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Opinión

Avándaro y la memoria musical en la frontera / Vianett Medina

Por: Vianett Medina

El 23 de octubre pasado, el Centro Cultural Tijuana (CECUT) fue sede del Festival “Avándaro / Sonido Tijuana” con la presentación de algunos grupos que por años impulsaron la tradición nacional del rock. Con la participación de los Dugs Dugs, El Ritual, Javier Bátiz, Love Army, Náhualt, Pájaro Alberto, el evento convocó a un público fiel y conocedor del movimiento creativo local -fundante del rock mexicano- que en los años 60 y 70 tuvo por escenario la turística avenida Revolución.

Uno de los protagonistas del Festival conmemorativo en Tijuana, Alberto Isordia “Pájaro Alberto”, ha contado su experiencia acerca de la efervescencia del movimiento en los bares y calles de la ciudad. En 1971, a causa de un accidente carretero de su banda, Pájaro Alberto no estuvo presente en el Festival “Rock y Ruedas” de Avándaro, aunque sí su música. Luego del concierto de dos días en la que originalmente sería una carrera de autos y terminó en un festival de música de dos días, miles de jóvenes regresaron caminando a Toluca. Bajo la lluvia, se animaban a resistir el cansancio cantando “Caminata cerebral”, canción de Love Army: “La justicia toma tiempo/ yo no puedo esperar/ prefiero en mi cerebro caminar. Tendré que caminar”.        

Aludiendo al rechazo social que produjo el rock en sus inicios, “Nos corrieron de la casa y de la escuela” cantó el Pájaro Alberto (fundador de Love Army) en el ensamble de “Que viva el Rock and Roll en México” al cierre del concierto en Tijuana, alrededor de las 9 de la noche. Otro protagonista de la noche, el más aclamado, fue Javier Bátiz, precursor y líder nacional del rock mexicano. Graduado de la escuela Álvaro Obregón, en un registro reciente de portadas de discos locales (Tijuana Covers, 2021) cuenta que en 1957, durante su graduación, tuvo su primera presentación acompañado de una banda de amigos “haciendo covers de diferentes canciones”.

Protagonistas

En el Festival “Rock y Ruedas” (11 y 12 de septiembre de 1971), se presentaron once grupos ante trescientas mil personas: La tinta blanca, Bandido, Peace & Love, Three souls in my mind, El amor, Tequila, Dugs Dugs, El Epílogo, El Ritual, La división del Norte y Los Yaquis. En septiembre de 2021, el Instituto Politécnico Nacional ofreció un concierto de gala con algunos integrantes de las bandas del festival original. El video del concierto sinfónico puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=kLhJDKQq4EI

El aniversario 50 fue celebrado desde septiembre con diversas actividades en la Ciudad de México (conciertos y mesas de diálogo) también en instituciones culturales y académicas, resaltando las mesas de diálogo organizadas por la UNAM que fueron transmitidas en línea. Por su parte, del 29 de octubre al 6 de noviembre se realizó el “Festival de las Almas: Rock y Ruedas 2021” en el pueblo mágico de Avándaro, con un repertorio de música contemporánea y una composición de músicos muy distinta a la celebración en Tijuana que sí contó con músicos del evento original.

El festival en Tijuana fue auspiciado por el Centro Cultural. Bajo la dirección de Alex Perales y Gabo Núñez, fue preparado con algunos meses de anticipación. La selección de contenidos y la eficiencia logística fueron el resultado de varios años de investigación y trabajos del también guitarrista Alex Perales que hizo coincidir la disposición del CECUT -el cual celebraba su 39 aniversario- y la de los músicos participantes.

Perales, quien durante una década ha investigado el fenómeno musical de Tijuana en los 50, 60 y 70, que llama “Sonido Tijuana Protagonistas del Rock Mexicano Generación Avándaro”. Junto al cineasta Luis Mercado Forseck exhibió en 2016 el documental que recoge el testimonio de los músicos que tocaban en la avenida Revolución, así como su participación en Avándaro: “Javier Bátiz, Pájaro Alberto (Love Army) Armando Nava (Dug Dugs), Ramón Torres, Ricardo Ochoa. (Peace and Love y Náhuatl) Alejandro Villegas (Diablito) y Lalo Barceló (Ritual) son protagonistas de esa era icónica cuando Avándaro en Valle de Bravo en el Estado de México dejó de ser un lugar geográfico para convertirse un símbolo de una filosofía, de una época que encierra tres sucesos inseparables: los trágicos sucesos de Tlatelolco, El Halconazo y el controversial Festival de Rock y Ruedas en Avándaro.”

Perales agregó que “Javier Bátiz y Pájaro Alberto no tocaron en el festival de 1971, pero aun así son personajes centrales en este movimiento”. No obstante, “Javier Bátiz fue el primero en ser invitado al concierto”. Perales cuenta que a “Javier no le pareció atractivo tocar para unos juniors por la cantidad de dinero que ofrecían, ya que en el momento ya era la estrella protagonista de la escena del Rock mexicano y tenía mucha chamba cobrando incluso cantidades mayores a la ofrecida en esa ocasión. Fue entonces cuando Armando Molina, quien fue gran promotor de los músicos de Tijuana en la Ciudad de México, propuso más grupos entre los que estuvieron los provenientes de la Avenida Revolución”, en Tijuana.

“Tocar en casa”: el ensamble regional

Con pocos recursos, el evento en Tijuana se logró sumando voluntades: “El maestro Gabo Núñez coordinó los arreglos y las trascripciones de alrededor de 28 temas con el trompetista Joel Haros y con alumnos, maestros y ex maestros de la escuela Tijuana Music School”, explica Alex Perales para destacar el esfuerzo de diversos actores. “Esto también hizo más especial aun el evento porque todo fue parte de la suma de un esfuerzo que viene de alguna manera trabajándose en conjunto desde hace algunos años. Se sumó también a la coordinación general Lizbeth Hernández quien viene de la ciudad de México, pero ya vive en Tijuana desde hace dos años y que colaboró conmigo hace alrededor de 20 años con el grupo Ohtli. Liz tiene muchos años de experiencia en la industria de la música en México. Desde la ciudad de México colaboró también Benjamín Márquez, del comité organizar del Festival Avándaro con quien también trabajamos el pasado 11 y 12 de septiembre” en el Faro Cosmos, en la ciudad de México.

El video de la presentación en Tijuana puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=r7D_tsjYKsM&t=19800s

La participación de las mujeres

A pregunta expresa sobre la participación de las mujeres en el festival conmemorativo, en que su número apenas fue de cinco en un escenario de más de una veintena de músicos, Perales explicó que “El rol de las mujeres en el movimiento contracultural de Avándaro es fundamental”. En el festival original, la presencia de mujeres estuvo reducida en el escenario. En él participó la tijuanense Marisela Durazo, a quien también se le invitó al evento en Tijuana. Dice Perales: “Marisela Durazo también de Tijuana cantó con el grupo Tequila y fue una de las dos mujeres participantes en el elenco musical del festival junto con Mayita Campos. Marisela Durazo fue también invitada a la celebración del 50 aniversario en el CECUT pero no pudo estar presente por razones de salud, pero al igual que Dug Dugs, sí participó en la celebración presencial de 50 aniversario en el Faro Cosmos de la ciudad de México el pasado mes de septiembre. Y tanto Marisela Durazo como Mayita Campos participaron en el concierto sinfónico que ofreció la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional que se transmitió por canal Once el pasado 11 de septiembre del presente año.”

La investigadora egresada del CINVESTAV, Mónica García Contreras, en su libro Formación de movimientos estudiantiles. Género y memoria de mujeres y activistas de México (2021) propone el recurso a otras fuentes, etnográficas e historiográficas, para rescatar el papel de las mujeres en los movimientos disruptivos de la cultura nacional. Este enfoque coincide con los planteamientos de la mesa del ciclo “Desde la Academia” organizada por la UNAM[1], llamada “El papel de las mujeres en el Rock desde Avándaro a nuestros días” acerca de la constante marginalidad de las mujeres en la historia del rock. En el festival de Avándaro así como en otros movimientos culturales, la mujer fue vista como cuerpo antes que en su rol como profesional, en este caso, como ejecutante musical. Aunque en la historia del rock mexicano, la acción operativa de las mujeres fue fundamental, de acuerdo a la socióloga Julia Palacios Franco: “Yo creo que ahí hay toda una gama de mujeres no en el escenario pero atrás del escenario y que han permitido que mucho del rock y muchas de las bandas que vemos hayan sobrevivido, funcionen, sean eficientes, operativas, lleguen a tiempo. Ese es un papel importante de las mujeres”.[i] Palacios destacó también la marginalidad del rock en la época, donde la balada era predominante.

Avándaro, en resumen, fue un movimiento marginal como lo fueron también sus mujeres que, no obstante, sostuvieron éste y otros movimientos de transformación social que no han sido suficientemente investigados.
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[1] https://www.festivalavandaro.com/academia
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[i] https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=281844946863784

Fotos cortesía Vianett Medina

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