En Playa Vicente, la Universidad para el Bienestar rescata el son y la versada
En Playa Vicente, junto a la ribera del Tesechoacán, se valora el son jarocho, se construyen instrumentos de madera, se rescatan la poesía y la versada. La Universidad para el Bienestar Benito Juárez (UBBJ), ubicada en este poblado de la Joya Escondida del Papaloapan, convoca a inscribirse en la licenciatura en música y laudería.
Arturo Barradas Benítez, director académico del plantel ubicado en Veracruz, conversa en entrevista sobre esta institución que inició labores en marzo de 2019. «Playa Vicente es uno de los lugares que conserva mucha de su tradición en la música del fandango. Hubo una etapa de crisis en la que hubo un relevo tradicional, cuando la gente que ahora tendría unos 100 años nos pasó la estafeta a quienes teníamos 20″, cuenta ahora en sus cercanos 60. «La agarramos y nos metimos a tocar, a conservar la música y seguir enseñando.
Nació en Playa Vicente, en 1963. En su opinión, la versada y las jaranas sí interesan a los jóvenes, «pero también la influencia de la banda (tipo El Recodo o MS) es muy fuerte, no precisamente la tradicional. Aun así, la gente sigue aprendiendo».
Por ejemplo, alrededor de 20 niños de dos comunidades rurales empiezan a aprender; tienen entre siete y 15 años. «Estamos en la confluencia entre Veracruz y Oaxaca, tenemos mucha población originaria que es zapoteca, entonces hay también la tradición de la banda de alientos». Conforme aprenden música, se pasan del son jarocho a las otras bandas, incluso la filarmónica.
El sociólogo, egresado de la Universidad Veracruzana, aprendió el son desde los 23 años. Desde hace tres décadas lo difunde con el proyecto cultural Soneros Tesechoacán. Junto con otros entusiastas y amantes del legado que recibieron han hecho trabajo comunitario, se dedican a la enseñanza y han organizado 16 festivales.
La UBBJ en Playa Vicente es parte del grupo de planteles de educación superior creados por decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador con el fin de evitar la exclusión con 100 sedes en los estados de la República, que brindan educación gratuita. Playa Vicente es la única en la que se comparten los saberes del son jarocho y la elaboración de guitarras, jaranas huastecas y vihuelas.
Reactivación del fandango
«En el pueblo hay una tradición de construcción de instrumentos desde hace unos 20 años, la cual se ha ido reforzando con el trabajo comunitario de enseñanza de la instrumentación jarocha que desarrollamos. A partir de que abrió la universidad se camina hacia otro tipo de instrumentos, de entrada, de toda la tradición mexicana».
Los alumnos aprenden a elaborar los instrumentos de cuerdas, junto con un plan académico durante ocho ciclos, de 16 semanas cada uno, que incluyen ejes temáticos sobre son jarocho, música mexicana, así como lectura de partituras. «El son tradicional nos sirve por la sencillez que tiene para su enseñanza; la idea es que aprendan a tocarlo bien en un primer momento y a partir de ahí se combina con solfeo, conocimiento de notas y tiempos«.
El antropólogo Manuel Polgar publicó uno de los videos con el fin de promover la inscripción para la siguiente generación que iniciará clases presenciales en julio.
«Hemos buscado en toda la ribera del Tesechoacán reactivar y revalorar los fandangos como espacios comunitarios y familiares, el son jarocho como forma de vida que nos haga volver a mirar hacia nuestro entorno», dice sobre el sueño cumplido de esta universidad que brinda educación integral.
La UBBJ en Playa Vicente recibirá a los recién admitidos alumnos que inician con un curso de recuperación, ya que pueden ser de cualquier edad y, aunque no tengan conocimiento formal de la música, «uno de los problemas de las licenciaturas en música es que piden que ya sepas. Aquí no, los tomamos desde cero«. Actualmente, tienen estudiantes de Puebla, Oaxaca, Tabasco y, «obviamente, de aquí», con edades de 18 a 60 años.
«Se terminó la primera etapa de la construcción de la universidad; estábamos trabajando en la Casa de Cultura y eso nos limitaba». Ahora cuentan con tres aulas, un taller, un auditorio, comedor y áreas administrativas.
Todos los profesores son ejecutantes del son y de Veracruz, con excepción de un oaxaqueño. Dos son egresados de la Escuela Normal de Tlacotalpan, uno llegó al son desde los seis años, otro a los 13. Hay un intérprete de guitarra clásica, que “se enamoró del son y se cambió pa’cá”.
La convocatoria cierra el 30 de junio y el registro se hace en línea en la página https://ubbj.gob.mx.