publicidad
México

Los reos que son inocentes sufren daños irreparables

Por: Jessica Xantomila / La Jornada

El daño que sufre una persona encarcelada por un delito que no cometió, al igual que el de su familia, es irreparable y muchas veces los afectados no son reconocidos como víctimas ni reciben apoyo para resarcir lo ocurrido, aseveró la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (Cmdpdh).

Uno de estos casos es el de Oswaldo Rodríguez Salvatierra, quien pasó 15 años en prisión acusado de presunto secuestro en Tlaxcala. En entrevista, manifestó que si bien obtuvo su libertad tras ser absuelto a finales de 2016, aún se siente preso.

Señaló que lucha por la libertad de su padre Sergio Rodríguez y la de otros dos hombres, Mario Almanza y Jorge Hernández, quienes fueron detenidos junto con él en agosto de 2002, acusados por el mismo delito, además de que ha padecido depresión y apenas hace un año consiguió su primer empleo formal.

La Cmdpdh, que acompaña el caso, exigió que las autoridades federales y estatales cumplan con la resolución del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU para liberar al padre de Oswaldo y a las otras dos personas, ya que en junio pasado se determinó que su detención fue en ausencia de órdenes de aprehensión y fueron víctimas de tortura y otras violaciones graves a derechos humanos por agentes ministeriales de la Procuraduría General de Justicia de Tlaxcala.

Oswaldo, de 42 años de edad, recordó que fue detenido el 13 de agosto del 2002, saliendo de la estación del Metro Ecatepec, en el estado de México. Ese mismo día también los agentes hicieron lo mismo con su padre, hermano, un tío, su cuñado y otro hombre.

La versión oficial dice que nos agarraron en avenida Central, que íbamos en situación sospechosa y que al revisarnos nos hallaron droga para justificar la detención, narró.

Sin embargo, aseveró que todos fueron aprehendidos en lugares diferentes y que hay pruebas en video y testimonios. A mi tío Pepe lo detuvieron en la Ciudad de México, afuera de su trabajo; a mi hermano, fuera de su casa, y a Jorge en Tlaxcala.

Manifestó que cinco de los seis detenidos sufrieron tortura, cubetadas de agua en la cara, golpes y toques eléctricos. Mientras ello sucedía, dijo, a mí me preguntaban qué había hecho con la niña, que era la supuesta secuestrada. No obstante, después de un tiempo supimos que la víctima no había sido una menor sino una joven.

Indicó que su hermano obtuvo su libertad luego de ocho meses de haber sido detenido porque a los agentes se les olvidó cuadrarlo en su plan y en la apelación del auto de formal prisión esto se evidenció. En tanto, su tío murió en el penal de Santa Martha debido a la tortura y a que muchos años fue diabético.

Oswaldo expuso que los 15 años en prisión los pasó en diversos centros en la capital, en Veracruz, en Tabasco, Sinaloa y Durango.

Expresó que después de todo el estar en libertad no ha sido fácil. Llegué a mi casa con temor y delirio de persecución. Pasaron como cinco meses para que pudiera salir.

Además empezaron las tristezas, los episodios de querer estar llorando, de estar solo, la depresión y la ansiedad. Por eso, dijo, pedí ayuda con terapias sociológicas y con el siquiátrico, que fueron brindadas con apoyo de la Cmdpdh.

En lo laboral, mencionó que por varios años estuvo en trabajos informales porque le negaban los empleos por el antecedente penal.

Mariana Domínguez, abogada de la Cmdpdh, señaló que casos como el de Oswaldo y su familia se producen por la incapacidad de las autoridades de verdaderamente realizar investigaciones adecuadas, apegadas a los derechos humanos.

Related Posts