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Cultura

Ya se expone en el Museo del Prado el «Caravaggio perdido»

Por: Armando G. Tejeda / La Jornada

Madrid, 28 de mayo.- El Caravaggio perdido, el Ecce Homo pintado por el genial artista italiano entre 1605 y 1609, ya está expuesto en el Museo del Prado de Madrid, en una sala especial adaptada para su exhibición, en la que se cuenta la historia de uno de los hallazgos más sorprendentes de las últimas décadas en la historia del arte.

Su dueño, un coleccionista multimillonario anglosajón, cuya identidad se desconoce, y que podría haber pagado varias decenas de millones de euros por la obra, está comprometido en que el cuadro se exponga de forma permanente.

Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610) fue un artista convulso, de carácter volcánico y de personalidad compleja. Esa forma de ser lo llevó a inmiscuirse en numerosos conflictos y a tener que cambiar de ciudad cada cierto tiempo.

Su obra, considerada una de las más claras precursoras del Barroco, es codiciada y admirada, sobre todo porque se conservan sólo alrededor de 78 piezas autentificadas por los expertos. En España, actualmente hay tres, una en la Galería de las Colecciones Reales, Salomé con la cabeza de Bautista (1607); la que pertenece al Museo del Prado, «David vencedor de Goliat» (1600), y ahora el «Ecce Homo». 

Vicisitudes superadas

La historia de este cuadro es singular. Hace tres años, en una casa de subastas muy próxima al Museo del Prado, se puso a la venta esta pintura con un precio de salida de mil 500 euros (27 mil pesos), cuyos dueños y los responsables de la puja atribuían a un discípulo de José de Ribera, el genio del arte barroco andaluz, pero no fueron capaces de saber a quién pertenecía.

Los expertos en pintura italiana de la pinacoteca madrileña alertaron de inmediato al Ministerio de Cultura español de que esa obra podría tratarse en realidad de un Caravaggio perdido, con lo que, para neutralizar su venta y salida del país, el gobierno español decidió decretar que se trataba de un Bien de Interés Público, con lo que se garantizaba que la obra, más allá de quien la adquiriese, no podía salir de las fronteras españolas sin autorización de las instituciones responsables del patrimonio nacional.

Después de someter la pintura a numerosas pruebas y análisis de los máximos expertos en la obra de Caravaggio, tanto de España como de Italia, se llegó a la conclusión unánime de que se trataba efectivamente una obra perdida del artista italiano, y, por tanto, su valor era incalculable. Al final, la pieza se subastó, pero el precio fue muy por arriba de mil 500 euros originales y se podría haber llegado a superar 30 millones de euros, según varias informaciones que no han sido confirmadas por ninguna fuente oficial, es decir, por el Museo del Prado o la casa de subastas que la vendió.

Después del proceso de verificación de la pintura y su posterior venta, en el que además hubo una cuidadosa restauración, el Museo del Prado llegó a un acuerdo con el actual propietario para exponerla durante los próximos nueve meses, en una sala dedicada exclusivamente a la pieza, con la esperanza, explicó el director del recinto madrileño, Miguel Falomir, de que una vez concluido ese tiempo se muestre de forma permanente, previsiblemente en la sección dedicada a las pinturas naturalistas de la época.

En estos momentos, el Ecce Homo se podrá ver al lado de la sala que muestra el otro Caravaggio del museo, David vencedor de Goliat, recientemente restaurado también, que, como subrayó David García Cueto, responsable de pintura italiana y francesa del Prado, pertenece a un momento muy distinto pese al poco tiempo que los separa, entre seis y nueve años.

La experta italiana Cristina Terzaghi, que será comisaria de una gran muestra sobre Caravaggio en el Palazzo Barberini de Roma, en la que espera que se exhiba este lienzo, explicó que el cuadro, una vez restaurado, «nos sorprende, va más allá de nuestras expectativas, y, tanto por el rastreo de sus viajes desde Italia como por la reflectografía y la comparación de sus trazos con otros caravaggios, creo que hay pocas dudas en su atribución«.

El óleo representa el motivo histórico del gobernador romano Poncio Pilato presentando a Cristo al pueblo con la frase: ecce homo (he aquí el hombre), uno de los momentos más dramáticos de la Pasión, recogido en el Evangelio de Juan.

«La obra es un poderoso ejemplo de la maestría de Caravaggio en cuanto al proceso de concepción: una hábil composición que presenta una escena tridimensional y dinámica totalmente innovadora dentro de los límites de una tradición iconográfica arraigada«, explicó Falomir.

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