El último lector | Todos los libros y Fellini
Después de soportar el denso calor del mediodía, la tarde se vuelve un elogio de frescura, un agradable suspiro en medio de las diversas novedades editoriales que acaban de arribar a la Librería Tecnilibros.
Don Daniel Palacios, viejo amigo y experimentado librero, hombre de reposado carácter y segura amabilidad, lee con mesura agradecida la nueva aparición de “Una historia de la lectura”, del escritor Alberto Manguel, editada ahora por Joaquín Mortiz, exhibiendo la elegancia de una sobria portada ébano, remarcando sus titulares en plata. ¡Una auténtica cita de amor con la lectura!
Estoy aquí, intentando que la templanza oculte mi deseo de leerlo todo, o casi todo… Pues, como Borges, siempre memorioso contra el olvido, recuerdo aquello que Gustave Flaubert solía decir: “Hay que leer lo malo y lo sublime, lo mediocre no”.
El piso de la Librería Tecnilibros es amplio y resguarda en sus exhibidores, estantes y libreros, miles de títulos en sus distintos géneros, formatos y ediciones especiales. Ahí, entre los diversas calibres de joyas, descubro un diamante de reciente circulación: la biografía “Fellini”, escrita por Tullio Kezich (prestigioso crítico de Cine, nacido en Trieste), amigo personal del realizador italiano (autor de “La estrada”, “Las noches de Cabiria”, “Ocho y medio”, o “Amarcord”, por nombrar sólo algunas de sus obras maestras), en la cual narra su cómplice cercanía al cineasta, aportando datos inéditos, así como “múltiples claves” íntimas para entender la vida y la obra de este incomparable director aclamado por la crítica mundial.
Me digo, es hora de complacerme con algo de altura, rememorar la belleza italiana, muy cercana a lo “perfecto”, pasar por un “Gran Ricardo”, auténtico rubí líquido (cosecha especial 2012, de Monte Xanic), llegar por “La dolce vita” a la tienda especializada y, sin inhibiciones ni contratiempos, susurrarle a un ángel —con alas replegadas o sin ellas, poco importa—: «¡Olvídate de las “marcas” y observa mi ropaje espiritual de felicidad: ¡la nueva y más perfecta biografía de Federico Fellini, La dolce vita en DVD —con el amparo musical de Nino Rota— y la vehemencia vinícola de una pasión embotellada en el Paraíso!» Está de más decir que siempre funciona.
Pero no pierdo piso, pues enseguida me salta a la vista la compilación de los trabajos y ensayos de Roger Bartra: “Fango sobre la democracia, textos polémicos sobre la transición mexicana”, editado por Planeta en 2007, en su colección “Temas’ de hoy”. ¿Qué hace este libro aquí? Como decía Ringewaldt: “Un buen librero es el escalón perfecto entre la oferta y la demanda cultural”.
Bartra, ex director de la Jornada Semanal, heredero inmediato del maestro Fernando Benítez, que en otros tiempos marcara época entre los suplementos culturales de habla hispana, nos regala una “revisitada y reflexiva” visión del quehacer político y cultural de nuestro derrotero nacional: “Una obra clave para que la Derecha y la Izquierda avancen hacia un México mejor” —¡qué tiempos!—, sin olvidarse de la consideración social del ya viejo arribo del “Zapatismo”, la remembranza estilística y precisa de Octavio Paz y su legado de interrogantes, así como el obligado viaje —en elefante azul— al “cuestionable” centro de la siempre deplorable de la derecha…
Bueno, Fellini me espera.
