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Opinión

Astillero / El poder de Netflix

Por: Julio Hernández López

Una docuserie (es decir, un documental seriado, como subgénero del docu-reality) parece estar moviendo más al aparato de los poderes Ejecutivo y Judicial de México que la larga denuncia de injusticias cometidas contra Israel Vallarta, marcadamente luego de que su compañera de suerte procesal, la francesa Florence Cassez, fue liberada en enero de 2013, mientras el mexicano ha seguido preso, sin sentencia alguna a casi 17 años de haber sido detenidos.

Netflix, la dominante plataforma mundial de distribución digital de contenido multimedia, ha puesto disponible en cinco capítulos El caso Cassez-Vallarta, una novela criminal, a partir del texto escrito por Jorge Volpi, ganador del premio Alfaguara de novela en 2018.

Buena parte de la narrativa de la docuserie descansa también en Emmanuelle Steels, periodista belga que ha sido corresponsal en México de medios extranjeros y escribió otra pieza clave, El teatro del engaño. Buscando a los Zodiaco, la banda de secuestradores que nunca existió, de Penguin Random House, editorial que bien podría reditar la obra de Steels para compensar la menor difusión y distribución que en su momento tuvo.

Además, se reconoce el mérito periodístico y cívico de Yuli García, pionera en percibir las irregularidades del caso, como parte del equipo periodístico de Denise Maerker, en la propia Televisa, y sentar las bases para que el propio Genaro García Luna, secretario calderonista de seguridad pública, aceptara la “recreación” que afectó el proceso a tal grado que no se ha podido esclarecer si hubo responsabilidad de Cassez y Vallarta en los secuestros que les fueron atribuidos.

En la docuserie, dirigida por Gustavo Naranjo, director entre otras películas de Miss Bala (entrevista con Naranjo: https://bit.ly/3e29uKS), con Alejandro Gerber como guionista y uno de los productores, se exhibe la crudeza del montaje hecho en Televisa, con Carlos Loret de Mola como conductor del noticiero matutino y el reportero Pablo Reinah como ejecutor directo, para presentar como “en vivo” lo que luego se confesaría que había sido “una recreación” de la presunta irrupción de policías federales en el rancho Las Chinitas para detener a los supuestos jefes de una banda de secuestradores, Los Zodiaco, y liberar a personas privadas de su libertad.

La relatoría difundida por Netflix (con la participación de notables periodistas como José Reveles) confirma lo publicado en prensa y libros respecto a la criminalidad de García Luna y sus cercanos, sobre todo Luis Cárdenas Palomino, y el talante de bravucón fallido de Felipe Calderón, a quien el ex presidente francés Nicolas Sarkozy atribuye haber tenido menos poder que su jefe policiaco (al que en esta columna se denominaba en esos años como “vicepresidente ejecutivo”, esto último relacionado con las ejecuciones).

Es notable, además, el asomo de un personaje de las sombras, Eduardo Margolis, empresario judío (ex agente de la Mossad, según señala el especialista Alfredo Jalife en entrevista: “Loretito y Televisa, un Ayotzinapa mediático”, https://bit.ly/3wFWW27), que además ha sido una especie de enlace operativo, o de ajusticiador luego validado por autoridades, de la comunidad judía en casos de secuestros y otros delitos graves.

Ante ese cuadro netflixiano (el predominio del video sobre la letra escrita, de la docuserie sobre el periodismo tradicional, aunque aquélla se nutra de éste), el presidente de México reconoció que sus dos secretarios de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y Adán Augusto López Hernández, no lograron avanzar en la liberación de Vallarta. Tamborileó incluso en el atril de la mañanera al tocar el tema de esos incumplimientos desde Bucareli.

Ahora ha trasladado la tarea a la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, y hay voces que aseguran que esta vez sí estaría cerca la liberación de Israel Vallarta. Ya veremos. ¡Hasta mañana!

Twitter: @julioastillero

Facebook: Julio Astillero

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