Alista congresista de EU ley de protección a migrantes
Washington, 10 de junio. Cuando el presidente Joe Biden anunció nuevas medidas para sellar la frontera estadunidense con México, unos cuantos diputados demócratas condenaron esa política, pero el diputado federal demócrata texano, Greg Casar, fue más allá de la protesta y anunció que está preparando un proyecto de ley para proteger a indocumentados, ampliar las vías legales de inmigración y, además, para abordar cómo las políticas estadunidenses durante décadas han contribuido a la pobreza y violencia en América Latina que impulsan la migración.
“El Partido Republicano está construido en realidad para reducir impuestos para sus cuates multimillonarios, dar reducciones de impuestos a donantes empresariales e intentar ocultar sus fracasos en este país al convertir a los inmigrantes en chivos expiatorios y señalar la frontera y a los migrantes como la fuente de todos nuestros problemas”, afirmó Casar en una conferencia de prensa junto con algunos de sus colegas del Congreso en Washington.
“En lugar de implementar la orden ejecutiva de corto plazo, el presidente Biden debería poner fin a las sanciones en América Latina y actualizar nuestras políticas de comercio y económicas. Eso reduciría presión sobre nuestros recursos fronterizos limitados sin revertir a las medidas severas tipo Trump-lite”, aseveró.
Su proyecto de ley no será aprobado en una cámara baja controlada, por ahora, por republicanos, pero este hijo de inmigrantes con documentos mexicanos que llegaron a Houston entiende que el cómo formular el debate sobre migración es la clave para lograr cambios necesarios a largo plazo. En entrevista con La Jornada, Casar comentó que “el Partido Demócrata se ha atemorizado (ante la ofensiva antimigrante de los republicanos) y se han hecho para atrás por lo que yo considero es un argumento poco complicado: la inmigración es algo bueno”.
Para Casar, quien hizo campaña para la diputación federal como socialista demócrata y ahora es líder del caucus Progresista que cuenta con 100 integrantes (del total de 435 curules), lo que necesitan hacer los demócratas es ofrecer una alternativa, más que copiar a los republicanos sobre estos temas migratorios que ahora son un eje central del debate electoral estadunidense.
En la entrevista en su pequeña oficina legislativa, que es de las otorgadas a los novatos en el Congreso, comenta a La Jornada que “los demócratas no ganarán posando como semiantimigrantes. Si la gente quiere una Coca, van a buscar la real. Esperemos que eventualmente el Partido Demócrata podrá reconocer que un sistema descompuesto siempre será un arrastre político hasta que se componga”.
Casar es de un estado percibido como bastión conservador, encabezado por políticos derechistas como el gobernador Greg Abbott y el senador Ted Cruz, ambos antimigrantes y feroces opositores de políticos progresistas dentro y fuera de este país.
Casar explica que “cuando pienso en Texas, no pienso en los Abbott o Cruz, pienso en la gente que se trepó a los postes de luz para componerlos durante la tormenta invernal gigantesca que dejó a tantos sin electricidad, pienso en la gente que entregó cobijas a las familias que se estaban congelando en esa tormenta, pienso en la gente de Houston que dio techo a casi la mitad de Nueva Orleans cuando arrasó esa ciudad el (huracán) ‘Katrina’, y pienso en Emma Tenayuca, en San Antonio, que ayudó a construir el movimiento laboral como mexicanaestadounidense de veintitantos años” en los la década de los 30.
Defensor de los derechos laborales
Antes de que fuera electo, Casar trabajó en el Proyecto de Defensa Laboral abogando exitosamente por descansos y acceso a agua para trabajadores de construcción en días de calor. Su trabajo con sindicatos y organizaciones de derechos del trabajador sentó la base para su campaña electoral exitosa para el concilio de la ciudad de Austin. En ese puesto logró promover legislación que ofreció días pagados por enfermedad para todo trabajador, entre otras protecciones básicas.
De acuerdo con Casar, la razón por la cual el estado de Texas sigue siendo conservador es porque los políticos que gobiernan trabajan de manera conjunta con las grandes empresas para mantenerse en el poder. Y, agrega, porque Texas tiene el nivel de participación electoral más baja de todos los 50 estados de este país. Al preguntarle cómo puede cambiar esto, Casar señala sus experiencias de organización social, y en particular el resurgimiento del movimiento laboral impulsado por mexicoestadounidenses jóvenes.
Durante un esfuerzo reciente de voluntarios para entregar alimentos a personas de la tercera edad, Casar cuenta una anécdota de tocar la puerta de una mujer en el noreste de San Antonio.
“Un nieto abre la puerta, un mexicanoestadounidense de 20 años que está cuidando a su abuela y dice: ‘en realidad, había pensado en enviarte un mensaje porque vi a los trabajadores de Starbucks organizándose y yo trabajo en un almacén de Amazon y quiero saber cómo hacer lo que ellos están haciendo’”, contó.
Casar cree que el impacto de triunfos recientes del sindicato automotriz UAW con las tres automotrices más grandes del país, y los esfuerzos de organización sindical de las tiendas de Starbucks, están inspirando a muchos.
“En momentos en los que tantos jóvenes están preocupados sobre si tienen o no un futuro, creo que aquí estamos viendo lo que sí es posible. Ahora, no requiere que el sindicato Teamsters vaya a cada almacén de Amazon. Ahora mismo tienes a estos jóvenes haciendo eso y creo que es muy prometedor”, indicó.
Agregó que “la demografía de Texas no es tan diferente de la de California, pero una de las grandes diferencias es que California tiene un movimiento laboral mucho más grande y organizado”. En este contexto, señala que impulsar el cambio en Texas es clave si uno desea cambiar a Estados Unidos.
Solidaridad en lugar de dominación
El diputado texano también cree que los cambios que se requieren en su estado y país tienen una dimensión internacional. Casar fue parte de una delegación de legisladores progresistas estadunidenses que realizaron una gira para visitar a sus contrapartes y los líderes de Chile, Brasil y Colombia el año pasado, y ahora es parte de conversaciones de una posible visita a homólogos progresistas mexicanos.
“La pregunta es: ¿si nos deshacemos de la Doctrina Monroe, si superamos la idea de que el papel de Estados Unidos es de dominación militar o empresarial, con qué sustituimos eso? Yo pienso que los sustitutivos con solidaridad entre trabajadores en lugar de solidaridad empresarial”, expresó.
Agregó: “hemos visto tantos de nuestros acuerdos comerciales que se tratan de qué le conviene a las élites en México y las élites en Estados Unidos; ellos negocian el acuerdo”.
Dados los cambios en México con un gobierno progresista, Casar dice que existen oportunidades para ir pensando “¿qué tal si los pactos comerciales realmente eran entre el pueblo trabajador de México y el pueblo trabajador de Estados Unidos? Eso ofrecería sobrevivir de manera conjunta”.