publicidad
Opinión

Propuestas para históricas deportaciones

Por: Ana María Aragonés

De acuerdo con los deseos del próximo inquilino de la Casa Blanca, a partir del 20 de enero se iniciarán deportaciones masivas de migrantes que espera alcancen el millón por año.

¿Puede hacerlo? Todo depende del dinero que invierta, de cuántas instituciones se incorporen para tal acontecimiento, de cuánta resistencia interna enfrente –por ejemplo, por parte de empresarios, granjeros, etcétera, así como de organizaciones de migrantes, abogados defensores, consulados que apoyan migrantes, grupos religiosos que podrían extender protección a migrantes, resistencia de algunos gobiernos estatales, del número de policías dedicados a la búsqueda de migrantes, desatendiendo la seguridad interna, etcétera–.

Sin embargo, lo que sí es muy posible es que los deseos del futuro presidente de Estados Unidos convertirán al país en un marasmo, lo que recuerda las condiciones vividas en Alemania en momentos en que los nazis se hicieron con el poder e iniciaron las terribles detenciones de, por cierto, no sólo judíos y lanzaron al mundo a la Segunda Guerra Mundial.

Por supuesto que esta “cacería” es inaceptable, pero responde al ADN de Estados Unidos, país que necesita tener siempre un “enemigo” enfrente y así justificar su poder y desplegar su prepotencia de imperio mundial. La historia y, destacadamente en estos últimos años, es la muestra más evidente de hasta dónde puede llegar ese país manejado por el complejo industrial militar. Ha convertido en un polvorín a Medio Oriente, arma a Ucrania pretendiendo derrotar a su enemigo secular, Rusia, y aunque todo lo que va a lograr es que Ucrania se convierta en cementerio, lastimosamente sigue el apoyo de los serviles europeos. Lo que está sucediendo con Siria es digno de diagnóstico en la medida en que, con tal de atacar a Rusia, acepta que, a los terroristas por los cuáles han ofrecido millones de dólares de recompensa, sean ahora los próximos gobernantes de ese país. Lo increíble es que, sin el más mínimo rubor, Estados Unidos se pronuncia contra Irán porque lo consideran país terrorista, igual que a Cuba. De risa loca, si no fuera tan dramático para los cubanos. Y ahora lanzan todas las baterías contra China, porque, como les está ganando la carrera tecnológica y de la información, pretenden detenerlo a fuerza de aranceles. Un completo desvarío.

Lo que resulta simplemente deplorable es que Estados Unidos apoya el genocidio que está llevando a cabo Benjamin Netanyahu, personaje nefasto que lleva asesinados más de 45 mil palestinos, la mayoría mujeres y niños, y, como los considera menos que humanos, destruye Gaza, bombardea el Golán y a Líbano a pesar de que se pactó un alto el fuego.

Pero Estados Unidos se siente con la “calidad moral” de pronunciarse contra la demanda interpuesta por la Corte Penal Internacional contra Netanyahu por el genocidio del que es culpable.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha presentado propuestas para enfrentar la deportación de migrantes mexicanos. Ha enfatizado sobre el papel que consulados y abogados deben llevar a cabo para apoyar a los migrantes. Sin embargo, el momento requiere ir más allá de la coyuntura y de la reunión urgente con los cancilleres de los países que van a enfrentar las deportaciones. Se requiere poner en marcha una reunión con la Celac y poner a discusión una cuestión que, desde mi punto de vista, debería ser central. ¿Es aceptable que miles de personas se vean obligadas a dejar sus países porque esas naciones no otorgan condiciones que les permita alcanzar una vida digna?

Este es un momento histórico decisivo para discutir, no en la unicidad que es aprovechada por el poder imperial de Estados Unidos para pasar por encima de los organismos, acuerdos internacionales y hacer lo que le dé la gana, sino, como región, se deben definir estrategias que permitan construir un proyecto de desarrollo, independiente, transformador y emancipador que cambie el destino de todos los seres humanos de la zona y de esta forma puedan realizar su potencial, satisfacer sus necesidades, ejercer sus derechos humanos y realizar sus aspiraciones, de forma que la migración se convierta en una opción y no una necesidad.

Related Posts