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Región

EU, en peligro de ser “arrastrado a una guerra regional”: analistas

Por: Jim Cason y David Brooks / La Jornada

Washington y Nueva York, 5 de enero.- El apoyo incondicional de Washington a la guerra brutal de Tel Aviv en Gaza está arrastrando a Estados Unidos a un conflicto regional más amplio, aislando al gobierno de Joe Biden, tanto dentro como fuera del país, y potencialmente podría colocar a este gobierno como un acusado en el caso contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia impulsado por Sudáfrica.

“Tel Aviv parece estar tomando ventaja de la casi total deferencia de Biden con Netanyahu para hacer lo que presidentes estadunidenses anteriores previnieron a Israel de hacer –arrastrar a Estados Unidos a una guerra regional con Irán y sus aliados–”, advierte Trita Parsi, vicepresidente ejecutivo del Quincy Institute for Responsable Statecraft, centro de análisis de política internacional en Washington, en un artículo en The Nation.

Ese conflicto regional podría haberse iniciado ya, indica. El jueves, el Pentágono anunció haber asesinado a un líder de un grupo aliado con Irán en Bagdad. Cuatro días antes, la Marina hundió tres naves de milicias hutíes en Yemen. En Siria, el gobierno de Joe Biden ordenó matar a varios comandantes iraníes mientras tropas estadunidenses desplegadas en la región enfrentan ataques continuos.

Más allá de sus propias acciones militares, el país es percibido como cómplice en las acciones bélicas ampliadas de Israel con los países vecinos. Hasta ahora, el ejército de Netanyahu acaba de usar un dron para asesinar a Saleh al Arouri, el segundo al mando de Hamas, en Líbano esta semana, y se reporta que podría haber matado a un líder del grupo libanés Hezbolá con un misil sólo pocas horas después. En tanto, algunos líderes israelíes no están buscando ocultar sus deseos: el ex primer ministro de Israel Naftali Bennett llama a una guerra a toda escala contra Irán, en un artículo publicado esta semana en The Wall Street Journal.

Por el momento, el riesgo más inmediato para el gobierno de Biden es su intransigente y pleno apoyo a la campaña militar de Israel en Gaza. El último viernes de diciembre, el gobierno del demócrata anunció que, por segunda vez, usaría su autoridad de emergencia de seguridad nacional para evadir la necesidad de obtener autorización del Congreso para enviar más municiones de artillería 155 milímetros a Israel para continuar el bombardeo de Gaza.

Ayer, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, respondió si el gobierno evalúa si Israel estaba cometiendo crímenes de guerra con armas estadunidenses: «No estoy enterado de cualquier tipo de evaluación formal del gobierno de Estados Unidos para analizar si nuestro socio israelí está cumpliendo con la ley internacional», respondió, agregando que «no hemos visto nada que nos convenza de que necesitamos tomar una vía diferente con Israel».

«Gobierno cómplice»

Washington siempre ha encontrado excepciones a sus propias leyes en torno a la evaluación de envíos de armas a Tel Aviv, señala John Paul, el ex funcionario del Departamento de Estado que renunció el año pasado después de expresar públicamente que ya no podía ser parte de un gobierno que estaba entregando armas para las acciones de Israel en Gaza.

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No está solo en su disidencia. En los pasados tres meses, el cada vez mayor coro público en contra de la política de complicidad estadunidense con Israel ha incluido a personas dentro del propio gobierno de Biden. Esta semana, 17 colaboradores de la campaña de relección firmaron una carta abierta instando al presidente a llamar al cese el fuego permanente y un fin a la asistencia militar incondicional a Israel.

Por otro lado, Tariq Habash, un asesor de políticas en el Departamento de Educación, también renunció: “Debería de ser algo ‘sin comentario’ el que toda violencia contra personas inocentes es horrible. Lamento cada y toda vida perdida, israelí y palestina”, escribió en una carta al secretario de Educación, Miguel Cardona. «Pero no puedo representar a un Estado que no valora toda vida humana igualmente. No puedo permanecer en silencio mientras esta administración cierra sus ojos a las atrocidades cometidas contra vidas palestinas inocentes».

Pero hasta el momento, la Casa Blanca rechaza todo intento de caracterizar las acciones de Israel en Gaza de crímenes de guerra, igual que rehúsa llamar a un alto el fuego, que es clamado por casi toda la comunidad internacional.

El mes pasado, el gobierno de Sudáfrica presentó una demanda de 84 páginas ante la Corte Internacional de Justicia acusando a Israel de genocidio en Gaza.

Cuando Kirby respondió a la prensa sobre dicha demanda, la calificó de «sin mérito, contraproductiva y completamente sin ninguna base en los hechos».

La demanda –que incluye acusaciones que han sido repetidas por muchos otros países– será sometida a una primera audiencia ante los jueces en La Haya la próxima semana. Israel declaró que comparecerá para defenderse de los cargos, pero varios comentaristas indican que Estados Unidos podría ser implicado.

«Biden debería estar nervioso. Si Israel pierde en la Corte Internacional de Justicia, la complicidad de Biden no será irrelevante», comenta Parsi, del Quincy Institute.

A la vez, aparecen algunas señales de quiebres en la relación de Washington con el gobierno ultraderechista de Netanyahu. Después de meses de unidad absoluta sobre la estrategia de Israel en Gaza, el Departamento de Estado emitió un escueto comunicado el martes deplorando las declaraciones de dos ministros del gabinete israelí, quienes han llamado a la expulsión total de los palestinos de Gaza y el retorno de colonos israelíes a esos territorios. «Esta retórica es inflamatoria e irresponsable», afirmó.

Marcan su soberanía

Pero uno de los ministros criticados, el de Seguridad Nacional, no fue diplomático al responder: «No somos otra estrella en la bandera estadunidense«, y repitió que la migración masiva de cientos de miles de palestinos y el retorno de israelíes «a casa» era la mejor solución.

Para el senador socialista demócrata Bernie Sanders, entre otros legisladores progresistas estadunidenses, la política de Biden está fracasando con enormes costos.

«La guerra de Israel contra el pueblo palestino ha sido significativamente librada con bombas, municiones de artillería y otras formas de armas estadunidenses. En otras palabras, somos cómplices en esta guerra«, aseveró esta semana.

«Los contribuyentes de Estados Unidos ya no deberían ser cómplices en la destrucción de las vidas de hombres, mujeres y niños inocentes en Gaza. Juntos tenemos que encontrar una mejor manera de proceder».

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