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Luchar es algo que los mexicanos traemos en la sangre: Brandon Moreno

Por: Juan Manuel Vázquez / La Jornada

Hay algo mítico que palpita en la fascinación de los mexicanos por luchar. Los combates, incluso la supervivencia en sí misma, están impregnados por esta fuerza que identifica a todo un pueblo. Los peleadores nacidos en estas tierras que participan en la UFC, la empresa más grande en el mundo de artes marciales mixtas, lo reconocen como una razón incuestionable del éxito que viven en este espectáculo deportivo y también como el origen de la creciente masa de aficionados en este país.

«Cuando un mexicano llega a convertirse en un peleador, ya lo ha estado haciendo por años en México. Es lo que hacemos todos para salir adelante en este país», dice Víctor Altamirano, uno de los combatientes de la cartelera en el regreso de la UFC a México este fin de semana.

Brandon Moreno, primer campeón de la UFC nacido en México, piensa que esta identificación es una manifestación casi natural. «Es como si por el solo hecho de tener sangre mexicana ya se nace bueno para tirar golpes», comenta unos días antes de su combate estelar ante el estadunidense Brandon Royval.

La función protagonizada por peleadores de este país el próximo sábado en la Arena CDMX tiene éxito garantizado. Basta ver la rapidez con la que se vendieron los 23 mil boletos, los cuales se agotaron en poco más de una hora. Un espectáculo cuyas entradas oscilan entre mil y 12 mil pesos requiere de una gran base de aficionados para reportar este fenómeno de respuesta.

«Hay algo en nosotros, por eso nos encanta el boxeo y tenemos tantos campeones mundiales en ese deporte«, comenta Moreno, quien a los 30 años es la mayor estrella mexicana en UFC; «era cuestión de tiempo que este éxito de las artes marciales mixtas ocurriera en nuestro país«.

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Altamirano nació en Fort Worth, Texas, y también estará en esa cartelera. En su condición de mexicano nacido en Estados Unidos, su interpretación sobre la identidad y la pasión por el combate está matizada por su propia experiencia cultural. En su relato retumban como en una lotería las figuras del migrante, la familia y el trabajo arduo para la supervivencia.

Pelea desde que nace

«Desde que nace un mexicano tiene que pelear«, resume Altamirano.

«Al nacer ve a sus padres que luchan por la vida. Vemos a nuestra familia que se levanta temprano todos los días para trabajar. Y cuando uno puede, también lo hace. Esa experiencia de trabajar y de querer salir adelante en este país, de ponerle ganas sin importar lo que hagas, eso es lo que enseña a pelear y es lo que nos representa a todos«, agrega Altamirano.

Al margen de la aparente simbiosis entre una cultura apasionada y todo lo relacionado a luchar, hay un fuerte interés de la UFC por expandir su influencia en el mercado latino y México es un bastión poderoso. Otras ligas importantes, como la NFL de futbol americano, han hecho de nuestro país su segundo mercado por la capacidad de consumo masiva.

«También es que la UFC le ha apostado mucho al público latino y México es muy importante, por eso han creado esta cartelera con peleadores de aquí que están haciendo muy bien su carrera y tienen éxito en este momento. Ahora somos nosotros, pero hay muchísimos que vienen detrás«, agrega Moreno.

LA UFC es una de las empresas deportivas más jóvenes en el mercado global. No se acerca a las ganancias que generan industrias como la NFL, la NBA de basquetbol o las Grandes Ligas de beisbol, pero en tres décadas han tenido un crecimiento descomunal. Su valor en conjunto de esta compañía es de unos 21 mil millones de dólares y desde el año pasado cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York en una fusión con la WWE (World Wrestling Entertainment), la firma más cotizada de lucha libre en el mundo.

Busca la expansión

Parte de su proyecto de expansión es realizar unas veinte carteleras al año fuera de Estados Unidos. La de este fin de semana en la Arena Ciudad de México es una de ellas. Aunque ya ha organizado algunas en aquel país con puro talento tricolor.

Yazmín Jauregui, la única mexicana de la función, está convencida de que también las mujeres de nuestro país están destacando en ese deporte. Las razones que atribuye a su éxito no sólo en UFC, sino también en otras organizaciones, son parecidas a las que esgrimen sus compañeros, pero aquí es todavía más específica. Ellas –sostiene– han crecido en contextos socialmente más difíciles y acostumbran resolver las adversidades para salir adelante con sus vidas.

«Yo fui mamá muy joven«, cuenta la peleadora; :apenas tuve a mi hijo Matías, me lo llevé al gimnasio. Llegaba con mis cosas para entrenar y cargaba su pañalera. No tenía dinero para pagar taxis y a veces hasta nos mojábamos por llegar a las prácticas. Hoy estoy en UFC, lo que siempre soñé. Espero servir de inspiración para otras. Yo soy el ejemplo de que las mujeres mexicanas somos muy aguerridas«, finaliza Jauregui.

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