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En el Clásico Mundial la comunión no fue un accidente: Mariana Patraca

Por: Juan Manuel Vázquez / La Jornada

Taijuan Walker, lanzador de los Filis, nació en Louisiana, pero creció junto a su abuela mexicana en Estados Unidos. Una parte importante de su identidad fue amasada en esa experiencia de familia. Cuando supo de la posibilidad de integrar la selección tricolor para acudir al Clásico Mundial de beisbol, inmediatamente se puso en contacto con los responsables de integrar al equipo y entregó el acta de nacimiento de su madre para confirmar que tenía esa herencia.

No sólo fue Walker. Lo mismo sucedió con otros peloteros nacidos en Estados Unidos y cuya identidad los hizo buscar a los responsables de la selección. Todos sentían una conexión profunda con el país de sus padres o abuelos y querían ser sus representantes. En eso radicó la magia del equipo, explica Mariana Patraca, responsable de operaciones de esa novena que marcó un hito en el beisbol mexicano.

Decir que fue encargada de las operaciones impide percibir el despliegue de habilidades que Patraca tuvo que ejercer. La joven que creció en la colonia Narvarte de la Ciudad de México y llegó a las Grandes Ligas en funciones de alta responsabilidad, era quien establecía la comunicación con los equipos del máximo circuito, seguía las estadísticas de los jugadores, analizaba sus temporadas y rendimientos, mientras ponía en perspectiva sus historiales de lesiones o revisaba sus situaciones de nacimiento.

«Lo mejor de todo fue que todos los que estuvieron así lo quisieron. Ahí estuvo la magia: a nadie tuvimos que convencer ni rogarle. Más bien hubo quienes desde el principio nos buscó y estuvieron muy activos para reunir los requisitos«, cuenta Patraca.

El caso de Randy Arozarena fue distinto, comenta. Al margen del talento como bateador y jardinero, nadie sabía que produciría un fenómeno inédito con la audiencia, incluso se habló de Randymanía.

«El pelotero de los Rays nació en Cuba pero desde que llegó a México declaró su deseo de naturalizarse y representar a la selección. No había trazas de que viviría un romance con el público, pues en el trato privado es muy serio, de bajo perfil», cuenta Patraca.

«Lo que generó ya todos lo sabemos. También lo que provocó la participación de la selección en el Clásico Mundial, aunque no lo anticipamos, lo que sí hubo fue un trabajo muy arduo que se reflejó en el campo de juego«, comenta Mariana.

México dio partidos memorables, jugadas dignas de permanecer en el recuerdo. Lo más importante, lograron el tercer lugar en el torneo y provocaron una euforia alrededor del beisbol que muchos consideran que este deporte vive su mejor momento en décadas.

Cuando reviso lo que ha ocurrido este año, me doy cuenta que no he asimilado por completo lo que sucedió a partir de entonces, dice todavía sorprendida.

Brennan Bernardino, lanzador mexicano-estadunidense de los Medias Rojas y quien ha representado al Tri en algunos torneos, asegura que no lo sorprendió el resultado. Además de jugar en Grandes Ligas, el serpentinero tuvo temporadas en Liga Mexicana de Beisbol y Liga del Pacífico.

Después del Clásico el mundo descubrió el nivel que tienen los mexicanos. Los que hemos jugado con ellos en Grandes Ligas y en México ya lo sabíamos, remata Brennan.

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