Astillero | A la Corte, ¿el mal menor?
La oposición al obradorismo se encuentra en el Senado ante una encrucijada: elegir a quien considere «menos peor
» de la terna enviada por el presidente López Obrador para ocupar el asiento que Arturo Zaldívar dejó en la Corte, o rechazarla y llevar al ocupante de Palacio Nacional a confeccionar una segunda terna que, en caso de ser rechazada o no procesada por los senadores, lo facultaría a designar a dedo a la nueva ministra.
El propio Ricardo Monreal vuelto a su escaño, reinstalado como una especie de coordinador extraoficial de una parte de los senadores guindas, ha dicho que sería preferible que los legisladores decidan y no termine este proceso en el escenario constitucionalmente válido de que el Presidente de la República lo haga por incapacidad senatorial.
Los opositores no parecen tener mucho campo de acción: la principal figura formal de la terna, Estela Ríos, ha sido fuertemente objetada porque la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República, que ocupa actualmente, no sólo evidencia la fuerte relación con el titular de tal Presidencia, sino que, además, la coloca legalmente en una condición equiparable a la de una secretaría de Estado, a la cual se debería haber renunciado antes de emprender el camino en busca de inserción en la Corte.
Quedarían dos opciones, Lenia Batres Guadarrama y Bertha Alcalde Luján, aunque varias reseñas de las comparecencias que tuvieron ante la comisión senatorial del caso aseguran que la segunda tuvo un notable desempeño que podría llevar a los opositores a considerarla una opción aceptable.
En caso de desechar expresamente esta primera terna, los senadores contrarios a la llamada Cuarta Transformación abrirían la puerta a una segunda propuesta presidencial que podría incluir a Ernestina Godoy, actual titular de la fiscalía capitalina, en caso de que en otro ámbito de opositores le impidieran obtener un segundo periodo en dicha fiscalía de la Ciudad de México. ¿Cuál será el mal menor
, conforme a la visión de los senadores anti-4T?
El Partido Acción Nacional ha sido alcahuete de Vicente Fox Quesada a pesar de la evidente traición a las esperanzas democráticas suscitadas en 2000, sobre todo cuando en 2012 se puso de tapete al paso de Enrique Peña Nieto, que devolvería al PRI a Los Pinos.
Carente de nuevas figuras relevantes, hundido en el oportunismo, Acción Nacional ha rehabilitado a Fox y ahora no sabe cómo desmarcarse de él de manera convincente, luego de que el siempre deslenguado ex gerente de Coca-Cola ha tropezado feamente con su referencia de «dama de compañía
» a Mariana Rodríguez, esposa del gobernador con licencia de Nuevo León. Con su pan de pragmatismo desmemoriado ha de comerse este episodio el Partido Acción Nacional.
Con frecuencia se habló del senador Higinio Martínez como un político insatisfecho con la segunda postulación de Delfina Gómez para el gobierno del estado de México. Higinio fue el jefe político del Grupo Texcoco y, por tanto, de la propia profesora. Ahora ha regresado a su escaño y ha dejado el cargo de jefe de gabinete y proyectos especiales de la gobernadora. Esta renuncia deja entrever desajustes e inconformidades internas en el equipo guinda que ahora gobierna el estado de México.
Astillas
Son varios los mensajes que apuntan a que Marcelo Ebrard está en espera del momento político adecuado para anunciar que siempre sí apoyará a Claudia Sheinbaum, reconocerá su triunfo y esperará el premio de recompensa (una senaduría y, presuntamente, la coordinación de la bancada correspondiente). Asume que sigue en pie el pacto que asegura negoció con Sheinbaum, con todo y una cuota de candidaturas y cargos partidistas, y el punto de desenlace podría darse cuando la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia emita un resolutivo relativamente favorable a las quejas del ex canciller… Y, mientras Claudia Sheinbaum ha realizado una enigmática visita a Palacio Nacional, ¡hasta mañana!
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