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México

Zonas más ricas, mayor rechazo a ser funcionario de casilla

Por: Fabiola Martínez / La Jornada

La tarea de encontrar a los ciudadanos que el 2 de junio serán funcionarios de casilla se complica en las zonas de mayor poder adquisitivo, donde hay una tasa de negación superior a la media nacional, que es de 51.76 por ciento, revelan estadísticas del Instituto Nacional Electoral (INE).

En la clasificación de rechazos o impedimentos, a escala general, 46.3 por ciento es porque la persona no fue localizada, 21.63 dijo que no puede por compromisos laborales y sociales, 12.28 de plano declinó la invitación, 11.69 adujo problemas de salud y 1.50 argumentó situación de discapacidad. Además, en porcentajes mínimos fue por impedimentos legales (regularmente por ser militantes de un partido), lo que veta la norma electoral.

Sin embargo, los datos oficiales –y perspectiva de los consejeros– también muestran la factibilidad de alcanzar la meta, pues de un primer sorteo de 13 millones 98 mil 718 de electores –de un padrón de 100 millones–, el objetivo es localizar, convencer y capacitar a alrededor de 1.5 millones de personas que contarán los votos en las 170 mil 3 casillas a instalar en todo el país. Hasta anoche se había visitado a 92 por ciento del objetivo, y pese a las resistencias o imposibilidades, se tiene ubicado a 1.9 millones de personas que cumplen los requisitos, esto es, más de los que se necesitan.

Martín Faz, presidente de la Comisión de Capacitación y Organización del INE, señaló que el nivel de rechazo de los ciudadanos a participar no es superior al de otros procesos, aunque siempre hay distritos y secciones en los que se batalla más, “particularmente en zonas urbanas y de alto nivel socioeconómico; es un asunto curioso, pero no atípico. Por ejemplo, en estos lugares residenciales (los Caes –supervisores y capacitadores–) no pasan de la pluma de ingreso”.

La perspectiva es cumplir el objetivo, pues en el último corte parcial hay 106 por ciento de cobertura a escala nacional, aunque hay zonas con niveles mucho más bajos.

Pese a lo anterior el proceso no es fácil para los Caes, el grupo de trabajadores eventuales del INE, integrado por casi 50 mil personas que por estos días recorren el país.

Uno de ellos, asignado a la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, confirmó la dificultad de esta primera etapa, a concluir el día 31, para luego pasar a los nombramientos (presidente de casilla, secretarios y escrutadores), capacitarlos y hacer los simulacros.

Te encuentras de todo; desde ciudadanos que quieren participar, que son los menos; los que rechazan verte y familiares que los niegan. El reto es que nos abran, pues llegas y hay guardias de seguridad; hay casas en las que no sirven los timbres o los mismos perros te impiden acercarte, relata.

En una visita a un edificio de departamentos, el guardia avisó: lo buscan del INE. Una mujer responde en el interfono: es mi esposo, pero se está bañando; dígales que si quieren esperar; en otra casa no responden; en la tercera recibieron un seco: no gracias, y hasta la cuarta, un hombre salió, habló con los Caes y aceptó la invitación.

Yo participé hace como ocho años, y entonces fue más fácil (integrar las casillas); ahora nos está costando mucho trabajo que la población participe. Tienen mucha información política, pero no les gusta colaborar. Venimos con una carta de invitación personalizada, de una institución, y aún así se niegan.

Por seguridad, los Caes no andan solos; recorren las secciones electorales al menos en pareja. Traen su gafete del INE –con código digital, firma y foto– y chaleco rosa con beige; en esta dupla, el capacitador también trae mochila y gorra.

Nosotros sí alcanzamos de todo, expresa frente a la pregunta sobre los problemas iniciales para dotar de todos los distintivos, pues los proveedores de teléfonos y chalecos quedaron mal al organismo, y ahora se hacen malabares para hacer las compras con el tiempo encima.

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