Dj Birth Defects presenta su disco «Tres amores»
Ciudad de México, 13 de agosto.- Julio Gabriel Salgado Iraola es Dj Birth Defects, especializado en música tropical y sampleos, su primer disco, Tres amores, abarca su vida en la Ciudad de México, El Paso y Ciudad Juárez.
“Lo que aprendí allá, es que si tú no lo haces nadie lo va a hacer para ti. Cuando vine para acá decidí darle todo a la música: si allá le daba todo y no pasaba mucho, acá a huevo, le voy a dar aún más”. Allá es El Paso y acá es Ciudad de México y quien habla es Julio, alias Dj Birth Defects, que encontró en la comunidad chilanga un espacio donde desarrollar su gusto por la música tropical. Lo que aprendió allá refiere a cómo tomó de la escena punk la autogestión para cierta forma de encarar su propio trabajo, lo cual lo llevó a agotar una tirada de un Ep distribuido por él mismo.
Al llegar al Peñón de los Baños entiendo porqué Julio hace este periplo dentro de la ciudad: en Metrobús desde Nápoles hasta Centro Médico, de allí a Pantitlán, luego dos estaciones más para llegar a Terminal Aérea y recorrer un par de cuadras hasta dar con las tardeadas organizadas por la familia Bolillos y Sonido Continental junto a Discos Morelos. En un garage familiar, usualmente ocupado por una docena de gabinetes para bocinas enormes, todos los viernes se vive una lección de primera mano de sonideros expertos, que llevan hasta las tranquilas reuniones sus mejores joyas en vinilo. Las tardeadas comenzaron en pandemia y conectan a un grupo de fanáticos del estilo de diferentes países: ser invitado a tocar allí es considerado un honor y un reconocimiento.
Musical tropical
“Lo tropical lo conocí con mis vecinos que estaban en un grupo de ska-punk, llamado Fuga. Un chavo de ese grupo me regaló un disco de Los Corraleros de Majagual, Alegre Majagual, que me ayudó a cambiar mi percepción de lo que era la música tropical. En verdad no tenía muchos discos, sí se encuentran, pero hay muchos buscadores. Fui de los primeros de mi generación en tocar esa música, todos estaban en el ska, el punk, los corridos o el pop, hip-hop o house, pero no se salía de ahí. Allá como no había dónde tocar, era más fiestas de casa, así empecé a conocer muchos artistas y músicos; como es una ciudad de menos de un millón de personas, la gente de la subcultura o lo que sea, nos conocíamos de una u otra manera”.
–¿Esa parte del “hazlo tu mismo” te influenció para fabricar y mover tus discos?
–“Sí, es que ha sido nuestra mentalidad en El Paso: Si no existe, lo tienes que hacer”. Está chido, pero después de 10 o 20 años sigues donde estabas y no te superas. Me asociaba más con los músicos que con los diyéis, por que eran de otro estilo, entonces no tuve con quien aprender. Mis amigos de Fuga me enseñaron más del son jarocho de Veracruz”.
Buscando lo mexicano en El Paso
–Tuviste que hacer una búsqueda profunda para encontrar música de México en una ciudad como El Paso con una gran cantidad de población mexicana.
–“Es 90 por ciento, pero ahí tienes una variación de mexicanos: no sólo el mexicano-estadunidense y el mexicano-mexicano, hay muchos intermedios entre esos dos opuestos, hay gente que ha vivido en El Paso cuando era México, hay muchos que llevan toda su vida siendo estadunidenses, no poseen un interés por la cultura mexicana, pero los ves, aunque no hablen español en algún lugar está la conexión con lo mexicano, aunque tengan miedo de cruzar el puente.”
–¿Cómo conviviste con el tipode mexicano que quiere ser gringo? Porque tu proceso musical es inverso.
–“Es muy complicado, porque durante los cincuenta a muchos mexicanos los castigaban en las escuelas por hablar español, entonces sus padres no enseñaron español a sus hijos, eso pasó; también tienes acá gente que se cree estadunidense, con sus raíces mexicanas, pero sin ninguna conexión, porque todos viven allá. Es un lugar con una historia de racismo muy pesada, hay escuelas con nombres de racistas, conquistadores, en el aeropuerto hay una estatua de un conquistador que le cortaba los pies a los indígenas, muchas cosas que no se discuten pero se ven.
De El Paso a Ciudad Juárez, un charco bipolar
–“Cuando estaba en El Paso no me interesé al principio por la música tropical, ya que lo que sonaba era Selena, nacida en Corpus Christi, y no me gustaba. A los 18 me mudé al centro de esa ciudad y mis vecinos del grupo de ska-punk me mostraron la música colombiana, pero lo que se escuchaba en la zona era punk underground, música house, ska estadunidense, que es diferente al jamaiquino. Lo que me ayudó fue la cercanía a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde están las norteñas y los corridos.”
–¿Ibas seguido?
–“Desde los 18 años, pero lo que me volcó hacia Juárez fue la música y la cultura porque en realidad no tengo familia ahí. La frontera es un lugar muy pesado, siempre hubo guerra; lo chido es la gente, porque ellos siguen la vida como se puede, también hay una mezcla de culturas. Mis amigos de Juárez dicen: “No se trata de Juárez, no se trata de El Paso, sino de la frontera”. Lo que en verdad no se puede separar. También, desde el 9-11, tienes todo tipo de policías en la frontera, la patrulla fronteriza, el FBI, policías regulares, también en El Paso está la base militar más grande del país, Fort Bliss, de allí salen soldados hacia Irak y Afganistán”.
Tensión
–“Texas tiene esa historia cabrona, fue uno de los últimos estados en abolir el esclavismo, entonces muchos estadunidenses fueron para tener sus esclavos allí, también fue donde Estados Unidos invadió a México. Si vemos la época más cercana, creo que Ciudad Juárez aún no se ha recuperado de lo que sucedió en la guerra con el narco, que paró hace unos años, pero suceden hechos violentos y la gente lo recuerda.”
–Es notable la fuerza que tiene la gente para desarrollar sus actividades culturales dentro de ese contexto.
–“Por lo menos en Ciudad Juárez hay mucha música que refleja esa violencia, los policías son bien cabrones allí: estás en el auto y te bajan, te huelen los dedos, te revisan tu cartera… Entonces mucho del arte y de la música reflexiona sobre lo que pasó y sigue sucediendo hoy en día. En El Paso es diferente, Ciudad Juárez fue de las ciudades más peligrosas del mundo durante una temporada y El Paso una de las más calmadas de Estados Unidos, es un rollo muy bipolar, porque El Paso es muy conservador, haces una pendejada y te meten en la cárcel. La distancia es un puente, un charco, dicen, porque ya no hay agua. Cruzas el puente desde El Paso a Juárez y es silencioso, hasta que por la mitad empiezas a escuchar la música, gente gritando y todo ese pedo, luego luego se siente la cultura mexicana.”
Tres amores
–“Voy a sacar un Lp, me lo mandan a Texas y lo reciben unos amigos, son cinco copias de prueba. El disco se llama Tres Amores y trata sobre El Paso, Juárez y Ciudad de México. Quiero hacer una tocada en cada localidad.”
–Nombras a El Paso entre uno de tus tres amores a pesar de las dificultades que tuviste allí.
–“Así es, el verdadero amor, no es perfecto, no es ideal, tiene muchas emociones juntas.”
Samples y loops
–“Me empezaron a interesar los loops hace un chingo de años, porque en la música de Manu Chao había samples, también en el hip hop y el house. Algo que me enseñaron esos dos géneros es tratar de encontrar un loop que suene eterno, esa es la magia de un sample. Tengo mi técnica… es que mi problema era no terminar los tracks, entonces tuve que desarrollar una: armo muchos tracks y sólo saco una pequeña parte, 10 de cada 100, quiero dar sólo lo mejor.”
Aislamiento
–“Por tres años viví en mi casa haciendo mixes. Mi contacto con el mundo exterior era tocar en un grupo de cumbia. Cuando todos estaban pisteando yo estaba haciendo tracks en casa, es que me gustaba demasiado pistear, entonces tuve que dejarlo; llegué a un punto en mi vida donde tuve que decidir si iba a hacer música o iba a pistear. Como puedes ver me obsesiono, entonces era una o la otra.”
Lluvia en el Peñón
En Peñón de los Baños se acerca la lluvia de las 19 horas, pero todos cooperan para instalar una lona negra que protege a la asistencia, los equipos y los discos. Finalmente, pasa el aguacero y empieza la tardeada musical, a todos nos toca pasar y dar nuestro saludo: es al sonidero lo que el bautismo a los católicos. Cuando es el turno de Julio, dice, luego de agradecer: “espero volver pronto a pasar música aquí”.