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Opinión

El último lector | Alexa Álamo: Ensamble poético musical

Por: Rael Salvador

¿Cuál es el platinado país de las metáforas? ¿Dónde se encuentra la convivencia de la música y la palabra? ¿Qué suma la pasión cuando se abre al silencio?

En estas interrogantes hay mucho de Diotima de Mantinea —que cita Platón en su Banquete—, pero también de Juliette Gréco y Françoise Hardy: el alto vuelo que alumbra la poesía sobre la realidad del deseo.

Deseo que puede llevarnos a su laberinto y, desde luego, también hacernos emerger de él, porque “puedo ver en tu mirada quebradiza / el desierto amor a tu piel / un cuerpo deshabitado de células madre”. La referencia de estos versos posee sus componentes: la belleza de existir y los momentos difíciles. Ya veremos.

La introspectiva poética de Alexa Álamo (Ensenada, B.C., 1994) parece arrancar de la “tinta seca” de temas ancestrales una luz cenital que no pierde presente: la felicidad momentánea, las heridas de la vida, el movimiento en impaciencia, lo hipnótico que hechiza, todo lo que nos puede parecer efímero pero que es la objetividad de lo eterno…

Podría decir que se trata de una retórica potencial que crece en la libre intención de celebrar esos pequeños detalles que le quitan los grilletes a la mente, una especie de elocuencia que carece de lo moralizante y que se amplía y enriquece en imágenes de ternura daimónica, como navegando a orígenes inexistentes (lo que obliga a dibujar con mayor precisión sus cantos en la piel).

Leo a Alexa Álamo y la poética se derrama de un Zodiaco que nos habla de la desnudez azul del alma y nos obsequia lo sublime —la elevación del canto— como quien sirve un té oriental o arrima un tejido de esferas celestes y que hacen de acompañamiento a esa música propia, que es el encuentro de la propia voz.

Palabras bañadas de pensamiento, herederas de un pasado que crece, enunciaciones de una meditación compartida.

Además de la poesía y el canto, y su ferviente dedicación al tatuaje —entre tantas otras actividades que nos regala—, Alexa Álamo creó en 2022 la campaña de reconstrucción de pezón —para víctimas de cáncer de mama—, un empeño gratuito que ofreció luz y claridad al sufrimiento, alivio que se reviste en la nobleza de espíritu y activismo ciudadano.

Sí, una poeta debe ser reconocida por la poesía que escribe, pero también por haber hecho de ella una obra de arte. Se dice fácil. No lo es.

Como el milenario álamo, ella es “Kizomba”, esa gracia de movimiento y suavidad donde el baile se reúne en murmullos y todo canta: la piedra y la hoja, el pájaro y la brisa, el color de la tarde y la lentitud. “Ella es hechicera de letras / canto hipnótico / que avasalla las fronteras del miedo”, nos recuerda en el poema que lleva el mismo nombre.

La artista multidisciplinaria Alexa Álamo estará este viernes 21 de junio, a las 5:00 de la tarde, en la Biblioteca Modelo de Ensenada (Puerta del Mar / Vista Hermosa), presentando su ensamble poético musical. ¡No se lo pierda! La entrada es libre. ¡Enhorabuena!

raelart@hotmail.com

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