«El individuo» Federico Campbell a 9 años de su muerte
Tijuana, 16 de febrero.- Antes de morir, Federico Campbell tuvo la oportunidad de reencontrarse con su primer amor en Italia, y a nueve años de su partida, esta historia es para Carmen Gaitán Rojo, su viuda, una de las anécdotas que más se acercan a la escénica del escritor, por lo que la compartió este miércoles en el Centro Cultural Tijuana (CECUT).
El CECUT, una de las instituciones culturales más importantes del país y actual casa de la biblioteca personal de Campbell Quiroz, fue la sede donde tres de sus «alumnos» hablaron por más de una hora de quien fuera reportero cultural para Proceso y columnista de La Jornada por cuatro años: entre 1989 y 1983.
El alumnado que platicó para celebrar su vida y obra fueron Carmen Gaitán, su esposa, el periodista Jaime Chaidez y el autor Vicente Alfonso, reunidos en la sala del CECUT nombrada en honor a su maestro.
Gaitán Rojo, ex directora del Museo Nacional de San Carlos, narró una visita particular que tuvo el escritor mientras se encontraba en el hospital en el 2014, recordando que «Javier Valdez llegó y me pidió entrar a verlo, él pasó a su cuarto en el hospital, le besó la mano y dijo ‘yo solo venía a eso’, se fue al aeropuerto y se regresó a Culiacán, esa era la devoción que muy a su pesar, producía Federico».
En su charla se narran diversas caras de Federico Campbell, el esposo, el padre, el maestro, el escritor y el hombre que abrió su propia editorial, «La máquina de escribir», y les dio su primera oportunidad en las letras a figuras como Barbara Jacobs, Antonio del Toro, Coral Bracho y Juan Villoro, entre otros.
De Villoro, Gaitán Rojo recuerda el día en que le fue otorgada la membresía en El Colegio Nacional. La ceremonia de su discurso de ingreso se realizó el 25 de febrero de 2014, a escasos 10 días del fallecimiento de Campbell.
«Lo vi presentar su discurso y me esperé hasta el final para saludarlo, cuando me vio, abrió su saco para mostrar uno de los primeros textos que le público Federico y me dijo ‘en mi entrada al Colegio Nacional traje bien cerca a Federico’, nos abrazamos y lloramos juntos», narró la gestora cultural.
Por su parte, Vicente Alfonso recordó una de las últimas acciones en vida del periodista cultural tijuanense, pues «el último correo que mandó fue una foto de él junto a un perro en el Valle de Bravo, el título del correo era ‘Perro e Individuo’. En realidad el personaje principal de la imagen era el perro y Federico solo se había colado en ella».
Sarina Campbell, casi al finalizar el homenaje, contestó la pregunta de uno de los asistentes, quien cuestionó si el maestro podría haber predecido en que se transformaría la ciudad a la que le dedico tantas líneas durante su vida y la cual visitó una semana antes de fallecer tras contagiarse de Influenza AH1N1.
«Ni siquiera él se podría haber imaginado en lo que se ha convertido esta ciudad. Aunque él nunca se separó de ella, la ciudad ha cambiado muchísimo», aseguró la mujer de la tercera edad, quien admitió no poder hablar de Federico Campbell con la misma reverencia que sus alumnos, pues ella siempre lo recuerda como su hermano menor.
Antes de fallecer, Federico Campbell, periodista, ensayista, cuentista y traductor, se reencontró con su primer amor, una mujer italiana, pero no le contó la historia a nadie, es una de las pocas historias que se llevó a la tumba, una de las pocas que no pueden ser halladas en su obra.