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Cultura

Muerte de Rey Destroyer revela precariedad de la lucha libre

Por: Erendira Palma Hernández / La Jornada

Quien sube al ring como luchador, nunca sabe si bajará. Rey Destroyer fue uno de los que se quedó sobre el cuadrilátero atrapado por la muerte; su caso va del dolor y la tragedia a revelar las adversidades que enfrentan los protagonistas del llamado arte del pancracio con la falta de seguro médico, salario fijo y la exigencia de exponer su vida para dar un espectáculo.

«Ahora piden más acrobacias en la lucha. Solo el peleador sabe a lo que se expone; muchas veces subí al ring ya sin pensar en lo que pudiera pasar», dice El Fantasma, presidente de la Comisión de Lucha de la Ciudad de México. «Aquí tampoco hay sueldo fijo ni seguro, por eso a todos les digo que ahorren o pongan un negocio; si no pelean, no van a comer«, agregó.

Más acrobacias, más extrema

«La lucha libre ha evolucionado, antes era de muchas llaves a ras de lona, ahora con los jóvenes es de mayor espectáculo, se ocupan más las cuerdas, hay más vuelos, cosas más arriesgadas, es más extrema«, señaló Death Magic, un talento en ciernes que sufrió una seria lesión el año pasado.

Como una estrella emergente con apenas 22 años de edad, Rey Destroyer ganó popularidad en Monterrey junto con BlackSpider Jr por las acrobacias que hacían en el ring, las cuales son cada vez más solicitadas por los promotores para animar el espectáculo, aun cuando significan un mayor riesgo para los luchadores.

Uno de los movimientos que comenzaba a ser marca de Rey Destroyer era subir a la última cuerda del cuadrilátero para después saltar con una pirueta como remolino y caer sobre su adversario. Un salto retador para confirmar su destreza y audacia.

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En su primera pelea con la promotora Riot, Rey Destroyer se presentó el 1 de marzo en la Arena Jaguar, en la capital regiomontana, en la función Viernes Pal Relax, donde estuvo acompañado de BlackSpider Jr. Después de una caída, el joven talento se reincorporó, aunque de inmediato se desvaneció; fue cuando intervino el cuerpo médico y en medio de una ovación lo sacaron en una camilla.

Tenía todas las ganas de comerse al mundo a puños

Pasó 10 días hospitalizado hasta que falleció el martes pasado. «Los médicos decían que estaba mal, solo tenía 10 por ciento de posibilidades, pero por su juventud teníamos esperanza de verlo recuperarse», manifestó Silver Star, una de las estrellas de la lucha de Monterrey y quien se solidarizó al organizar dinámicas y una pelea con la intención de recaudar fondos.

«Tenía una barbería, era un joven con todas las ganas de comerse el mundo a puños, realmente es triste su fallecimiento. Era respetuoso y disciplinado, sonaba fuerte por los movimientos aéreos que hacía. Volaba para ser una estrella de la lucha», lamentó Silver Star.

La promotora Riot publicó en redes sociales un comunicado en el que aseguraba estar en contacto con los familiares del luchador. No obstante, gladiadores como LA Park y Latin Lover realizaron varias actividades para obtener donaciones en favor de la familia del regiomontano, al indicar que había problemas para el pago de la atención médica.

Patrimonio cultural intangible, y carrera de riesgo sin respaldo

El folclor en las máscaras, el ambiente jocoso que se genera en las arenas, así como lo vistosos que suelen ser los espectáculos llevaron al gobierno capitalino a declarar en 2018 a la lucha libre como patrimonio cultural intangible de la Ciudad de México.

Este espectáculo se ha convertido en sello de la cultura mexicana, tan atractivo para locales como extranjeros. Pero detrás de ese mundo de coloridas máscaras y saltos asombrosos, los peleadores enfrentan situaciones precarias.

«Nosotros no tenemos seguro social, una pensión ni un retiro. Si me sucede algo en la arena, el promotor debe hacerse responsable, tendría que pagar la rehabilitación, aunque no me vaya a indemnizar«, resume El Fantasma, voz autorizada con más de 40 años de profesional.

Ahora, al frente de la Comisión de Lucha de la Ciudad de México, reconoce que muchos de los accidentes arriba del ring se deben a la falta de preparación por parte de los peleadores, así como por la ausencia de exámenes médicos.

Por mínimo que sea un mal movimiento…

«En mis tiempos, mínimo para ser profesional pasábamos entrenando todos los días más de tres años. Ahora los jóvenes tardan seis, ocho meses y ya quieren subir al ring. Siempre les he dicho a todos, prepárense física y mentalmente. Un movimiento mal hecho, por mínimo que sea, puede terminar en un accidente muy grave», apuntó.
«En la Comisión de Lucha pedimos que tengan sus exámenes médicos, sobre todo el electrocardiograma. A veces se molestan, pero es por su bien», añadió.

Rey Destroyer no ha sido el único en morir por la lucha. En los casos más recientes se recuerda el fallecimiento de El Hijo del Perro Aguayo en Tijuana en 2015, tras un impacto con el cuello sobre las cuerdas, así como el infarto que sufrió Silver King durante una pelea en 2019, en Londres. El deceso de La Parka en 2020 por una lesión cervical tras una acrobacia, también es otra de las escenas más estremecedoras.

Asumir gastos tras lesiones

Death Magic, proveniente de Ciudad Nezahualcóyotl, es uno de los luchadores que ha ganado reflectores en la zona metropolitana. Sin embargo, se enfrentó hace un año con la desazón de una lesión que lo llevó a reflexionar sobre la realidad de este deporte.

En un entrenamiento cayó mal y sufrió una fractura de clavícula. Buscó atención médica en distintas clínicas, pero no recibió la ayuda adecuada por falta de material y camillas. Así, recurrió a un hospital particular, donde lo operaron. La cuenta de gastos fue superior a los 60 mil pesos, más terapias y medicamentos.

«A veces ni nos pagan lo que prometen, mucho menos nos dan un seguro. Si nos llegamos a torcer o tenemos una mala caída, suele haber un compañero que sabe sobar, el llamado huesero, y ahí más o menos nos acomodan. En el momento, dentro de la arena, te pueden dar una atención, ya saliendo tú eres responsable de lo que te pase».

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–¿Cómo ves la iniciativa de ley para establecer un salario base y seguro social en el deporte profesional?

«El seguro sería un buen respaldo, si necesitamos puntadas en la cabeza o una fuerte lesión, eso nos ayudaría. Sería bueno para todos, porque incluso ahora los réferis han sufrido accidentes. Muchas veces las cuerdas o tablas del ring están mal. Además, la ganancia que tenemos varía, a veces nos pagan por taquilla, en otros casos sí tenemos una garantía», detalló.

–¿Por qué seguir en un deporte de tanto riesgo y sin respaldo?

Desde chiquito iba a las arenas y ya me llamaba la atención. La gente va y se desestresa. Cuando entras a esto te das cuenta que no es fácil y ni siquiera crees llegar a debutar. Ya cuando lo logré, un niño se me acercó y me dijo que quería ser como yo; eso te motiva, puedes inspirar y seguir siendo mejor en la vida.

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