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Cultura

Rael Salvador: Recuerdo del héroe llevado por su demonio 

Por: Manuel Quintero

El libro “Kata ton daimona eaytoy” y la proyección del visual “Encarnación en el umbral del héroe (Alucinaciones reconstructivas)” se presentarán este 7 de abril a las 6 de la tarde, en la Teleaula del Ceart Ensenada

Penetrante, documentada, por momentos aderezada con el desenfado estético de los clásicos o marcada por el tinte sartreano de lo existencial, la escritura de Rael Salvador (Ensenada, B.C., 1963) alcanza la agudeza inédita que despierta en los lectores la aprobación o el rechazo, pero no la indiferencia.

Afincado en el periodismo –editor de la Revista Cultural Palabra y de diversas columnas de opinión– tras un largo camino como poeta y ensayista, la denominación de escritor queda patentada en el estilo resuelto que ofrecen sus libros publicados: “Pandemónium”, “Ciudad abierta”, “Te metes, tiras y sales”, “Ensenada, instrucciones para hacer fuego con el mar”, “Obituarios intempestivos, vida y obra de Albert Camus, Anna Politkóvskaya y Facundo Cabral” o “Claridad & Cortesía. La creación de una belleza nueva”.

De vestimenta oscura y absorbiendo su Yerba mate en dosis calibradas, en este intercambio de preguntas y respuestas, el discurso de Rael Salvador se centra en “Kata ton daimona eaytoy / Recuerdo del héroe llevado por su demonio”, libro que toca de manera singular la figura del cantante de rock Jim Morrison, “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad y el film emblemático “Apocalypse Now”.  

Manuel Quintero: ¿Cómo se logró consolidar este libro, que no es una biografía de Jim Morrison, sino una biografía de una larga época que abarca acontecimientos de tres siglos?

Rael Salvador: El libro comenzó por ser un ensayo biográfico del vocalista y poeta de la banda de rock The Doors, Jim Morrison, pero observado por la lente de Francis Ford Coppola en “Apocalypse Now”, filmación que recrea el libro “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad en la intervención bélica de Estados Unidos en Vietnam. Es el dolor de Conrad en El Congo, la injusticia que refleja Coppola en una guerra sin sentido –como lo que hoy se sucede en una Ucrania intervenida por Putin–, el grito poético de Jim Morrison en su magna expresión de libertad, valiéndose de clásicos como el “Edipo rey” de Sófocles o “El origen de la tragedia” de Nietzsche.

M.Q.: ¿Hablas de un dolor histórico que no puede quedar silenciado en la pluma del escritor?  

R.S.: Cuando el escritor silencia el dolor, la belleza, la muerte, o a la propia madre, niega interrogantes esenciales de su vida, perdiendo la oportunidad de obsequiarle al otro, su lector, momentos de coincidencia reflexiva y que –si son aprovechados a conciencia– tienen la posibilidad de convertirse en valiosos útiles domésticos ante la soledad, la desgracia y esta especie de hastío que domina la inconclusa amenaza de pandemia.

M.Q.: “Kata ton daimona eaytoy”, que en griego antiguo quiere decir “Recuerdo del héroe llevado por su demonio”, es un libro donde el recorrido histórico centra su mirada en el Existencialismo, la Generación Beat y los hippies… ¿Apunta el libro como una propuesta personal de contracultura?

R.S.: En definitiva, es una mirada del Existencialismo como expansión, de esa muestra que bien supo capitalizar Jean-Paul Sartre de filósofos que lo antecedieron y que terminó como moda social. Pero no sólo eso, ni contado de forma tan vaga. Existe la riqueza de las imágenes del fotógrafo Héctor García Mejía que ofrecen una narrativa valiosa. Si escribir de uno mismo crea un espejo en el que otras personas reconocen su propia existencia, también podría decir, siendo un poco socrático, que la lectura no modifica al lector sino que saca lo que hay dentro de él. Estamos cimentados por nuestro pasado histórico, por la herencia educacional, cultural, etcétera. Si la cultura pierde la credibilidad entonces surge la contracultura. Y, mala fortuna, siempre se tiene una amplia gama de observaciones para descreer la cultura oficial. Ahí, considero, la salud de un libro como “Kata ton daimona eaytoy”.

M.Q.: ¿Un libro inclasificable? ¿Una propuesta sin género? ¿Una edición que habla de la muerte de Jim Morrison, pero que lo hace a través de lo que significa vivir y no ser como los “hombres huecos”? “Los hombres huecos”, el poema que citas de T. S. Eliot y que regaló a Joseph Conrad a propósito de “El corazón de las tinieblas”.  

R.S.: Si etiquetamos, clasificamos. “Somos los hombres huecos./ Somos los hombres rellenos./ Apoyados uno contra otro./ El cráneo lleno de paja…”. Es importante el poema de T. S. Eliot, no sólo en el libro. La muerte no es lo contrario de la vida, la muerte es lo contrario del nacimiento. La vida no tiene contrarios: es lo que es, se vive y punto. Tú eres lo que haces y lo que haces es lo que decides: o vives bailando desnudo bajo el arcoíris de fuego o te quedas en un rincón con los “hombres huecos” que juegan con las sombras o con las ratas.    

La cita es este jueves 7 de abril, a las 6:00 de la tarde, en la Teleaula del Ceart Ensenada, abierta a todo público. Los asistentes podrán disfrutar de un horizonte de comentarios, video –la realizadora Jennyfer de la Cerda presenta el audiovisual “Encarnación en el umbral del héroe (Alucinaciones reconstructivas)” que sirve de acompañamiento a “Kata ton daimona eaytoy / Recuerdo del héroe llevado por su demonio”–, música y palabras tejidas con magia, oportunidad y templanza.

manoqui.mx@apm

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