“Oscurantistas y feudales”, críticas a libros de texto
Como un posicionamiento “retrograda” de grupos de la ultraderecha, calificaron profesores e investigadores la intención de distintos gobiernos estatales de suspender la distribución de los libros de texto gratuitos del ciclo 2023-2024, lo que implica “sostener posiciones feudales y oscurantistas”.
En entrevistas por separado lamentaron que alumnos y docentes se conviertan en “rehenes de una disputa político-electoral que pretende dejar sin una herramienta fundamental a millones de niños y miles de maestros, lo que tendría un efecto irreversible”.
Óscar Cortés, profesor-investigador de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM), destacó que el peor temor de la derecha política e intelectual “es perder el control en el aula, por eso atacan los libros y descalifican un material que como todos, tiene errores, que es perfectible, pero que plantea una forma distinta de ver la educación, y eso es lo que quieren combatir a toda costa”.
Destacó que si bien la Nueva Escuela Mexicana es una propuesta pedagógica que “puede ser perfectible, al igual que los libros, esto no implica que los maestros, y quienes formamos a los futuros docentes frente a grupo en educación primaria, no estemos de acuerdo con ejes centrales, como el trabajo por proyectos, que no es una estrategia pedagógica nueva, por el contrario, incluso, está presente en la escuela mexicana desde hace 100 años”.
Incrustados en el gobierno
Por su parte, Martín Martínez Contreras, supervisor de primarias e integrante de la coordinación general del magisterio disidente de Guanajuato, destacó que en la entidad, una de las que rechaza la distribución de los nuevos materiales educativos, “enfrentamos a grupos de ultraderecha que se han ido incrustando en diferentes áreas de gobierno, principalmente en la secretaría de Educación estatal, desde donde han preparado no un ataque a los libros de textos, sino contra la educación pública”.
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Destacó que desde el pasado 6 de julio “se nos informó en una circular interna que había que solicitar a los padres que de forma ‘voluntaria’ regresaran los libros de texto del ciclo 2022-2023, que acaba de concluir, a fin de resguardar los materiales para usarlos en este nuevo ciclo, es decir, ya venían preparando el golpe. Además, se ha pedido devolver a las autoridades los materiales que hayan llegado a las escuelas”.
Martínez Contreras recordó que en 2009, en el municipio de León, Guanajuato, “se quemaron libros de biología porque incluían temas de educación sexual, por lo que no es extraño que nuevamente se vuelva al ataque contra cualquier forma de contenido progresista e incluyente”.
Al respecto, Francisco Bravo, director de la primaria Leonardo Bravo, enfatizó que “es lamentable que gobiernos estatales antepongan sus intereses político-electorales a los derechos de la infancia y de los propios docentes, a quienes les arrebatan una herramienta central en el quehacer docente, porque no sólo les quitan el derecho que les da el Estado mexicano de recibir materiales educativos, tampoco podrán ser parte del proceso que cada año se realiza de conocer y corregir sus posibles errores, de los que también los niños aprenden”.
Enfatizó que si bien los libros de texto “no son una receta de cocina que se siga paso a paso, sí son una fuente de consulta muy importante. Hemos hecho observaciones de su contenido que deben ser atendidos y corregidas, como fechas, dibujos, esquemas, y algunos contenidos técnico-pedagógicos, pero de ninguna manera esto justifica que se pretenda eliminarlos o sustituirlos por otros a modo de los intereses de los sectores más reaccionarios del país”.