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Migrantes destinan parte de remesas a pagar deudas con «coyotes»

Por: Braulio Carbajal/La Jornada

 
A pesar de que recientemente las remesas en México han llegado a un nivel nunca antes visto, no todo el dinero que envían los mexicanos en Estados Unidos llega a las familias que viven aquí.

De acuerdo con especialistas, una gran parte de los ingresos de los migrantes queda en manos de los llamados coyotes o polleros, traficantes de personas que llegan a cobrar hasta 200 mil pesos por llevar a un mexicano de manera ilegal a Estados Unidos.

Juan José Li, economista sénior de BBVA México, indicó que con el endurecimiento de políticas y vigilancia migratoria en Estados Unidos, además de las medidas de contención de la pandemia de Covid-19, el pago que exigen los coyotes a quien quiere emigrar se ha disparado, provocando que una vez que una persona llega a aquel país, debe destinar hasta 30 por ciento de sus ingresos al pago de la cuota que le exigen los traficantes.

Según un estudio del BBVA de 2019, se estimaba que un migrante mexicano pagaba hasta 87 mil pesos por cruzar a Estados Unidos para cumplir el llamado «sueño americano», lo que significa que en poco más de dos años el costo se ha elevado 130 por ciento.

En ese contexto, hace pocos años un trabajador mexicano en EU tardaba alrededor de dos o tres meses para pagar su deuda con el pollero; sin embargo, ahora necesita hasta 2 años para liquidarla.

“Si un migrante tuviera el dinero que cobra el pollero no iría lejos de su familia, pondría un negocio aquí en México, pero al no tenerlo adquiere deuda, en la que no solo queda comprometido él, sino toda su familia, y para la cual llegan a destinar hasta dos años de su vida”, explicó el especialista en migración y remesas.

Según datos del Banco de México, en 2020 el país recibió 40 mil 607 millones de dólares en remesas, 11.4 por ciento más que 2019, lo que significó la suma más alta desde que se registran estas cifras.

Una mafia que saca partido

Carlos Bautista, especialista en comercio internacional y migración de la Universidad La Salle, explicó que la mayoría de los mexicanos que intentan cruzar a Estados Unidos lo hacen mediante contacto con polleros «profesionales».

Los traficantes generalmente los llevan a casas de seguridad y posteriormente hasta un lugar específico del territorio estadunidense, donde los esperan familiares o amigos, con lo que tienen conocimiento de dónde encontrarlos.

El problema no es menor, indica Bautista, pues los polleros son parte de verdaderas mafias conformadas por mexicanos y estadunidenses, que establecen plazos de pago a los migrantes, quienes regularmente dan un adelanto y luego pagan el resto en mensualidades, tardando hasta dos años en liquidar la deuda.

El especialista en migración enfatizó que los mexicanos salen del país empujados por la pobreza e inseguridad buscando una mejor vida, pues en EU las personas de menores ingresos tienen una casa y coche, mientras en México apenas les alcanza para comer.

Remesas históricas no son dignas de presumir

Las remesas que ingresaron al país en 2020 rescataron el nivel consumo, de acuerdo con el Banco de México, pues sirvieron para mitigar su caída ante la crisis económica provocada por la pandemia.

Sin embargo, indicó Bautista, las remesas no son dignas de presumir, porque detrás de cada envío está la historia de una persona que huyó de la pobreza, la inseguridad, o no pudo tener un empleo digno en su país: «Se necesita trabajar en brindar mayor seguridad, mejores salarios y condiciones laborales dignas».

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