Condiciones laborales de los migrantes extranjeros recientes en la frontera norte
Las llegadas y esperas prolongadas de numerosos migrantes en la frontera norte plantean la cuestión de su inserción laboral. Los mercados laborales fronterizos, y particularmente el de Tijuana, son conocidos por ser dinámicos y con amplias oportunidades para los migrantes mexicanos quienes han generado el crecimiento poblacional fronterizo. ¿Qué está pasando con la inserción laboral de los migrantes extranjeros que llegaron a la frontera norte en años recientes y se quedaron a la espera incierta de la obtención del asilo en Estados Unidos?
El acceso al trabajo es un tema prioritario para los migrantes extranjeros, desde su arribo a albergues, para conseguir recursos para ellos y su familiares ya que una característica de estas nuevas movilidades son los desplazamientos de familias.
Una encuesta realizada por El Colef-UCLA en 10 albergues de migrantes de Tijuana a finales de 2020 permitió observar una diferencia de género en cuanto al acceso al trabajo. Mientras la gran mayoría de los hombres hospedados estaban trabajando como lo habían hecho en su lugar de origen antes de la movilidad, entre las mujeres hospedadas se observó una actividad laboral mucho menor que la que tenían antes de emprender su migración. Estas mujeres, cuya gran mayoría viajaba con familia, se enfrentan a la compleja conciliación de la actividad laboral con los mandatos de género que les hacen responsables del cuidado de los niños. Alejadas de sus redes familiares que muchas veces cumplen este papel de apoyo en el cuidado de los niños, y sin recursos de guarderías, se vuelve muy difícil para las mujeres en situación de albergues encontrar un empleo.
Otro resultado de la encuesta es que este acceso al trabajo ocurre en diversos sectores de actividad, sin embargo, la mayoría no escapa a condiciones de informalidad: sin contrato de trabajo ni prestaciones sociales. Así la facilidad para encontrar trabajo en Tijuana, aún en el momento del arribo, se da a costo de informalidad.
Después del albergue, una vez residiendo en vivienda en alguna colonia, con una estancia un poco más larga en la frontera, se podría esperar una integración laboral más formal y estable. Sin embargo, los resultados del censo de 2020 enseñan que la población extranjera con menos de 5 años de estancia en la frontera y residente en vivienda también está concentrada en la informalidad: específicamente en restaurantes (1 de cada 3 trabajadores) y otros servicios y comercios informales. Su inserción en la maquiladora es muy limitado, lo cual podría sorprender si consideramos la gran demanda laboral del sector maquilador y su apertura a los migrantes internos, tal como se observa aún ahora con los mexicanos desplazados por violencia de sus regiones de origen. Sin embargo los migrantes extranjeros recientes se enfrenten a los problemas de documentación que les impiden entrar en el amplio mercado formal fronterizo. Las dificultades para obtener tarjetas de residencia y cuenta bancaria, limitan la integración de extranjeros recientes a pesar de la alta demanda laboral local.
Se da entonces una paradoja ya que los migrantes extranjeros tienen condiciones favorables para la inserción laboral, tal como un nivel educativo en promedio más elevado que el conjunto de los migrantes nacionales, y una actitud pro-activa para buscar trabajo aun desde su arribo a un albergue en esta frontera. Sin embargo, mientras la autoridad federal correspondiente no les otorgue documentación migratoria no pueden participar en los mercados dinámicos fronterizos, y la demanda laboral no puede beneficiarse de esta población joven y formada. De esta manera la imagen dinámica e integradora de los mercados laborales fronterizos se está oscureciendo por una nueva segregación laboral que concentra a los trabajadores migrantes extranjeros en pocas ocupaciones, y una fuerte segmentación que impide pasar de la informalidad a formalidad a esos trabajadores.
*Departamento de Estudios de Población
