Jodido se ha puesto el asunto, ya nadie quiere ir cojo por ahí, con la verdad a cuestas: un ojo sangrando y la maleta llena de documentos que nadie se atreve a difundir
No hay nada más denigrante que la elevación de la podredumbre convertida en pacto de guerra, en tregua mediada, en respiro diplomático
Añadiendo que «la estupidez es el arma más destructiva, el más costoso lujo. El padecimiento más degradante del género humano»
Demasiado trillado conocer a alguien por su dolor, ya que lo excepcional será conocerlo por su amor
¿Cómo se puede llegar a dominar la cartografía de los sentimientos en literatura? ¿Basta con saber escribir y tomar la hoja de cristal del ordenador como un espejo?
No sólo en esta estación —solsticio de invierno, tiempo de quietud— a mí me gusta decir que ¡somos animales que respiramos fábulas!
Ante los geómetras del pensamiento y los errabundos de las estrellas —Ulises de otras épocas—, el poeta libera el espíritu a la llama de la palabra y, poliédrico —como una epilepsia de luces—, se quiebra todo lo desierto…
El autor de “El extranjero”, que padecía tuberculosis, solía decir: “Morimos a los cincuenta años de una bala de nostalgia que nos disparamos al corazón a los veinte”
La tarde puede ser gris, lumínica, apreciablemente desfavorecida; que no nos importe su imparcialidad: las apariencias igualmente no se presentan como un engaño
La imagen del Che Guevara, la más nacedora de todas, resurge siempre como una reivindicación a la solidaridad y a la esperanza, a la igualdad y al derecho de creer, crear y crecer