American curios | Por la belleza / David Brooks
“¿Qué tipo de tiempos son estos donde/Hablar de los árboles es casi un delito/Porque implica silencio sobre tantos horrores?” Bertolt Brecht.
El clima se deteriora anunciando un fin de la vida en el planeta y todos lo saben y los políticos dicen que hacen algo, pero todos saben que no es suficiente, ni cerca (para citar a Greta: bla, bla, bla). A la vez, estamos viendo a varios poderes nucleares bailando una especie de coreografía absurda y obscena, con Washington y sus aliados pretendiendo ser los guardianes del «bien» batallando contra las fuerzas del «mal», en un baile verdaderamente infantil. Por otro lado, se acaba de descubrir que el gobierno (la CIA en este caso) sigue espiando en forma masiva a los estadunidenses mucho después de que Edward Snowden alertó al mundo sobre esto y, por ello, está exiliado de su país. Mientras, van más de 900 mil muertos de covid y por alguna razón no provoca gran furia que la mayoría de estas muertes eran evitables; todo mientras los más ricos incrementaron sus fortunas en 70 por ciento desde el inicio la pandemia, y ahora los tres multimillonarios más ricos concentran más riqueza que 50 por ciento de la población. ¿Todo normal?
Más: las locuras de la ultraderecha dominan las noticias, empezando con un ex presidente que violó la Constitución, impulsó un intento de golpe e incita a la violencia armada, y quien se robó de la Casa Blanca documentos oficiales secretos que son propiedad pública, algunos de los cuales destrozó con sus manos y otros con lo que tapó el inodoro en la Casa Blanca; todo, por ahora, sin tener que rendir cuentas a nadie. Ese bufón peligroso junto con otros políticos más decentes siguen nutriendo cada vez mayor cinismo público sobre eso que llaman democracia. En el fondo, todos saben –se ha registrado por años en las encuestas– que el gobierno en general no refleja ni representa los intereses de las mayorías, lo cual acelera esa erosión de credibilidad pública en las llamadas instituciones democráticas. La concentración extrema del poder económico y por lo tanto político que ha llegado a niveles sin precedente en un siglo en este país, ha llevado a que algunos concluyan que esto –el «faro de la democracia»– se parece cada vez más a una oligarquía.
“Los que son dueños de este país… es un gran club, y tú y yo no estamos en él”, recordaba el gran cómico George Carlin. “Los dueños de este país saben la verdad: el sueño americano se llama así porque uno tiene que estar dormido para creérselo” ( https://www.youtube.com/watch?v=KLODGhEyLvk ).
Tal vez todo es un juego. El presidente y todos sus hombres y mujeres junto con grandes intelectuales, analistas, líderes conservadores, centristas, liberales y hasta izquierdistas alertan respecto de que la democracia estadunidense está al borde de caer en el abismo ante amenazas de más intentos de golpes de Estado y hasta guerra civil. Tienen razón en los hechos. Pero tal vez es hasta peor que al sonar esa alarma no hay por ahora una respuesta masiva para defender a la democracia; nadie está saliendo a las barricadas. Más aún, muchos de los mismos que alertan durante el día sobre la crisis existencial de la democracia no cambian ni sus planes de cena. ¿No que era emergencia?
Este torbellino de la vida cotidiana en Estados Unidos que los periodistas estamos obligados a reportar, no es la nota completa, ni necesariamente la más importante. Por supuesto hay rebeliones, denuncias, actos nobles de resistencia y esperanza. Todos los días. En casi todas partes.
También hay belleza en todas sus dimensiones, en bailes, conciertos, teatro y otras artes, como invitaciones a la solidaridad y a la desobediencia contra lo feo y abrazos a la esperanza. Pero a veces, reportar esas cosas, aunque tal vez lo más esencial, puede parecer irrelevante, ¿otra víctima de esos tiempos? Recuerda el lamento de Camus: «Hemos exiliado la belleza; los griegos tomaron armas por ella».
Mientras aprendemos a ser griegos para rescatar la belleza, no hay de otra más que quedarnos con eso que también dijo Brecht: «Quien lucha podría perder, pero quien no lucha ya perdió».
Bruce Springsteen. Living in the Future. https://www.youtube.com/watch?v=I6x06jXRD70
Calle 13. Los idiotas. https://www.youtube.com/results?search_query=los+idiotas+calle+13