Opinión

El último lector | Polaroid ontológica de Byung-Chul Han & Jim Morrison

Por: Rael Salvador

Byung-Chul Han bien podría ser el compañero ideal de borrachera con quien Jim Morrison hubiese querido estar en algún bar de Europa.

En esa postal anacrónica, linda en su aprecio metafísico, se habría instalado un silencio más trascendente que el de Heidegger ante sus campesinos.

Y así, a la caída del Sol, se les observaría con su cerveza —una “helles” (clara), mojando en los labios el puro ligero del poeta, y una “dunkel” (oscura), acompañada del humo de la pipa—, trazando en la barra, respetando con tranquilidad cada quien su turno, cierto tipo de caligrafía filosófica sobre restos de sal o cocaína.

“Capitalismo y pulsión de muerte” debería ser, con la justicia de un tiempo enredado —mandala de Metalurgia Mística—, el título de esa polaroid ontológica.

Tan cerca un alma de otro, que caben en la misma fotografía.

Mas, como sabemos, se trata de uno de los emblemáticos libros del autor alemán-surcoreano, quien a fuerza de “divulgación filosófica” —y perpetrar con lucidez la proliferación de ediciones que, apostando por la claridad y la reiteración, disuelven la arquitectura ósea del sistema filosófico, al mejor estilo de Albert Camus y Emil Cioran, pensadores sin método— acaba de ser galardonado con el nada despreciable Premio Princesa de Asturias 2025, en la modalidad de Comunicación y Humanidades.

El jurado del premio ha destacado la brillantez de Byung-Chul Han (Seúl, Corea del Sur, 1959) para interpretar “los retos de la sociedad tecnológica”, así como la “capacidad extraordinaria para comunicar de forma precisa y directa nuevas ideas en las que se recogen tradiciones filosóficas de Oriente y Occidente”.

En estos casos —galardones y bisutería—, hay que tener la mirada amplia, desplegada como un panóptico ante las ideas que se revuelven con la basura del consumo digital, sobre todo en el malentendido de que “matar protege de morir”.

Byung-Chul Han, para contrarrestar la furia contemporánea del autoconsumo y las desquiciantes enfermedades que la cortejan y acompañan, toca en su piano de cola Steinway a Bach y a Schuman. Se las arregla todos los días con las “Variaciones de Goldberg”, si no se pone enfermo y escribe excedentes de agudo corte crítico que ya conocemos en sus libros.

Disfruten un poco la caja de sorpresas que es el libro “La tonalidad del pensamiento” (Paidós, 2024).

Jim Morrison —acusado de “exhibición indecente” y “pornográfica”, sobre todo después del concierto en el Dinner Key de Miami, en marzo de 1969— insistió en que consideráramos su encomienda poético-musical como una “política erótica”, a lo que Byung-Chul Han resume en “Capitalismo y pulsión de muerte” (Herder, 2022): “Lo erótico se diferencia del pornógrafo por ser indirecto y por dar rodeos. Le gustan las distancias escénicas. Se conforma con alusiones, en lugar de exhibir directamente el asunto. El autor erótico no es un feriante pornográfico”.

Aquí es cuando uno quisiera que el autor de “La sociedad del cansancio” (Herder, 2010) fuese abogado.  

“El erotismo es alusivo y no pasional —continúa el jardinero del lenguaje en el Edén—. Por el contrario, el modo temporal de lo pornográfico es andarse sin ambages, ir directamente al asunto”.

Y, como sabemos —por extraños vasos conductores y juristas como Cicerón, Ulpiano y Alexis de Tocqueville— un abogado de alguna manera es un filósofo.

Bueno o malo, poco importa. El asunto es que sea consciente de que el hombre de la modernidad está “demasiado muerto para vivir y demasiado vivo para morir”.

A Byung-Chul Han, portentoso Premio Princesa de Asturias 2025 —rockstar de la filosofía, con su chamarra de cuero beatnik y su melena sesentera—, su lector común, que de buenas a primeras se convirtió en legión sobredimensionada, le reconoce la sobria ligereza, quizá descortés, de ser directo y elegante, por lo cual engrandece —de una manera por demás honrosa—, su capacidad de sostener la Comunicación en un nivel de vitalidad poco veces leída y escuchada en las Humanidades.

La monarquía parlamentaria, disfrazada de obsceno neoliberalismo, se hace cargo de los gastos de la fiesta de la filosofía. ¡Enhorabuena!

raelart@hotmail.com

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