Fracaso del PES, por su “bipolaridad política” y “posturas radicales”
Ciudad de México, 13 de junio.- El Partido Encuentro Solidario (PES) no tuvo el apoyo de los cristianos evangélicos debido a su “bipolaridad política” y a sus posturas “fundamentalistas” en torno al aborto, matrimonio homosexual y familia.
Además, por andar “pepenando” candidatos que no representan los principios cristianos y ser “comparsa” de diversos partidos en distintas ocasiones, señalaron a La Jornada Elio Masferrer Kan, presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones (ALER), y Óscar Moha, presidente de la agrupación Libertad y Dignidad, que se centra en casos de intolerancia religiosa en el país.
Los expertos en asuntos religiosos consideraron que Hugo Erick Flores vendió la idea de un partido evangélico, pero que en realidad el PES tenía poco de ello, por eso no logró la simpatía en ese sector, y obtuvo 2.85 por ciento de la votación, lo que no le alcanza para mantener el registro.
“Hugo Erick se propuso crear un partido evangélico, copiando el modelo de otros partidos evangélicos, pero en América Latina éstos han fracasado”, señaló Masferrer Kan, quien es doctor en antropología y profesor-investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
“Eso de andar pepenando personajes de dudosa calidad, desde el punto evangélico, les pareció un comportamiento muy oportunista, por lo que los evangélicos conservadores no le creyeron, y así los presbiterianos, bautistas y neopentecostales, que habían prometido apoyo, cambiaron de opinión, y se fueron con el PAN, y los sectores populares de pentecostales y metodistas se inclinaron por Morena y un segmento que captó Fuerza por México”.
Moha indicó que aunque “ahora el PES sí apostó más a las iglesias y a muchos líderes religiosos y a sus familiares, y se les dio candidaturas –los que no tienen registro como ministros de culto, pero en los hechos sí son pastores–, tener candidatos a gubernaturas, como la de Baja California, que no eran bien vistos, porque no tenían relación con los lineamientos del partido, le restó apoyo entre los cristianos evangélicos”.
Otra “estocada final fueron los espots que lanzó casi al final de la campaña respecto a que era un partido de la familia, en contra de los matrimonios del mismo sexo y del aborto” y otro ingrediente fue el apoyo económico a candidatos. “A algunos no les dio ni 5 mil pesos para llevar una campaña de delegada, por ejemplo”.
Así que “no votaron por el PES por la ‘bipolaridad política’, y por las posturas fundamentalistas o radicales, y por haber sido comparsa de casi todos los partidos, primero como Encuentro Social y ahora como Encuentro Solidario; sus posibles votantes evangélicos consideraron que no tiene seriedad”.