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Opinión

Musa Verde | ¿Qué pide el planeta?

Por: Horacio de la Cueva

Concluyo la serie de trabajo y responsabilidades de biólogos y similares con algunas observaciones de la labor que nos espera para mantener nuestro planeta habitable.

Cuando las primeras planas de los medios de comunicación no acaparan a la guerra, los desastres naturales, las elecciones y sus fraudes, las masacres, la violencia política o el último campeón deportivo, se acuerdan de la otra realidad inevitable, la condición del planeta que habitamos y llamamos Tierra. Hemos modificado tanto el planeta que llamamos a nuestros tiempos el Antropoceno. No hay excusa para mantener el status quo creado. Si somos Homo sapiens —el homínido sabio— debemos cambiar nuestro futuro, porque podemos. El futuro no existe, lo creamos.

¿Qué papel deben ejercer las ciencias biológicas, ambientales y ecológicas para lograr ese futuro de desarrollo sustentable y que acabe con el cambio climático? Si se acaba, no disminuya su impacto o regule.

Lo primero que admitimos es que dadas la gravedad, extensión y dimensión de los efectos del Antropoceno, las ciencias biológicas no pueden ni deben actuar solas. Los incendios forestales catastróficos, los huracanes, tifones y tornados extremos, los cambios en los patrones de lluvia que causan tanto sequías como inundaciones sólo pueden explicarse como consecuencia del cambio climático. Debemos trabajar con climatólogos y geógrafos para entender los efectos del cambio climático global y sus consecuencias en nuestra comunidad de especies o hábitat de interés para tomar las medidas locales necesarias que disminuyan su impacto y acaben con sus causas. Debemos trabajar con los oceanólogos para entender los efectos biológicos por el aumento de la temperatura, el cambio del nivel y la acidificación del océano y la modificación de las corrientes. Sin este entendimiento no podemos resolver problemas de tamaño (y sobreexplotación) de pesquerías, blanqueamiento de corales o arribazones de sargazo a las playas del Mar Caribe.

¿Qué tenemos que hacer para que cada vez haya menos especies y hábitats amenazados?

Por razones que no acabo de comprender, la mayoría de los biólogos, ecólogos y ambientalistas creen que nuestra tarea principal de conservación es incorporar cada vez más especies a la NOM—059–SEMARNAT—2010. La norma oficial mexicana que lista las especies que, tras un estudio de la condición del hábitat, la tendencia de la población y la extensión de su distribución, así como sus amenazas, las incorpora asignándoles alguna de las categorías de riesgo.  La mayoría de las especies  en la NOM-059 no reciben más recursos para su protección. Los resultados de los estudios de la IUCN indican que, cuando menos para mamíferos, su condición empeora cada vez que se hace un estudio nuevo.  Acabaremos incorporando cada vez más especies a la NOM-059 sin resultados.

Esa no es nuestra tarea. Al contrario, deberíamos mejorar nuestro entorno para primero impedir que haya más especies en la NOM-059 y sacar a especies de la norma, no porque se hayan extinto, sino porque las condiciones han mejorado y sus poblaciones son  sustentables. Puede suceder. Los cazadores de patos y gansos de los Estados Unidos y Canadá se han aliado con gobiernos locales, estatales y federales para recrear las poblaciones de estas aves y poder mantener su afición por cazarlas.

No se trata sólo de recuperar una especie, debemos determinar no sólo de que tan grande queremos que sea una población, sino también de cuantos pueden vivir en los hábitats de hoy y el futuro.

Para contribuir a todas las tareas antes mencionadas no basta con salir a observar y contar “bichos” —el término genérico que usan los biólogos para hablar de cualquier ser vivo y hasta de los virus. Hacer notas de su biología, conocer en detalle su ciclo de vida o estar al tanto de la literatura científica de nuestro objeto de interés es importante. Es importante pero la Historia Natural de un organismo o de un ecosistema, pero no es el único requisito. Para colaborar significativamente también debemos de entender de estadísticas y modelos, dinámica de poblaciones, sistemas de información geográfica, ciencias sociales y filosofía de la ciencia. Nuestras soluciones deben ser científicas, no sólo para que sean aceptadas por otros científicos, sino porque hasta ahora es la mejor forma que tenemos que asegurar que el resultado sea lo más honesto, medible y refutable posible.

Esta y otras Musas Verdes se pueden encontrar en https://horaciodelacueva.blogspot.com/ donde aprecio sus comentarios.

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