¿Qué más después de primero los pobres?
La pobreza en México sigue siendo un problema grave a pesar de los esfuerzos gubernamentales por combatirla. Según datos recientes de CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), en 2020 la pobreza afectaba al 43.9% de la población mexicana, equivalente a 55.7 millones de personas. De estas, 8.5% (10.8 millones) se encontraban en pobreza extrema. Estas cifras, aunque muestran una ligera mejoría respecto a años anteriores, indican que la pobreza sigue presente en la vida de millones de mexicanos.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador hizo de la lucha contra la pobreza uno de los ejes centrales de su administración, con el lema «Por el bien de todos, primero los pobres». Sus programas sociales, como las pensiones para adultos mayores, becas para estudiantes y personas con discapacidad, tienen el objetivo de apoyar a los sectores más vulnerables. Sin embargo, diversos analistas señalan que estos programas tienen un enfoque asistencialista y clientelar, repartiendo dinero sin generar capacidades productivas.
En primer lugar, es necesario reconocer que la pobreza es un problema complejo que requiere de soluciones integrales y sostenibles. No se trata solo de proporcionar ayuda económica a las personas más necesitadas, sino de implementar políticas públicas que fomenten el desarrollo económico y social del país.
Una de las medidas más importantes para combatir la pobreza es la educación. La educación es un factor clave para el desarrollo económico y social, ya que permite a las personas adquirir las habilidades y conocimientos necesarios para acceder a mejores empleos y oportunidades. Por lo tanto, es necesario invertir en la educación pública y garantizar el acceso a una educación de calidad para todos.
Otra medida importante es el fomento al empleo. El desempleo y la falta de empleos bien remunerados son una de las principales causas de la pobreza en México. De ahí que resulte importante implementar políticas públicas que fomenten la creación de empleos y el desarrollo económico del país. Esto puede lograrse a través de la inversión en infraestructura, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas y el fomento a la innovación y el emprendimiento.
Además, es importante garantizar el acceso a servicios básicos como la salud, la vivienda y el agua potable. Estos servicios son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas y reducir la pobreza. Por ello, se requiere invertir en infraestructura y políticas públicas que garanticen el acceso a estos servicios para todos los mexicanos.
El incremento de los pobres en México es un problema complejo que requiere de soluciones integrales y sostenibles. Se requiere entonces redirigir la política social hacia estrategias de inclusión productiva y movilidad social. Es decir, no basta con dar apoyos económicos a los pobres; se necesitan políticas integrales que fomenten el empleo, la educación y el desarrollo de capital humano. Como señala un estudio reciente de De la Torre (2022), es clave invertir en la primera infancia para romper el ciclo intergeneracional de la pobreza. También es importante dar acceso a servicios de salud de calidad e impulsar la formalización del empleo.
Otro aspecto clave es fortalecer el federalismo y la coordinación entre los distintos niveles de gobierno para implementar políticas sociales. Actualmente, existe un centralismo excesivo en los programas federales que no permite adaptarlos a las necesidades locales. Se requiere una mayor participación de estados y municipios, así como de organizaciones de la sociedad civil.
En resumen, después del lema «primero los pobres», se requiere una política social integral que no solo reparta dinero, sino que genere oportunidades productivas, impulse el capital humano desde la infancia y fortalezca el federalismo. Solo así se podrán superar las limitaciones del asistencialismo y se logrará una reducción sostenible de la pobreza en el país. Queda mucho por hacer, pero con políticas adecuadas y tomando en cuenta las investigaciones recientes, es posible avanzar en la construcción de una sociedad más justa e incluyente.
¿Usted qué piensa?