Guardar mesura respecto a triunfo de Trump, recomiendan académicos de UNAM
Ciudad de México, 7 de noviembre. Hay que guardar mesura con respecto a la elección en Estados Unidos; no es, ni será el fin del mundo, afirmó el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México, Amando Basurto Salazar.
El docente participó en la conferencia de prensa “El retorno de Trump”, en la que también intervinieron la integrante del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Paz Consuelo Márquez Padilla, y Jesús Gallegos Olvera, de la FCPyS.
Basurto Salazar consideró que habrá que esperar para determinar cuántos de los republicanos en la Cámara de Representantes son trumpistas y cuántos moderados, a fin de conocer el poder que podría tener en términos legislativos Donald Trump.
Reconoció que el gobierno de México va a tener un espacio reducido de negociación y necesitará mayor capacidad de actuar ante las contingencias que se presenten.
Ningún gabinete está preparado para lidiar con la administración Trump, por lo errática que puede ser, pero hay elementos rescatables de las tareas que el actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard, realizó como canciller, subrayó.
Recalcó que el empresario regresa a la Casa Blanca con aproximadamente dos millones de votos menos de los que obtuvo en 2020, cuando perdió la carrera presidencial contra Joe Biden. Quiere decir que gana siendo electoralmente menos popular.
“No hay que creer que posee un gran poder político; en realidad es moderado”, dijo.
Al hacer uso de la palabra, Márquez Padilla calificó como asombrosos los resultados del proceso del martes 5 de noviembre en la Unión Americana.
Pero el “fenómeno Trump” no debe verse aisladamente, sino como parte de un proceso en el que los gobiernos populistas están adquiriendo cada vez más importancia: de derecha, en países como Polonia; y de izquierda, en América Latina.
Para Donald Trump, México es un enemigo por los fenómenos del fentanilo y la migración. Y al ciudadano estadounidense le queda claro que quien tiene realmente el control de la frontera y de regresar a los migrantes es él.
Indicó: “Trump es proteccionista y eso va a afectar a la mayoría de los países”, por ello el gobierno mexicano se debe dar cuenta de la oportunidad que representa el nearshoring o relocalización de empresas.
La académica recordó que en 1993, Estados Unidos exportaba 42 billones de dólares a México; en 2023 fueron 322 billones, mientras que la inversión directa se ubicó en más de 144 billones.
Aceptó que no será fácil para el gobierno de México, pues Trump no utiliza las instituciones o las formas tradicionales de la diplomacia, es a nivel personal que establece o no buenas relaciones.
A su vez, Gallegos Olvera dijo que el triunfo del republicano no es una buena o mala noticia, sino un hecho.
Lo positivo para México es entender que la interdependencia entre ambas naciones conlleva a diálogos y anticipa desde nuestro país condiciones para llevar a cabo una serie de estrategias encaminadas a los temas migratorio, de seguridad o comercial.
Lo negativo sería no tener esa comprensión y, frente a la actitud errática del magnate, tener la esperanza de que sea un aliado, porque no lo es.
Comprendernos en nuestras diferencias bajo el marco de una interdependencia asimétrica nos llevará a un escenario favorable; de otro modo, el panorama será adverso, opinó Gallegos Olvera.