En moto, retan su suerte a 300 km/h; recuerdan a fallecidos con rodada
Ciudad de México, 23 de agosto.- Los velocímetros marcan hasta 300 kilómetros por hora (km/h), pues los bólidos buscan cruzar en siete minutos la distancia entre la caseta de cobro de Tlalpan, en la autopista a Cuernavaca, y el pueblo Tres Marías. Los pisteros, conductores aficionados de motos de carreras, se citan las mañanas de los domingos en La isla, al comienzo de la ruta.
Entre adrenalina, vértigo y afán de sobresalir en un círculo cerrado y muy particular, se imponen propósitos que rondan la fantasía y lo descabellado: Ir a Acapulco para almorzar, tomar aflojacurvas –bebidas alcohólicas– y regresar. El peligro está latente para ellos y las familias que transitan por la vía.
Calzarse botas, enfundarse en trajes de piel y guantes de motociclista (de la marca italiana Dainise, la más costosa), y ajustarse el casco AGV Pista cada domingo, les infunde valor para sentir que aprendieron las piruetas de la leyenda Valentino Rossi, y sus 235 podios del Campeonato Mundial de Motociclismo. La diferencia es que su astro rueda en pistas profesionales que le permiten salir casi ileso de un accidente, al contrario de las carreteras al sur de la Ciudad de México y otras donde los pisteros corren entre el tránsito pesado.
«Todos nos sentimos Valentino», afirman. Se asumen parte de un clan dividido en clubes y grupos. A rodar acude quien quiere, pero entre ellos hay diferencias de clase.
Negocio para fotógrafos
Llegan al frenesí dominical con máquinas propias o robadas para tomar riesgosas curvas, sobre todo de la autopista federal. Mientras más inclinado a un costado –lo más recostado– es mejor.
Si los sliders, protectores de rodillas, antebrazos o de codos rozan el suelo, más crece el ego. Algunos los utilizan de metal, para sacar chispas y narrar anécdotas más emocionantes a sus compas.
Detrás de sus hazañas, de tomar a 160 km/h una curva con peralte, levantar el motor a más de 250 km/h o sacar chispas con su slider de metal, se consolida un negocio: Por 100 pesos, la fotografía de alta resolución acredita sus dichos. Se las toman camarógrafos apostados a los costados de las curvas, junto a cruces de las que cuelgan cascos con los nombres de mujeres y hombres que han muerto en accidentes a exagerada velocidad.
Encaramarse en un monstruo mecánico que llega de cero a 100 km/h en 10 segundos, como una moto italiana Ducati Panigale o una Goldwing 1500 de Honda, otorga un caudal de fascinación. El poder de la velocidad implica peligro para los mismos pisteros y quienes avanzan sobre los parches que alfombran las autopistas.
Recorren tramo en memoria de fallecidos
Unos 300 motociclistas rodaron de la caseta de Tlalpan a Tres Marías, en este municipio, en memoria de las seis personas que perdieron la vida el domingo 15 en un accidente de motos ocurrido en el kilómetro 51 de la México-Cuernavaca.
A una semana del percance, que dejó también 12 heridos, la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha esclarecido cómo sucedió el primer incidente que provocó otros dos y en el que se vieron involucrados 11 motocicletas, seis vehículos y dos tráileres, denunciaron familiares.
Tampoco Caminos y Puentes Federales, dijeron los manifestantes, ha dado a conocer los videos del accidente, y resaltaron que hasta hoy, solo han circulado en redes sociales imágenes de conductores que pasaban ese día por el lugar.
Los motociclistas aseguran que una persona que conducía un vehículo en estado de ebriedad o que se quedó dormida, fue la que provocó el primer incidente, alrededor de las 11 de la mañana. Eso detuvo el tráfico en una curva peligrosa y ocasionó otros dos percances.
Durante la caravana los organizadores y familiares de las víctimas exigieron a las autoridades de Morelos y federales que instalen puntos de revisión, para que los conductores respeten los límites de velocidad.
Los motoristas aceptaron que viajaban a más de 200 kilómetros por hora y, por ello, no pudieron evitar impactarse contra las cajas de dos tráileres parados por el tráfico que provocó el primer percance.
Le pudo haber pasado a cualquier persona: padre de fallecida
La rodada, que comenzó a las 11 horas, fue encabezada por Israel Yáñez Martínez, padre de Anny, quien colocó en un automóvil el nombre y fotos de su hija fallecida.
Elementos de la Guardia Nacional, Ángeles Verdes, y las policías de la capital del país y Morelos, en sus respectivos territorios, custodiaron al contingente. En el kilómetro 51 de la autopista, sitio exacto del accidente, los padres y amigos de Anny colocaron una cruz en el muro de contención de la vía.
A las 13 horas, en el restaurante-bar El que te dije, ubicado en la carretera federal Cuernavaca-México, una monja de la parroquia de San José, del pueblo de Tres Marías, rezó en memoria de Anny Jael, de 23 años; Jorge Luis, 29 años; José Alberto, 43 años, una menor de edad de nombre Dan; Pedro Iván, 34 años y Francisco Ulises, 33 años.
En entrevista, el padre de Anny, manifestó su respeto por los jóvenes a quienes les gustan las motocicletas y dijo que «fue un accidente que nadie esperaba porque es una curva y le pudo haber pasado a cualquier persona».
No obstante, reprochó que las ambulancias tardaron 60 minutos en llegar, y que después de cuatro horas, levantaron los cadáveres, además, el Ministerio Público de la FGE los atendió 24 horas después.