En la tarde-noche del 28 de octubre las autoridades municipales decidieron levantar un cerco perimetral al campamento, censar a la población y casas de campaña, así como otorgar credenciales a los migrantes que lo habitaban. Por el camino algunas carpas fueron tiradas a la basura con los enseres que contenían. A la mañana siguiente la única manera de entrar o salir del campamento era portando una credencial. Varios migrantes del campamento denunciaron en prensa sentirse “enjaulados” y que se les estaba tratando como si fueran criminales. Foto Omar Martínez Opinión El “cierre” del campamento migrante | Eduardo Torre Cantalapiedra / Voces de El Colef La restitución del sistema de asilo estadounidense no va a ser una panacea para estas problemáticas, en la medida en que Estados Unidos siga limitando el número de casos que van a procesar cada día