publicidad
Opinión

Musa Verde | ¿Ecología en campaña?

Por: Horacio de la Cueva

Las campañas electorales han empezado, las más notorias son las presidenciales, sin olvidar que tendremos que cruzar muchas boletas el 2 de junio. La numeralia del Instituto Nacional Electoral es impresionante, 20 mil 708 cargos a elegir en todo el país. En las elecciones federales, además de elegir a la cabeza del Ejecutivo se elegirán 500 diputados y 128 senadores. En los estados habrá competencia por nueve gubernaturas y mil 98 diputaciones estatales. En los municipios se elegirán 14 mil 674 regidurías, mil 975 sindicaturas y mil 802 presidencias municipales. Hay 431 cargos auxiliares, sólo el INE sabe de qué está hablando.

En Baja California se disputarán las 25 curules de la asamblea estatal. De estas 17 serán por mayoría relativa en sus distritos electorales y ocho por representación proporcional. En los siete municipios habrá elecciones de presidentes municipales y sus regidores. Por primera vez habrá elecciones municipales en los nuevos municipios de San Felipe y San Quintín.

Ya sabemos que todas las campañas electorales estatales y municipales de Baja California pasarán desapercibidas. Si nuestra actitud hacia el proceso electoral no cambia, apenas reconoceremos los nombres de quienes contienden por los puestos locales de elección popular, pero podremos reconocer el logo de cada partido y sus alianzas. ¿Conoceremos sus plataformas? No. Estaremos abrumados con cantaletas (jingles) en radio y televisión, panfletos y carteles, espectaculares y presencia de abanderados en las calles. El contenido de las campañas no nos dejará comparar y distinguir los programas de partido o persona. La publicidad se centrará mayormente en la elección federal con promesas y compromisos vagos, ocultando aún más a nuestros gobernantes más inmediatos. No sabremos si alguien tiene propuestas de acciones concretas para mejorar nuestra comunidad.

Hay muchos temas nacionales apremiantes y locales que debemos resolver como nación, estado y comunidad, pero que serán abordados superficialmente en las campañas electorales. Ni los partidos ni sus candidatos tienen fórmulas mágicas, simples o sin dolor para aliviar los problemas de seguridad, economía, educación o salud. Tampoco están dispuestos a usar como temas de campaña soluciones difíciles pero efectivas para acabar con nuestros problemas.

Pedir y lograr el cambio real no es popular, requiere disciplina y aprendizaje. Si queremos sobrevivir en el planeta debemos cambiar. La transformación actual es retórica y fácil cambiar la actitud no cambia la realidad.

En un mundo, un país y las comunidades donde el cambio climático se presenta no sólo en las noticias de primera plana, sino también en nuestra realidad diaria ¿por qué fallan las campañas políticas en promover el cambio en el estilo de vida para remediar o prevenir el cambio climático y promover nuestra adecuación a sus consecuencias?

Las predicciones climáticas mundiales y los niveles de agua en las presas en todo el país subrayan dos problemas a corto y largo plazo que requieren soluciones: calor y sequía. Estos son problemas que nos aquejan en nuestra vida diaria, y la agricultura, y la ganadería, también afectan a la naturaleza. Los cambios aún no son irreversibles.

Todas las personas en campaña deberían estar promoviendo el uso racional del agua en ciudad y campo. El primero a través de la colecta del agua de lluvia para almacenamiento y uso en los hogares y el segundo por riego por goteo y viveros. En la naturaleza, la reforestación con plantas nativas regula la temperatura ambiente y del suelo, convierte al dióxido de carbono en madera para su almacenamiento a largo plazo y previene la erosión y los deslaves por tormentas y huracanes.

La mayoría mexicana vive en ciudades. Ofrecer ciudades verdes y sustentables que mejoren nuestra calidad de vida es garantizar votos, es difícil. Convencer a las mafias de transporte público para hacerlo sustentable y atractivo ha sido una lucha que nadie en campaña o gobierno ha querido tomar. Es obligatorio, sin ese cambio las ciudades colapsarán.

Todos estos son temas ajenos a las campañas políticas pero cercanos a nuestra vida y nuestro futuro. Estas prácticas sustentables generan empleos a largo plazo y sustentables. Tal vez no generen mítines, discursos o aplausos, pero sí un ambiente más sano para los humanos y la naturaleza. La ecología debe ser uno de los ejes rectores de las campañas y los gobiernos.

El voto es libre, secreto y determinante. Ejércelo.

Related Posts