, el de Tijuana sobresale por sí mismo con las señas de su tierra. Entró al octágono con su propio corrido norteño como tema de apertura. Y en el combate, insertó la tradición del boxeo mexicano. Brandon, con ganchos y jabs, intentó mantener a raya a Royval. Escurridizo para evitar derribos y hábil para la trompada, a Moreno no le alcanzó para evitar una derrota que sufrió con toda su afición. El vencedor fue despedido con un estruendoso abucheo y le gritaron: con Moreno, no
.