El último lector | Che, en el cielo y con fusiles
EL HOMBRE REBELDE
Existen ciertas cosas en este mundo que me procuran confianza: el Pastoral de Beethoven, los escritos de Kazantzakis, los trazos de Klee y Miró, mis conversaciones con Facundo Cabral, los poemas musicalizados de Joaquín Sabina, o una sencilla taza de té dulce, aderezado con los suaves reclamos de una mujer sensual o con los apremios inteligentes de un hombre que sabe de lo que habla. Admiro también —como muchos de ustedes— el icono más universal que la rebelión contemporánea posee: la fotografía del Che tomada por Korda. Imagen relevante que, a lo largo de las últimas cinco décadas, ilustra con dignidad todas las revueltas de la existencia contestataria y rebelde.
II
CREER, CREAR Y CRECER
La imagen del Che Guevara, la más nacedora de todas, resurge siempre como una reivindicación a la solidaridad y a la esperanza, a la igualdad y al derecho de creer, crear y crecer.
Su constante asomo, mirada fija, pelo al viento, no es una aventurada y corta tregua a la hipocresía revolucionaria, como sí lo fue para muchos melosos oportunistas, que ayer se colgaron la camiseta —nunca el fusil— y hoy tratan de administrarnos el destino desde la corte del emperador, sino como algo más cercano a la responsabilidad del auténtico Hombre Nuevo, el cual debe ser, para no ir más lejos, como reclama Ernesto Sábato: “Testigo insobornable de su tiempo, con coraje de decir la verdad y levantarse contra todo oficialismo que, enceguecido por sus intereses, pierde de vista la sacralidad de la persona humana”. Y transformar así el espíritu en barco de papel, “dibujar a Dios como jinete”, y lanzarse a los turbios horizontes de la existencia política, de la injusticia social… y regresar cargado de renovados sueños, para que la humanidad realmente nos sea humana.
EL CRISTO DE SARAMAGO
Abro la agenda y leo: “Llegó un día el retrato clandestino de Ernesto Che Guevara, el más célebre de todos, aquel hecho con manchas fuertes de negro y rojo, que se convirtió en imagen universal de los sueños revolucionarios del mundo, promesa de las victorias a tal punto fértiles que nunca habían de degenerar en rutinas ni escepticismos, antes darían lugar a otros muchos triunfos, el del bien sobre el mal, el de lo injusto sobro lo inocuo, el de la libertad sobre la necesidad. Enmarcado o fijo en la pared por medios precarios, ese retrato estuvo presente en debates políticos apasionados en la tierra portuguesa, exaltó argumentos, atenuó desánimos, arrulló esperanzas. Fue visto como un Cristo que hubiese descendido de la cruz para descrucificar a la humanidad, como un ser dotado de poderes absolutos que fuera capaz de extraer de una piedra el agua con que se mataría toda la sed, y de transformar esa misma agua en el vino con que se bebería el esplendor de la vida”.
CHE, NOTICIAS DEL CORAZÓN
Le cuestiono a Juan Gelman: “Soy de un país donde se llora por el Che/ o en todo caso se canta por el Che…” Este poema lo escribió, maestro, en homenaje al Guerrillero Heroico. Gelman responde: “Soy de un país donde hace poco Carlos Molina / uruguayo anarquista y payador / fue detenido / en Bahía Blanca al sur del sur / frente al inmenso mar como se dice / fue detenido por la policía… Molina cantaba como siempre bellezas y dolores / cuando de pronto el Che empezó a vivir y a morir en su guitarra / y así la policía lo detuvo”. Después de paladear los versos, el poeta levanta los ojos a lo inefable y rememora: «“Pensamientos” fue un poema que escribí hace más de veinte años con motivo de la muerte de Che Guevara (octubre 9 de 1967), y está explicado en el poema cómo se sucedió, por qué y cuándo murió el Che. El poeta Roberto Fernández Retamar, director de la revista Casa de las Américas de Cuba, le pidió a los escritores y poetas de toda América Latina su participación. Creo que por ahí dice… “Soy de un país donde te hago caso / Roberto pero / decime o dime por favor / ¿qué me pedís o pides/ qué escriba realmente? / Te doy noticias de mi corazón, nada más”».
raelart@hotmail.com