La Rumorosa bajo varios fuegos
La Rumorosa, considerada por años como lugar de descanso y recreación, se encuentra actualmente bajo varios fuegos: los de las armas del crimen organizado, los de las llamas de los incendios forestales y los de los megaproyectos eólicos de exportación. Con el tiempo estos fuegos se han ido combinado y potenciado, amenazando la tranquilidad y la vida misma del poblado.
La región que comprende La Rumorosa, ubicada en la Sierra de Juárez, Baja California, es la principal vía que conecta a la Zona Costa del estado con Mexicali y, por tanto, con el resto del país. Por este territorio pasan las principales infraestructuras que permiten el transporte de personas, contenedores, agua, electricidad e hidrocarburos en el estado. Tiene un enorme potencial eólico y es además uno de los principales accesos a zonas inhóspitas de la sierra, como es la que se extiende hacia el Parque Constitución de 1917 y la Laguna Hanson. También es una zona importante para el cruce de migrantes indocumentados, el trasiego de drogas y el huachicoleo. Es por ello que se ha convertido en un territorio estratégico y de disputa tanto para el crimen organizado como para el capital transnacional.
Aunque era conocido que facciones del Cártel de Sinaloa (CDS) llevaban tiempo operando en la zona, controlando el robo de hidrocarburos, el tráfico de estupefacientes y de migrantes, fue hasta finales de 2022 cuando la violencia comenzó a visibilizarse o, mejor dicho, a descontrolarse. El hecho que lo detonó fue la persecución y ataque armado contra un grupo de jóvenes originarios de Mexicali, quienes habían acudido de noche al poblado a tomarse fotos en la recién inaugurada calle “Jaime Maussan” (tras la declaratoria de La Rumorosa como Capital Mundial del Fenómeno Ovni). En los ataques resultaron heridos dos de los jóvenes y uno más fue privado de la libertad. Días después, su cuerpo apareció sin vida, decapitado y con signos de tortura. El horror apenas comenzaba.
Con el tiempo se empezaron a incrementar las denuncias de extorsiones, cobro de piso y robo violento, tanto de pobladores de la zona como de turistas que estaban de visita. En 2023 se desató una ola de violencia, asesinatos y desapariciones forzadas debido a disputas entre facciones al interior del CDS. Esta situación se intensificó durante 2024 y, particularmente, tras el secuestro del Mayo Zambada y su entrega a Estados Unidos. Durante los últimos meses de 2024 y los primeros de 2025 se registraron más de 40 desapariciones forzadas y alrededor de 20 cuerpos extraídos de fosas clandestinas.
De acuerdo a fuentes periodísticas, en la actualidad, tres células se disputan este territorio, todas escisiones del CDS: los Rusos, la Chapiza y los Mayitos. El semanario Zeta también ha señalado la incursión del Cártel Arellano Félix y del Jalisco Nueva Generación, quienes buscan aprovechar la guerra interna entre estas células para apoderarse del codiciado territorio. Una de las principales razones de esta disputa es el lucrativo negocio que representa el robo y trasiego de hidrocarburos.
En el corredor que va de La Rumorosa hasta la ciudad de Tecate, pasando por El Hongo, se ubica la mayor parte de los puntos de huachicoleo en el estado. Por ahí pasa el poliducto que va desde el complejo de Pemex en Rosarito hasta Mexicali. Según datos oficiales obtenidos por Cartocrítica, tan sólo de 2012 a 2015 se detectaron más de 300 puntos de extracción ilegal de gasolina y diésel en esta zona. Aunque no disponemos de información oficial sobre los últimos 10 años, existen varias notas de prensa que dan cuenta de que esta actividad ha seguido proliferando en la zona.
La situación de violencia tuvo una escalada el pasado 16 de junio cuando un grupo armado atacó las instalaciones del Ejército en La Rumorosa, un hecho no visto anteriormente.
Al mismo tiempo, un incendio comenzaba a arder en la zona del ejido Guadalajara II. A los pocos días, el fuego creció y se extendió hasta terrenos de la comunidad Juntas de Neji y de los ejidos Baja California y José María Pino Suárez. El incendio, que duró casi dos semanas, se convirtió en uno de los más devastadores que ha habido en la zona, consumiendo más de 16 mil hectáreas y varias rancherías y casas. A las afectaciones ambientales en flora y fauna se suma la contaminación generada por el humo, la cual llegó hasta Mexicali y provocó la suspensión de clases, algo inédito.
Aunque los incendios no son un problema nuevo, es preocupante cómo se han ido incrementando en los últimos años. De acuerdo a datos de la Conafor, de 2015 a 2023 han sido afectadas por incendios alrededor de 44 mil hectáreas en el municipio de Tecate. La mayor parte de la vegetación afectada es chaparral (88%) y bosque de pino (13.5%). Sus principales causas han sido quema de basura (53.6%), actividades ilícitas (9.2%) y fogatas (6.3%). Asimismo, se desconoce la causa del 28.4% restante, aunque sin duda los efectos de la sequía provocada por la crisis climática también han tenido impacto.
Sin embargo, es aún más preocupante la hipótesis de que pudieron ser las mismas células del crimen organizado las que provocaron los incendios como una medida de disuasión ante el incremento de los operativos de la FESC, la Guardia Nacional y la Sedena. Esta es una hipótesis que circula entre los lugareños y que la autoridad ha negado.
Un tercer fuego que acecha La Rumorosa es el menos visible políticamente, pero el más visible físicamente: el de los parques eólicos de exportación. En 2015 fue inaugurada la primera etapa del proyecto Energía Sierra Juárez (ESJ) de la transnacional estadounidense Sempra Energy. Se instalaron 47 aerogeneradores con una capacidad instalada conjunta de 155 MW. En 2022 se concluyó su segunda fase, con 26 nuevos aerogeneradores y 108 MW de capacidad adicional.
ESJ fue planeado como el “primer proyecto transfronterizo de energía renovable entre México y Estados Unidos”, lo cual es un eufemismo para decir que es un proyecto instalado en territorio mexicano, pero que exporta toda la energía que produce a Estados Unidos. El polígono general del proyecto abarca una extensión de 294 mil hectáreas y busca alcanzar hasta 1000 aerogeneradores instalados a lo largo de la Sierra de Juárez. Actualmente se está construyendo una tercera etapa que lleva el nombre Cimarrón Wind, con 68 nuevos aerogeneradores y una capacidad de 330 MW, cuyo fin es vender electricidad al Silicon Valley en California.
Estos parques provocan afectaciones en flora y fauna (especialmente por colisiones con aves), pero también en las personas, debido a la contaminación acústica por el ruido mecánico y aerodinámico que generan, además de que degradan el paisaje natural, el cual es uno de los principales atractivos de La Rumorosa.
Ahora bien, aunque no se haya documentado una relación entre estos proyectos y el crimen organizado que controla la zona, y que, por el contrario, se han señalado extorsiones o amedrentamientos del narco hacia trabajadores que construyen u operan los parques eólicos, aún así se puede trazar un vínculo indirecto entre los mismos. Y es que es conocido que en otros territorios donde existen megaproyectos extractivos y energéticos en conjunto con una fuerte presencia de los cárteles, éstos últimos tienden a servir directa o indirectamente a los primeros al desarticular cualquier intento de oposición local, ya sea por ataques o amenazas directas o por simple creación de un estado de miedo y zozobra. Dicho en otro sentido, la violencia y el miedo facilitan el despojo o devastación del territorio por parte de estos megaproyectos.
También se puede trazar una relación de las eólicas con los incendios. Muchos de los incendios de los últimos años y, en especial, los de hace un mes, devastaron amplias zonas dentro del polígono general de ESJ, donde se pretenden instalar parques eólicos en un futuro. Los incendios facilitan el cambio de uso de suelo, al destruir vegetación que debe ser preservada, lo cual ayuda al avance de las eólicas.
Curiosamente, el Gobierno del estado reforzó el combate de incendios con tres helicópteros justo cuando las llamas estaban llegando al polígono del proyecto eólico Cimarrón Wind, aunque era una solicitud que llevaban varios días haciendo los bomberos y voluntarios que combatían el fuego. Incluso, vecinos de La Rumorosa se habían manifestado en la caseta de cobro solicitando a la gobernadora el apoyo aéreo.
En suma, los fuegos del crimen organizado, de los incendios y de las eólicas están haciendo arder a La Rumorosa y a sus pobladores, al transformar esta bella región, antes inscrita en la categoría de Pueblo Mágico, en una zona de sacrificio, en la que se siembra miedo, muerte, fosas clandestinas, aerogeneradores y devastación ambiental. Todo por ubicarse en un lugar estratégico y desamparado por el Estado.
Alcemos la voz en defensa de La Rumorosa para apagar estos fuegos.
* Estudiante del Doctorado en Geografía UNAM. Activista y autor del blog Geografía Septentrional.