Nombrar pandemia, atestiguar pandemia: Entrevistas a creadores de Baja California
“Las fronteras están en cada uno de nosotros”
Virginia Hernández
1.- ¿Qué sucedió contigo cuando llegaron los días del encierro?
Salía victoriosa -aunque un tanto devastada- de una neumonía que había iniciado en noviembre de 2017 y que se empeñó en mantenerse a mi lado, alojada en mi pulmón izquierdo todo 2018 y parte de 2019; apenas había logrado sacar la nariz de mi casa haciendo breves visitas a amigos y familiares; aún no tenía la fuerza suficiente para ir al mercado a surtir la despensa, mucho menos viajar –tenía contemplada un viaje a Veracruz para realizar investigación de campo con Las Patronas; tampoco estaba en las mejores condiciones para escribir, ya que en 2018 había ingresado al Sistema Nacional de Creadores de Arte y tenía frente a mí tres proyectos de escritura dramática que debía realizar, uno por año. Para cuando me autoproclamé libre de la empecinada enfermedad, transitábamos por enero de 2020 y pensaba que por lo menos podría cumplir con algunas entrevistas que haría a la población de mujeres migrantes indocumentadas que para ese entonces abarrotaban las fronteras mexicanas, de modo que cuando llegaron los días del encierro, ya tenía práctica y dije como Lorca para mis adentros: “Así que pasen cinco años” …y pasaron.
La mayor parte de mi obra habla sobre la migración, quizá porque yo nunca he olvidado que soy migrante, que nací en Nayarit y vivo en Baja California, o porque siempre estoy pensando en irme a vivir a otro lugar que me haga sentir que estoy en casa y no lo encuentro; lo que sí sé es que hablo de lo que me importa, de lo que veo, de lo que vivo. Y sí, escribo sobre los migrantes, sus batallas y sus formas de sobrevivir y de resistir frente a los poderes que intentan dominarlos, lo mismo que de otros grupos sociales vulnerables, como los niños, los ancianos y las mujeres.
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Las condiciones emergentes de los tiempos pandémicos donde la realidad intervino de forma súbita y alarmante en la vida cotidiana, trastocando los fondos y las formas del arte en general, y en particular el teatro, me llevan a compartir las vicisitudes que sufrió mi proceso creativo durante el confinamiento. Así pues – a manera de un desmontaje dramático y utilizando el recurso de la narrativa- expondré el proyecto: Mujeres al límite (tres visiones sobre la migración ilegal femenina) desarrollado durante mi permanencia en el Sistema Nacional de Creadores de Arte 2018-2021. La exposición se dividirá en tres momentos de tránsito del proceso migratorio: la movilidad, la contención y el cruce, que corresponden a los tres ejes temáticos de las obras: las rutas, los muros y los puentes.
MUJERES AL LÍMITE
(tres visiones sobre la migración femenina)
Desmontaje Dramático
2018- 2019. LA MOVILIDAD (LAS RUTAS) RIELES.
Durante el primer año me propuse observar los desplazamientos de los migrantes, las rutas que utilizan desde su lugar de origen hasta los límites fronterizos; y sobre todo visibilizar y dar voz a las mujeres, como actoras sociales protagonistas de este fenómeno. A partir del recurso de la “dramaturgia virtual” (acuñada por Enrique Mijares) que alude a la relatividad del espacio-tiempo, quise coincidir dos fenómenos que se desarrollan en el mismo espacio, pero en diferente tiempo: la revolución mexicana y la migración, enfatizando la participación de Las Rieleras, mujeres de la revolución y las llamadas Patronas, que auxilian a los migrantes en su largo viaje hacia la frontera norte. La ruta que utilizan ambos grupos es la ferroviaria. Interesante señalar que mientras las fuerzas revolucionarias villistas viajan de norte a sur, el tren “La bestia”-con su carga de migrantes- viaja en dirección contraria.
Esta coincidencia espacio-temporal se da en función de las condiciones de violencia y vulnerabilidad que permea ambos fenómenos histórico-sociales. Sin embargo, para octubre de 2018 el contexto del fenómeno migratorio que va de Latinoamérica hacia Estados Unidos, ya no era el mismo, había cambiado el modo de migrar de los indocumentados, exacerbado por las condiciones de pobreza extrema, inseguridad, criminalidad, desapariciones forzadas, corrupción y una fila interminable de anomias sociales que aquejan al mundo entero. Esta fue la primera condición emergente que vino a modificar mi propuesta. La paradoja es que no hace ningún asombro que yo modifique la realidad; es mi trabajo, soy dramaturga…pero que la realidad venga a modificar mi ficción, a intervenir en la historia de los personajes, no lo vi venir, ni ellos, creo yo.
Primera Intervención: Estábamos saliendo con vida del 2018 y hete allí que llegan las caravanas. Sí, así como lo oyes; que se nos viene como maremoto la primera ola migratoria poquito antes del día de muertos. Desfilaron en contingente por el puente internacional del río Suchiate para pedir asilo político y humanitario a México. Lo curioso fue que a ellos se les unieron los mexicanos y juntos agarraron camino para la frontera norte. Ya no eran hombres jóvenes como nos tenían acostumbrados a ver marchar cuando el “Programa Bracero” que los ocupaba por temporadas para la siembra y cosecha y también como limpiadores de las vías del ferrocarril -al fin que brazo es brazo. – En esta ocasión que les comento no fueron sólo los hombres a pedir auxilio, a exigir justicia, a ejercer sus derechos por el simple hecho de ser humanos. Las caravanas iban repletas de familias enteras: mujeres, niños, ancianos. Acá a la frontera el primer contingente nos llegó despuesito de las festividades panteoneras, y aquí seguimos, preparándonos de nuevo para los festejos de los difuntos; recibiendo oleada tras oleada… hasta ahorita de lo que va del 18 al 21, ya perdí la cuenta de cuantas olas trae ese mar.
Condición emergente: los modos de migrar (las caravanas)
Ya no era el grupo que camina presuroso tras del coyote que los guía, o dos o tres los que se acompañan en la diáspora, ni el indocumentado que viaja en solitario y duerme en intervalos con el temor vencido por el sueño. Las caravanas le prodigaron al migrante mayor visibilidad, acompañamiento y seguridad. Recordé las caravanas de mujeres que se manifiestan pidiendo justicia para sus hijas, víctimas de feminicidio y las de las madres que buscan por todo el territorio nacional a sus hijos migrantes o víctimas de desaparición forzada; fue entonces cuando el contingente de las mujeres migrantes formó en mi imaginario otra ruta: “La caravana de las monarca” Mujeres abuelas, madres, hijas, hermanas, esposas, que decidieron no abordar el tren “La bestia”, sino que buscaron formas más seguras de viajar siguiendo las rutas de las mariposas monarca, avanzando a pie, paso a paso y descansando en sus santuarios, adoptando los hábitos migratorios transgeneracionales de estos insectos. De allí, se deriva un personaje más, solitario, enigmático, mágico: La Extranjera. Mujer en autoexilio que busca entre fosas comunes, panteones clandestinos, o despeñaderos a su hermano, víctima de desaparición forzada. Ella representa una ruta alterna que, en su acción de buscar bajo las piedras, desvela redes de criminalidad que subyace al contexto migratorio.
Nuevas formas de violencia (Aporofobia y Crimigración)
La ruta de La Extranjera vino a dimensionar la migración y me mostró el fenómeno mundial; las caravanas de migrantes en Europa, las condiciones análogas con nuestra realidad, los muros de agua, de odio, de miedo que se levantan frente a ellos. La respuesta de los Estados frente a la acción del indocumentado trajo consigo una palabra concebida en el viejo continente que refleja la forma de percibir al migrante: la aporofobia: el miedo no al migrante, sino al migrante pobre.
CITO: Rieles, 2019:
EXTRANJERA: Aquí, en medio del Mediterráneo, justo al frente de la casa de Pedro. Aquí llegaron. Aquí permanecieron días sin poder desembarcar, anhelando ser reconocidos, esperando el asilo, deseando que aquél apóstol abriera sus puertas, pero como siempre ocurre, Pedro los negó.
CORO DE HOMBRES.
– ¡Eh, Pedro!, ¡tú también venías con nosotros!
– No era yo.
– Tú nos seguías, conmigo hablabas.
– Eso no es cierto.
– ¡Tú también eres uno de ellos!
– No lo soy.
EXTRANJERA: ¡Eh, Pedro! Que otra vez ha cantado el gallo.
Otro concepto que viene a violentar de una manera profunda la condición social de los migrantes está constituido por la fusión de dos leyes diferenciadas: la inmigración y la penal en una misma palabra: crimigración. En su nuevo estatus el crimigrante es un no-ciudadano asociado a conceptos como: terrorista y delincuente.
Estructura modificada:
Se concretan tres formas de migrar: la ferroviaria (patronas, migrantes y rieleras) la de a pie o caminata (caravana de las mujeres monarca) y la mítica, mágica (extranjera)
Los hallazgos:
Desde la composición dramática, la obra posee una estructura palimpséstica en tanto representa expresiones multidimensionales de interacción entre personajes de diferente tiempo en un mismo espacio. Proporciona otras líneas de investigación escénica y dramática del fenómeno migratorio. Fue escrita durante el periodo de octubre 2018 a octubre 2019 y continúo trabajando en ella.
2019-2020 LA CONTENCIÓN (LOS MUROS) ENTRE-MUROS.
Durante el segundo año me propuse explorar las formas de apropiación del espacio público y las nuevas territorialidades que construyen los migrantes, a partir de la observación de las mujeres repatriadas que permanecen detenidas al margen de la línea internacional, atrapadas entre estos lugares inhóspitos y el estigma social.
Condición emergente: la pandemia y el confinamiento.
Pensé realizar una serie de entrevistas en “El bordo” como se le denomina a la canalización del río Tijuana, lugar donde se asientan los deportados que buscan regresar a Estados Unidos, que pueden ser centroamericanos o mexicanos; que ya no guardan vínculos en su lugar de origen. Sin embargo, el flujo continuo de las caravanas que al 2020 saturaban los albergues improvisados, las operaciones de control fronterizo, las políticas migratorias de expulsión, las alertas mundiales de la pandemia y el confinamiento, agudizaron el panorama del fenómeno migratorio.
Segunda intervención: Y como si las caravanas no fueran suficiente, que nos cae el Coronavirus, el Covis19 y hasta la Pandemia… y el Confinamiento, ¡pa´cabarla de chingar! Yo creo que ya se sabía de todo esto que iba a pasar; si no, cómo fue que poco a poquito, desde un año antes si mal no recuerdo, comenzaron con el desalojo del “bordo”; ¡Ah, sí!, los deportados ya tenían mucho tiempo viviendo allí, en el canal; ya era su barrio, su pedazo de suelo, su cielo, su territorio y su parque de diversión… y ten cuidado que quisieras entrar porque se vuelve peligroso. Luego, los deportados vieron arrasadas sus chozas de cartón y taponados sus bunkers. Limpiecito amaneció el Río, igualito que amaneció la Plaza de Tlatelolco hace poco más de medio siglo ¿Y dónde están ahora? Sepa la bola, se perdieron en las calles buscando otros espacios para sobrevivir. Allí viven, allí se ocultan y es difícil dar con ellos.
Estructura modificada:
La situación emergente me lleva a recapitular en la fábula, siendo “El bordo” en el cauce del río Tijuana el lugar de acción de los personajes en la propuesta original, en esta última modificada se despliegan cinco zonas donde se observan diferentes grupos en busca de alternativas para cruzar la frontera, pero también representan formas de resistencia, de ser y estar y de apropiación del espacio público de las ciudades fronterizas.
El Muro:
Representa la contención. Se convierte en el escenario para la historia de las mujeres migrantes y la danzante (la caravana del monarca y la extranjera de Rieles, respectivamente) acompañada de las mariposas monarca.
La Ermita:
El cierre de las iglesias y los lugares de oración me dio la pauta para canalizar la búsqueda de sentido y de fe de los deportados y los migrantes recién llegados; así surge La Ermita, un espacio ecléctico donde a partir de la situación y necesidad de cada migrante, se vaticina, a través de los axiomas trascedentes del tarot y como en el oráculo de Delfos, se lee en el discurso del migrante la suerte o el destino que correrá en su búsqueda del sueño americano. La Ermita es manejada por La Exégeta (mujer que revela el destino) y Mariantonieta (su hija, que asiste a los indocumentados en la purificación de sus cuerpos y la entrega de las ofrendas a La Santa Ilegala)
CITO: Entre-Muros, 2020:
(Frente a la imagen de la Santa Ilegala, los migrantes dan testimonio. La Migrante 1 lee en voz alta la oración a “La Santa Ilegala” a su alrededor revolotean algunas mariposas monarca que, al parecer, la acompañan)
MIGRANTE 1: A ti te pido, Santa Ilegala de los caminos prohibidos, que me auxilies en este trance en que me veo, al igual que tú, obligada por la necesidad de alcanzar la tierra prometida para mis hijos, padres y hermanos. Aquí te ofrezco mi testimonio: Cientos de mujeres llegaron a la plaza de mi pueblo, allá en Centroamérica. Se empezó a formar un contingente que provenía de todos lados, de todos los puntos cardinales. Era hermoso y daba miedo al mismo tiempo. Nos invitaron a formar parte de la caravana. Allí fue donde yo me enrolé y desde entonces venimos juntas, porque juntas somos la fuerza. Nos ayudamos unas a otras con nuestros asuntos de mujeres, con nuestros hijos. En la caravana ya han parido muchas y aquí vienen con su cría; ellas ya están como quien dice, del otro lado; ya pueden pisar tierra extranjera, su paso es legítimo y nadie puede quitarles su derecho: ya echaron retoño, y pronto, más rápido de lo que te imaginas, los hijos de sus hijos echarán en estas mismas tierras su simiente. Decimos como de broma, pero es en serio, que en nuestros hijos traemos nuestros relevos, así, como las mariposas que nos vienen acompañando desde el principio. Por ahí cuentan que son mágicas; vuelan fuera de su ruta, y dicen -yo nunca lo he visto-, que cuando se juntan, a veces forman la imagen de una mujer danzante y si alguien llega, rápidamente la imagen se esfuma; no permite que la toquen; luego vuela y desaparece para aparecer en otro lugar.
EXÉGETA: Cien: cientos de mujeres, uno: contingente, cuatro: puntos cardinales, dos: mujer con su cría, uno: mujer danzante, igual a 108. Me ha sido revelado el número nueve. Antes que te dé el mensaje, prenderás 9 velas a la Santa, del color de las mariposas que te vienen acompañando. Puedes comprarlas aquí mismo.
La Línea:
Es la fila de indocumentados y representa un compás de espera de migrantes, deportados, mexicanos, centroamericanos, caribeños, etc., que buscan llegar a la Ermita para conseguir el milagro de la Santa. Es también un lugar de comercio informal, conversatorio, memorial y añoranza del terruño.
El Cruce:
La contingencia del semáforo sanitario, me permite utilizar la herramienta del teatro callejero y adaptarla al crucero, donde se recrean las situaciones más relevantes de la fábula como crítica social y política; análogamente, los semáforos de los cruceros se utilizaron como un timing del nivel de contagios de la pandemia en la ciudad.
El Bordo:
Es el lugar de refugio de los deportados de donde surge La Madre (una mujer de edad avanzada que fue expulsada hace años de Estados Unidos. Es adicta y recurre a la prostitución para sobrevivir.) La casualidad quiso reunir en La Ermita a La Madre con su primogénita (La Exégeta) y su nieta (Mariantonieta). Sin embargo, el daño causado por la ausencia y el abandono, no permite restaurar los lazos consanguíneos, pero sí pone fin al luto de la pérdida.
CITO: Entre-Muros, 2020:
DEPORTADO 3: Un deportado vale nada aquí. En el canal acabé después de que los policías americanos me sacaron de mi casa y me aventaron a México. Allá se quedaron mi mujer, mis dos hijas y mis dos nietos. Aquí vivíamos en un bunker que hicimos, debajo de la tierra. Éramos 12 personas, pero la policía mexicana lo destruyó todo. Las policías de aquí y allá se quieren deshacer de nosotros.
Las formas de violencia:
El cierre de la frontera y la puesta en vigor de la operación Título 42, como medida sanitaria y pretexto para expulsar o detener a personas que pudieran contagiar el Covid-19
Hallazgos:
En “Entre-Muros” la intervención de la realidad me permite utilizar el efecto mariposa. Todo está conectado. Esto admite la concurrencia de creencias milenarias que suponen la sincronía del universo y permite la yuxtaposición entre lo sacro y lo profano. Surgen estrategias y resistencias frente a los aparatos de represión y contención; por ejemplo: los sketches del teatro callejero en El Cruce (los cruceros) vs El semáforo sanitario.
2020-2021 EL CRUCE (LOS PUENTES) (La ruta del agua)
En el año tres, me propuse explorar las formas de construcción de redes de comunicación entre las madres y sus hijos perdidos en el proceso del cruce. Sin embargo, la realidad, avasalló mi propuesta. La separación de las familias en diferentes albergues de la frontera mexicana, la detención y “enjaulamiento” de los menores al momento del cruce, el enjuiciamiento y la deportación de que fueron objeto, aunado a la incertidumbre por el cambio continuo de los fenómenos migratorio y fronterizo, me hizo dar un giro a la forma de resolución de mi proyecto. Un reportaje sobre un naufragio de migrantes en las costas del Pacífico, abrió pauta para abordar mi proyecto: se trataba de una mujer migrante, que fue víctima de un naufragio en las costas de Estados Unidos, unas horas después de comunicar a sus hijos su inminente regreso. Las preguntas que surgen sobre este suceso son las que me llevan a crear “La ruta del agua”.
Tercera Intervención: Hacía años que la ruta de la costa del Pacífico estaba fuera de uso; por eso, las patrullas que vigilan los mares tardaron tiempo en darse cuenta de que las heladas aguas de estas latitudes volvieron a formar estelas para el tráfico de ilegales. Ya lo dijo el viejo Ulises: “quien conoce el Pacífico lo sabe muy bien: el clima es impredecible y cambia de un momento a otro; por eso al migrante, lo mismo que al Santana, le gusta esta zona, porque es dueño absoluto y señor del desierto y viene a morir en nuestras costas.”
Condición emergente: Cierre de Frontera.
Dadas las condiciones emergentes y el reforzamiento en la vigilancia de los lugares comunes para cruzar, las respuestas de los migrantes también cambiaron. Hacía años que la ruta de la Costa del Pacífico estaba fuera de uso; por ello, las autoridades migratorias tardaron tiempo en darse cuenta de que las heladas aguas de estas latitudes volvieron a formar estelas para el tráfico de ilegales.
Hallazgos:
Allí convergen más que lugares o situaciones, personajes míticos como Ulises y Caronte cuyo elemento es el agua; una madre que trata de comunicarse con sus hijos y un hijo que trata de encontrar a su madre. Las redes de comunicación y los vínculos de amistad y familiares se extienden en esta propuesta más allá del parentesco y de la muerte. Se tienden también otros puentes de comunicación y se construyen nuevos lazos, nuevas formas de pertenecer. El agua como conductor y motor de la acción es una nueva ruta donde descubro la fortaleza de las mujeres, su empoderamiento y su toma de decisiones; también descubro que produce escenarios múltiples que abren espacios para la creación.
CITO: La Ruta del Agua, 2021:
EL VIEJO ULISES: (…) La embarcación zozobró; llegó al punto rocoso donde rompen las olas y se hizo pedazos. (…) unos, marines retirados, obedeciendo a su deber, se arrojaron al mar y valientemente auxiliaron a los infortunados. Siete almas le arrebataron al insaciable tártaro. Del “Nostos” no quedó tabla sobre tabla. Sí, me encargué del traslado hasta el “Nostos.” Era de noche y hacía mucho frío. Recuerdo que hice cuatro viajes. Ella subió en el último, junto con su amiga, una muy platicadora, pero ella era muy reservada, con recelo de todo. Más bien con miedo y hacía bien en temer. Las cosas del agua no deben tomarse a la ligera. Debió haber sido su primer encuentro con este cuerpo líquido. Lloraba mucho, creo que por una maleta que se le había quedado acá arriba, en la carretera. De la maleta no supe qué pasó, hay mucho vándalo por aquí, pero sí le dije que llorar era bueno. Mire, hacer del miedo una resistencia, forja guerreros. No siempre se gana, es cierto, pero esa mujer luchó por su vida y la del muchacho; y lo logró; se lo arrebató al mar que ya lo había hecho su presa y eso no lo hace cualquiera; así que, si me pregunta, ella tuvo más fuerza de voluntad donde muchos de nosotros sucumbimos. Lo dicho: nunca olvidó quien era ni cuál era su misión. Así como la mía esa noche de la que le hablo, porque en los cuatro viajes que hicimos hacia el “Nostos”, “La Quilla” ocupó todos sus puestos y navegó por su pequeña ruta hacia la embarcación madre. Esa noche no navegó por aguas extranjeras. No llevó a buen puerto su carga de ilegales. No fue convocada. Esa noche sólo prestó auxilio. Realizó el último viaje y terminó su encomienda. Luego, llegamos a la orilla y “La Quilla” reposó tranquila sobre la arena.
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CONCLUSIONES
- La situación fronteriza y el fenómeno migratorio son arenas movedizas.
- La pandemia, el confinamiento, el desalojo, la expulsión, la deportación, la militarización de la frontera, la construcción del muro, obstaculizan el proyecto planteado, pero, me dan herramientas para construir otro imaginario, convirtiéndose en un verdadero ejercicio de creación.
- Estas obras pueden resultar líneas de investigación de los fenómenos migratorio y fronterizo de estos tiempos pandémicos.
2.- ¿Pudiste crear en esos días?
No. Tuve que crear durante todo el periodo vacacional de la contingencia; sin embargo el cambio en el modelo de migrar a través de caravanas, el cierre de las fronteras, el asentamiento de los migrantes indocumentados en los municipios de la baja california, así como su criminalización y las deportaciones masivas, todos fueron aspectos que, si bien ofrecían nuevos materiales para mi trabajo, modificaron la percepción del fenómeno migratorio haciendo que los tiempos de asimilación y subjetivación se volvieran lentos y caóticos.
3.- ¿Qué es lo que pudiste observar en los demás y en ti misma?
En mi familia, como en la mayoría, tuvimos muertes de seres queridos a los cuales no pudimos acompañar; enfermos de Covid-19 y efectos secundarios por las vacunas, pero también tuvimos grandes alegrías con el nacimiento de los nietos y sobrinos; los que ahora tienen entre 3 y 4 años sufrieron algunos retrasos en su desarrollo, supongo que por el aislamiento y la soledad. Los niños Covid, Los niños de la Pandemia es un tema pendiente en mi agenda; lo mismo que los Adultos mayores, muchos de ellos murieron sufriendo el doble confinamiento: el obligado por la pandemia y el que les imponemos por costumbre, indiferencia, discriminación o flojera de escuchar sus historias que se repiten cada vez que te acercas.
4.- ¿Qué aspectos pudiste resignificar de tu vida y la de los otros?
La pandemia me hizo pensar y observar la estupidez humana en la toma de decisiones de la gente que hemos llevado a ocupar los puestos públicos, que nos lideran como pueblo y que abusan de su autoridad y en la mía propia, mirándome en el espejo social, por no hablar, por no cuestionar y aceptar las condiciones absurdas a las que estuvimos expuestos. Pude observar la angustia y desesperación de los músicos locales obligados a pedir limosna llevando su canto y su música a los cruceros; los artistas haciendo malabares, arriesgando su vida por unas cuantas monedas, los migrantes deambulando por las calles, ya muy lejos de la línea divisoria, buscando un lugar para dormir, para comer, un trabajo para sobrevivir… y observé y leí acerca de mucha gente a la que nada de esto le hizo mella y salió de vacaciones como si fuera otro mundo y no éste, enfermo de esperanza.
5.- ¿Qué significa pensar, crear y presentar una obra, para qué?
Lo que me hizo reír, me divirtió y me devolvió la confianza y la pasión por la creación teatral fue la puesta en escena y representación de “Amores Confinados” estrenada durante el 2022… una propuesta de micro teatro / teatro de cámara, que surge durante el 2020, cuya extensión se limita a tres cuartillas. Este juguete teatral obedece a la convocatoria que lanzara la Revista Cuadernos Fronterizos de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en su Dossier Especial “Fronteras de los Confinamientos. La Pandemia COVID-19: ¡Así lo vivimos! ¡Así lo sentimos!” La propuesta recabó el sentir de artistas de las diversas disciplinas, así como testimonios y ensayos académicos que dejaron constancia de estos tiempos de confinamiento.
La pandemia por Covid-19 hace surgir otras formas de producción y difusión del teatro que atenúan de alguna manera las necesidades económicas del gremio teatral severamente castigado por el cierre de los espacios de trabajo. Una serie de nuevos términos abarrotan el internet como Teatro Confinado, Virtual o Streaming.
No obstante, para Fernando Rodríguez Rojero, responsable de la puesta en escena, aun cuando estas formas emergentes permiten conexiones inmediatas en cualquier parte del planeta para acceder al fenómeno teatral, su virtualidad genera una quinta pared que además de limitar y sujetar la mirada del espectador -en virtud del filtro de la pantalla-, suprime el aquí y ahora de la mímesis teatral.
“Amores confinados” plantea la convivencia cotidiana de una pareja en reclusión por la pandemia COVID-19 donde los personajes descubren con asombro que han olvidado comunicarse a través del discurso verbal. Al paso de los días el distanciamiento entre ellos se acentúa: se aman, pero se ven como extraños, no se conocen, cohabitan en espacios que no llegan a compartir. El encierro prolongado genera estrés y se manifiestan las violencias.
La catarsis fársica producida por la risa suele cobrar mayor impacto liberador que la catarsis trágica producida por el temor y la compasión. “Amores confinados” logró tocar a sus espectadores al enfrentarlos a su cotidianidad y volverla más ligera.
Cuando la escribo, trato de contestar la pregunta: ¿cuáles son las fronteras del teatro en el confinamiento? y lo que descubro es que allí no existen fronteras; las fronteras están delimitando los espacios que habitamos desde las paredes, desde las puertas, desde la ubicación de los muebles, desde las ventanas, desde las bardas, desde el piso y desde el techo; fronteras que se diluyen en el confinamiento cuando el comedor se transforma en oficina y la recámara en sala de tv.
Descubro también que las fronteras están en cada uno de nosotros; y que cada uno de nosotros somos el otro; descubro que la frontera más inaccesible, inflexible, eres tú mismo, yo, él, nosotros, ellos, elles, ell@s… Descubro que la comunicación verbal se atrofia y que pasamos mayor cantidad de tiempo “viviendo” en la realidad virtual. Descubro la necesidad del abrazo y su poder de sanación. Descubro al otro en su intimidad y en su vulnerabilidad y me descubro a mí misma.