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Cultura

A mi padre le habría gustado ver a los Pumas como campeones, asegura Juan Villoro

Por: Mónica Mateos-Vega / La Jornada

Ciudad de México, 1 de noviembre.- En 1994, al principio del levantamiento zapatista, el filósofo Luis Villoro fue muy crítico, recuerda su hijo Juan en entrevista con La Jornada, porque su padre se oponía a la violencia guerrillera, ya que “consideraba que la época de las guerrillas guevaristas ya estaba rebasada, y tampoco le gustaba mucho el discurso marxista-leninista que no se adaptaba del todo a una realidad diversa como la mexicana.

“Con el primer brote del levantamiento recuerdo que tuvimos alguna discusión, pues él veía con mucho escepticismo que una guerrilla, que él y muchas otras personas consideraban de cuño tradicional guevarista, pudiera tener éxito en México.

“En agosto de 1994 fui a la Convención de Aguascalientes y mi padre mostraba recelo, mientras un gran amigo de él, al que siempre admiró mucho, Pablo González Casanova, desde muy pronto mostró interés y entusiasmo por los zapatistas.

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“Pero ya en ese agosto de 1994 los zapatistas habían dado un viraje fundamental. No se planteaban como la tradicional guerrilla que busca el poder con una inspiración marxista-leninista, sino que habían abierto su discurso a la herencia de los pueblos originarios, a discursos que venían desde el Popol Vuh hasta nuestros días, a reflexiones de comunalidad muy contemporáneas, al sentido del humor y de la fiesta, y habían demostrado ser un movimiento totalmente original.

“Entonces, aunque mi padre no asistió a la Convención de Aguascalientes de agosto, a partir de entonces, gracias también al diálogo con Adolfo Gilly y González Casanova, empezó a acercarse más al zapatismo y a deslumbrarse más con la originalidad de su discurso.”

Este jueves 3 de noviembre El Colegio Nacional rendirá un homenaje a Luis Villoro en el centenario de su natalicio. Muchos serán los temas a reflexionar que tienen vasos comunicantes con las ideas del filósofo.

Uno de ellos es el ejercicio del pensamiento crítico. El escritor Juan Villoro explicó que muchas veces se piensa que éste se da en contra de una argumentación o de una causa; “no se piensa, como hacía mi padre, que la crítica se puede ejercer a favor. Es decir, a tus compañeros de ruta y de causa, cuando los criticas, no lo haces para decir que lo que ellos hacen no sirve, no lo haces para desautorizarlos; al contrario, lo haces para mejorar esa causa, para que los errores que se han cometido no se repitan y esa lucha prosiga.

“Es decir, el sentido de la crítica constructiva o a favor es el que ejerce el pensamiento filosófico que no pretende derrotar al adversario, sino incluirlo en una transformación de la realidad a partir de la corrección de los errores.

“Le habría gustado ver a los Pumas de la Universidad Nacional como campeones del futbol mexicano y poder asistir al cumpleaños de su gran amigo Pablo González Casanova en su centenario, que cumplió el pasado 11 de febrero. Son del mismo año, pero como le gusta recordar a Pablo, él es mayor”, concluyó Juan, quien es el coordinador del homenaje a su padre en El Colegio Nacional, en colaboración con Javier Garciadiego, los días 3 y 4 de noviembre. Las sesiones serán a las 17 horas y participarán Miguel Limón Rojas, José Ramón Cossío, Diego Valadés, Márgara Millán, Mariana Mora y Luis Hernández Navarro.

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