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Baja California

Investiga CNDH presunta negligencia del IMSS contra jornalera de San Quintín

Por: Julieta Martínez / La Jornada Baja California

San Quintín, 21 de octubre. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) abrió una carpeta para determinar la responsabilidad del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en una presunta negligencia contra una trabajadora agrícola, a quien según -denunció la propia indígena – no se le atendió adecuadamente la fractura de una pierna, que ocurrió durante su jornada laboral.

El 18 de octubre un visitador del organismo acudió a tomar la declaración de Herlinda Santiago Martínez, una joven na savi (gente de la lluvia) que cada año viaja desde Cochoapa El Grande -de la Montaña Alta de Guerrero-, a trabajar en los campos agrícolas de San Quintín, donde el 23 de septiembre pasado cayó en un surco al pisar un tomate podrido e impactar su pierna derecha contra un poste de metal que partió el fémur derecho en dos.

Apenas el sábado 15 de octubre -tres semanas después del accidente- Herlinda fue operada en el hospital El Buen Pastor de San Quintín por un médico especialista integrante de la organización humanitaria Samaritanos del Aire, que viajó expresamente desde Arizona, Estados Unidos, con el material que se requería para atender a la jornalera.

La cirugía -sin costo para la trabajadora-, tuvo muy buenos resultados pese a que durante el tiempo transcurrido desde la caída (de la joven de 30 años) no se le hizo ninguna intervención, afirmó Florentino Solano, quien interpretó el testimonio de Herlinda, que es monolingüe. Solo habla tu’un savi (la palabra de la lluvia) como le denominan en su región al mixteco.

Florentino Solano, poeta, escritor, originario de guerrero, residente de San Quintín. Foto Edgar Lima

Al hablar del resultado de la cirugía Solano se refirió al reporte médico y consideró que posiblemente la fortaleza física de la trabajadora agrícola ayudó a que hubiera una buena respuesta; ahora ella deberá esperar dos meses para empezar a caminar, apoyada en una andadera. y regresar al trabajo y sus viajes anuales de más de 3 mil 455 kilómetros, desde la Montaña Alta de Guerrero hasta San Quintín.

Derechos humanos, lingüísticos y laborales

Además de la denuncia contra el IMSS por la desatención a Herlinda, tanto en lo médico como en sus derechos lingüísticos – no habla español y no se le proporcionó un intérprete y apenas podía entender lo que pasaba gracias a un sobrino -, también está pendiente su situación laboral con la empresa donde se fracturó, a la que reclaman mantener sus derechos por ser un accidente laboral, explicó Florentino Solano.

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Durante la entrevista, realizada el 18 de octubre en la vivienda que una paisana le proporcionó luego de que según la denuncia la empresa Rancho Los Pinos dio por terminada la relación laboral, por lo que ya no tenía acceso al campamento El Vergel donde vivía desde marzo pasado, cuando llegó a San Quintín.

Herlinda relató que trabajaba en el deshoje de tomate cuando se cayó y fracturó; una ambulancia de la empresa la llevó a la Clínica 13 del IMSS del poblado Lázaro Cárdenas donde le colocaron una venda y la enviaron al Hospital Regional Número 8 del Seguro Social, de Ensenada, donde estuvo 13 días sin mayor atención e incluso salió con la misma venda, que ella se acomodó y amarró porque «ya no aguantaba el dolor».

Aseguró que antes de que le asignaran una cama la mantuvieron tres días en un pasillo donde solo le dieron «unas pastillitas» y cuando la llevaron a cuarto le pusieron «una inyección en la panza, con una aguja amarilla» y siguieron dándole dos pastillas para el dolor hasta el final de su hospitalización el 5 de octubre que salió de las instalaciones por su voluntad ya que le habían anunciado que la operación sería hasta dos meses después.

Herlinda consideró que en su casa estaría mejor durante los dos meses de espera para la cirugía, pero al anunciarlo las autoridades del IMSS la convencieron de que se quedara dos días más porque ya tenían las piezas que se requerían para la operación en su pierna. Esperó, pero el material no llegó, así que al abandonar las instalaciones médicas -según platicó- la amenazaron con un si volvía le iban a cortar la pierna, por lo que advirtió que no regresaría por el temor de que cumplieran.

También decidió salir porque la comida que le daban no era suficiente para cubrir su ingesta acostumbrada, «somos de buen comer por el trabajo duro del campo», explicó Florentino.

La Asociación de Mediadores Bilingües Interculturales, que también la acompaña en el tema laboral, buscó una alternativa aparte y gestionó la atención con Samaritanos del Aire, que respondieron de inmediato, explicó Florentino Solano.

Sobre la condición laboral de Herlinda y sus familiares -una hermana y dos sobrinos-, Solano explicó que la misma empresa busca una reunión; adelantó que la demanda es que a los parientes se les respeten sus derechos y a la jornalera se le restituyan, pues al regresar del hospital en Ensenada la hicieron firmar un cheque a manera de finiquito.

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A la fecha Herlinda Santiago Martínez sigue afiliada al Seguro Social -incluso el 26 de septiembre le validaron una incapacidad que podrá cobrar hasta que acuda personalmente- pero está pendiente que la empresa asuma una responsabilidad ya que el accidente ocurrió en sus instalaciones.

El accidente de Herlinda no solo impactó su integridad física, también afectó la rutina anual que incluye el viaje de 43 horas desde San Quintín hasta Cochoapa El Grande. Todos los años permanece de seis a siete meses en estas tierras para regresar, «de ley», a su lugar de origen para el Día de Muertos y festejar año nuevo. Al siguiente año vuelve a migrar, así lleva ya 10 años.

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